Revista Montaje junto con librería Aldebarán tienen el agrado de presentar la entrevista a la escritora y periodista Ignacia Godoy.
Miguel Echeverría: ¿Cómo se dio tu interés por la narrativa o escritura?
Ignacia Godoy: A diferencia de otras personas que escribían de chicas, yo leía eso sí de chica, leía mucho porque era muy tímida y creo que la lectura era como mi escape. Pero no escribí como hasta los diez años ponte tú, y empecé a escribir más cuando estaba en la universidad porque yo soy periodista titulada, pero me gusta decir que de profesión soy escritora y cuando estuve en el master coincidentemente tuve que tomar un ramo de poesía: hice todo para cambiar ese ramo porque no leía nada de poemas; mi único acercamiento, era un acercamiento súper básico, tipo del que te hacen leer Neruda, no sé, obvio que a la Gabriela Mistral la amamos y me la hicieron leer, pero era una acercamiento muy básico y no me gustaba tanto la poesía y tuve como cinco intentos de cambiar ese ramo y no lo logré. Y tuve que tomar el ramo de poesía y escribir poesía y ahí descubrí el amor por los poemas por todo ese género literario gigante, y tiene una versatilidad increíble: uno puede hacer lo que quiera con los poemas. No son siempre poemas románticos, la gente que ha leído este libro cree: ¿Qué onda con la poesía? Es increíble. Yo pensé solamente que podía ser romántica. Así que eso yo creo que eso fue lo que más me gustó. Y gracias al destino que hizo quedarme con ese ramo.
M: Mucha gente cree que la poesía es fácil de desarrollar, pero al contrario es una selección mucho mayor de palabras y en tu caso también como una forma de desahogo puede servir, de denuncia. ¿Cómo planteas la poesía?
I: Bueno mi acercamiento con la escritura tiene que ver también con mucha rabia. Si mi mamá estuviera viendo este live o supiera como ver este live, diría sí mi hija escribe pura tragedia. Escribo del sentimiento más puro, y creo que por eso la poesía me gusta tanto y me atrajo tanto. Porque puedes expresar ese sentimiento puro de manera muy directa. Y creo que eso también tiene que ver con que las temáticas que me gustan, sobre las que me gusta escribir, son temáticas más bien ignoradas o pasadas por alto; sobre todo en los temas públicos, de Estado, y de conversaciones ciudadanas, también. Quizás siendo periodista va por ese lado que me interesa más como la agenda pública, pero sí, siempre escribo desde mucha rabia, con muchos sentimientos de nostalgia. Y creo que quizás eso hace que las personas se identifiquen un poco con lo que uno escribe, porque también sienten esa rabia o esa pena, por ejemplo.
M: En el libro cuentas trece noticias que abordan distinto femicidios y quizás desde tu perspectiva de periodista crítica subrayas, cuestionas, te preguntas, ironizas quizá, y dejas unos números que son terribles como los quinientos veinte y siete femicidios. A partir de este motivo, de este lamentable hecho tu desarrollas una poesía, creo que una después de cada noticia. ¿Cómo haces este ejercicio de que tu cuerpo fuera dominado por estas almas de mujeres que han sido víctimas de la violencia?
I: Primero parto el proceso con mucha rabia y trato de visualizar esa rabia. Todo esto partió, específicamente, porque vi una noticia de una joven que había muerto, supuestamente, se había tirado de un balcón cuando en realidad la pareja, en ese momento su pololo, la había tirado. Y en ese momento el debate era sobre como tipificamos esta muerte si no eran pareja oficial, como tipificamos esta muerte si la niña no está claro si se tiró o la empujaron. Y no supe que hacer con toda esa rabia, con toda esa impotencia, con toda invisibilización. Empecé a intentar visibilizar a través de las palabras que es muy difícil al principio, porque estás muy nublado por este sentimiento; por el enojo, y creo que parte por ahí. Después, bueno, leyendo más sobre el tema más rabia te da. Lo que yo espero igual de la gente que lea el libro termine enojada/e, furioses; sobre todo lo que está ahí en las páginas, afuera y lo que nadie ve. Y visibilizar a través de un poema que quizás no pueda hacer mucho, pero si puede dejarlo impreso para siempre.
M: ¿Cómo llegaste a este diseño tipo artefacto de tu libro con la nota de prensa y la poesía?
I: Todo partió con un manuscrito de estos poemas que trabajamos con Queltehue. Son poemas súper duros y la editorial tuvo un ojo súper crítico y bueno al decir necesitamos darle contexto a la gente, necesitamos también que vean toda esta rabia, de alguna manera más concreta y que vean este artefacto que consumen todos los días. Porque nosotros consumimos noticias todos los días, encendemos la tele y están las noticias. Y ahí lo podemos conectar de una manera quizá más conocida. Porque si bien la poesía puede ser un género súper versátil, es un género más bien lejano. No mucha gente lee poemas y cuando leen poemas creen que se están enfrentando a algo muy críptico, más bien metafórico y la editorial tuvo un ojo excelente en ese sentido y en un inicio me pidió las noticias que yo había utilizado como referencia para estos poemas y empezamos a hacer ese trabajo. Y creo que salió muy bonito. Salió muy bien esa comparación y ese contraste.
M: ¿Tú crees que Queltehue por ser una editorial independiente tuviste una mayor, no sé, manga ancha, facilidad para desarrollar lo que tenías en mente como proyecto? ¿Quizás crees que en algunas editoriales un poco más tradicionales o más grandes no se hubiese dado de la misma forma?
I: He trabajado mis dos títulos con Queltehue, pero escuchando las experiencias de otres autores creo que, si fue una experiencia diferente y también he tratado con editoriales más grandes por correo y teléfono, pero ya es un trato diferente. Aquí tienes mucha más libertad de opinión, mucha más libertad de trabajar tus textos; quizás de decir de dónde salieron esos textos, no sé, una relación más directa en el trato del día a día que yo creo que es muy importante y si bien tú escribes el manuscrito; finalmente el manuscrito, no sé, el cincuenta por ciento de lo que viene después, este libro lo trabajamos desde el dos mil diecinueve, y sí, yo escribí los poemas, pero la editorial por ser independiente le puso un amor de años y yo creo que no se da en Planeta. No creo que se de en editoriales tipo Disney. Porque se puede trabajar hasta la tipografía con la diseñadora y eso es algo que solamente se da con las editoriales independientes.
M: Los nombres de las mujeres de la portada de solo pensar que ahí están los nombres de mi madre, mi hermana o de mí pareja. Los nombres de mujeres asesinadas. ¿El diseño lo trabajaste con la diseñadora? ¿Lo pensaste así? ¿Te lo propusieron así?
I: Tuvimos unas primeras conversaciones de lo que se imaginaban los editores. Que como es una editorial chiquitita son dos editores. En la portada tuvimos una conversación inicial, como bien decías, son nombres comunes de mujeres asesinadas y me encanta que hayas dicho que encontraste nombres comunes en tu vida cotidiana. Porque igual eso es la idea que choque de esa manera. En eso también tuve participación. También hay iniciales y eso es algo que crítico dentro del libro, porque a los hombres asesinos no se les nombra en muchas noticias y las mujeres se le pone segundo nombre, segundo apellido. Sí, también hay iniciales. En general creo que tuve harta participación. Me sorprendió igual y estoy feliz por la cantidad de participación que tuve en el libro.
M: Yesenia alegre te hace la contraportada. ¿Quién es ella?
I: Con ella no tuve tanto contacto. Igual este libro lo desarrollamos en pandemia, la mayoría del libro. Y, la editorial la contactó para que hiciera una reseña. También estuvimos hablando de personas que nos pudiesen reseñar el libro, pero tampoco queríamos que fuese un autor, autora o autores, sino que fuese alguien que nos pudiese dar una visión un poco más crítica; que creo que es también lo que hizo Yesenia con la reseña. Y me parece muy asertivo lo que ella hizo en su momento. Porque también deja entrever que esta crítica periodística que está en el libro es una crítica intencionada, es una crítica que va de la mano con esta intención que se lee en los poemas y creo que también había que dejarlo claro antes que las persona abrieran y leyeran este libro. Además, de los puntos importantes que ella destaca, que también me gustó mucho que los destacara: son la invisibilización, la nula gestión del gobierno; que son los puntos clave que también quise destacar con los poemas y con las noticias.
M: Hay una noticia que causo un impacto, que de hecho podría llegar a pensar que los femicidios o feminicidios no sé cuál será el concepto correcto creo que se puede decir de las dos maneras.
I: Los dos están correctos.
M: Pasaron a ser casi portada de La Cuarta. Portada indolente. Súper irresponsable. Digna del olvido como ser anecdotario: creo que del dos mil ocho, dos mil nueve del final del primer gobierno de Michelle Bachelet como a tratarse tema país y así tener el conteo; este terrible conteo del número de femicidios. Pareció que el tema causo revuelo, recuerdo, pero luego se fue dejando, se fue olvidando y eso es lo más llamativo de nuestra sociedad como que luego se oculta, como que ya no es parte de la agenda importante hasta el caso de Nabila Riffo en Coyhaique que fue particularmente cruel, lamentable, y que tuvo una cantidad de morbo mediático que yo creo que en tu libro lo planteas bien potente. ¿Crees que los medios de comunicación más que cuestionar o problematizar los femicidios como que lo ocupan casi como una plataforma de audiencia?
I: Yo creo que también tiene que ver con el morbo, pero también tiene que ver como todo en Chile, los medios de comunicación son machistas. Yo habiendo trabajando en medios de comunicación sé muy bien que las personas que dirigen son hombres y que las líneas editoriales son bastante machistas. Que también están trabajando bajo una cultura patriarcal; por eso también siempre se informa del supuesto asesino, en ese momento con esa terrible noticia de Nabila que hasta el día de hoy ella tiene que costearse toda su recuperación. Mauricio Ortega era un supuesto agresor: cuando él había tenido una denuncia de violencia a Nabila hace un tiempo atrás. Entonces, yo creo que tiene que ver con que sí, hay una cuestión ética de que a todes les gusta el morbo y no podemos negarlo. Y por supuesto ellos también informan lo que la gente también quiere ver y por el otro lado está esto de que es un sistema patriarcal como todo en Chile y sobre todo en los países latinoamericanos, o sea, en México hubo una intervención sobre los diez femicidios diarios que ocurren en el país. Creo que va de la mano de las dos cosas Se están generando cambios de a poco y en algunos medios de comunicación, pero yo creo que falta mucho y eso tiene que cambiar a nivel cultural; no solamente por lo que se informa y por supuesto que los medios de comunicación tienen una responsabilidad en eso.
M: ¿Este libro lo pensaste cómo una suerte de toma machito edúcate un poco?
I: Lo primero que pensé esto es para nosotras. Es para nosotras y necesitamos entender todo lo que nos está pasando, como nos están violentando, como nos están matando. No todas las mujeres saben esto, no son conscientes del número de mujeres que mueren a manos de hombres. Entonces, primero lo pensé como un libro para mujeres, como un libro terapéutico para mujeres, como un libro de rabia para mujeres, como un libro en el que pudieran vomitar todo lo que les pasaba cuando veían que otra vez nos mataron. Otra vez, una de nosotras perdió la vida, otra vez hay un hombre culpable caminando por la calle, hay un hombre masturbándose frente a una mujer en la micro, y todos los demás no hacen nada y se quedan mirando. Primero lo pensé para eso. Y segundo, cuando dije ya aquí está la rabia que pude haber sacado y puede que alguien se sienta identificado, dije sí, esto es para los hombres. Para de una vez por todas los hombres entiendan que, por ser un hombre bueno, por no haber violado a una mujer no te hace un santo. No te lava las manos del machismo, no te lava las manos de violencia patriarcal, no te lavas las manos de todo los que nos está pasando día a día. Y mujeres en todo ámbito, me refiero a mujeres trans, de las diversidades sexuales, a mujeres heterosexuales, a todas las mujeres. Yo creo que los hombres muchas veces tienen que salirse de esa caja de seguridad en la que viven, es una caja que les da todo, también por eso tampoco se cuestionan, tampoco se salen de su zona de confort. Tienen que abrir los ojos. Eso pasa todos los días, día por medio una mujer, en Chile, muere o es violentada por un intento de asesinato. Día por medio. Eso es mucho. Eso tiene que ser cero. Y no solamente hombres heterosexuales, hombres gay también violan; es muy transversal. Me encantaría que esto leyeran todos los hombres del mundo y que dieran cuenta de cuanta violencia están generando.
M: ¿Con este nuevo gobierno crees que existe la oportunidad de mejorar las condiciones institucionales, las condiciones de seguridad de muchas mujeres y las posibilidades de reconocer, aprender, saber cuáles son los lugares a acudir cuando reconocer que estás siendo víctima de un abuso por parte de tu pololo, de tu marido, de tu pareja, de tu amigo?
I: Yo creo que el paso más importante es que tenemos ministras. No había ministras, no teníamos ninguna ministra en el ministerio de la mujer. A ninguna mujer le intereso lo que nos pasaba hasta ahora. Yo creo que ese cambio si se va a notar, porque va a haber alguien en esa cartera que va a generar cambios y nos va a apoyar. Antonia Orellana, que también es periodista. Y lo otro es que este cambio cultural va a ser lento, de la noche a la mañana no todos vamos a decir se acabó la violencia, se acabaron las violaciones, se acabaron los asesinatos, los femicidios y por eso es tan importante que nos apoyemos y que exista la sororidad. Muchas veces me pasa que yo hablo de estos temas con mujeres e increíblemente hay mujeres que creen que el feminismo no es necesario. Yo creo que tenemos que apoyarnos. Si tú estás siendo violentada por tu pareja, tu amigo o quién sea, pero tienes una red de apoyo podría ser una muy diferente la situación. Ahora lo que está pasando, es que todos estamos súper divididos; las personas que violentan a otras mujeres, que hacen lo suyo para que esa otra mujer este mucho más lejana de su círculo cercano. Yo creo que lo más importante, además de una tarea de estado que es lo número uno, es que entre nosotras nos estemos apoyando mientras ese cambio esté ocurriendo. Porque si nosotras no nos apoyamos, entonces como vamos a pedir que el resto también nos apoye, que el resto también genere un cambio. Creo que eso es lo más importante, después de la tarea del Estado y que gracias a Dios tenemos una ministra, a Dios: ¿por qué dije a Dios? Que lata eso. Gracias al universo tenemos una ministra. Creo que va a haber un cambio. No estoy tan contenta con que Gabriel Boric se declare feminista, no sé si eso es posible, pero me gusta que sea una de sus principales preocupaciones. Y ojalá haga políticas que cambien la situación chilena.
M: Para finalizar me gustaría saber sobre tus próximos proyectos.
I: Estoy escribiendo una novela. Sobre un tema muy interesante y que no quiero decir porque quiero que sea sorpresa. Estoy buscando una casa editorial y la estoy trabajando con una autora chilena muy seca que me está ayudando en la edición y tiene talleres: Paula Ilabaca. Ojalá le pueda encontrar editorial, porque el tema es súper interesante que cuando lo converso con gente me dicen: mira no sabía que existía. Y es lo que trato de hacer con la escritura, remover a la gente con temas a los que no están acostumbrados.
M: Tenemos una tradición y la última entreviste que hice fue a Monserrat Martorell. Y ella había dejado una pregunta: ¿Si supieras que el mundo se va a acabar sobre que escribirías? (Te aviso que tienes que dejar una pregunta al próximo invitado o invitada).
I: Si el mundo se está acabando elegiría escribir sobre feminismo, por lo menos intentaría dejar esa última gota de rabia y conciencia sobre una página. Pero también estaría, así como demasiada nerviosa porque el mundo se va a acabar. Así que no sé si saldría algo muy bueno de esa ansiedad. Creo que mi pregunta para el siguiente invitade sería: ¿qué crees que pasaría si el mundo fuese solo de mujeres y no existiesen los hombres? Cómo funcionaría el mundo, creo que esa es mi pregunta.
Ignacia Godoy, autora del poemario Cuerpos invisibles, editorial Queltehue. Periodista formada en la Universidad Católica. Diploma en narrativa escrita. Master de escritura creativa en la Lancaster University. Participó con una publicación de cuentos My barbi´s hair y en la Revista Marraqueta con unos poemas sucios y ajenos.
Link entrevista: https://www.instagram.com/p/Ca0epr7qVfk/