La hora más corta
Francisco Díaz Klaassen
Alfaguara. 2016, 122 páginas.
Por: Sebastián Novajas C.
Alguien anodino en un espacio reducido aislado del mundo. Está sería la premisa de la novela. La novela de Díaz Klaassen que ronda en torno a un personaje insignificante (no por eso irrelevante) que busca la forma de terminar sus tesis (una novela) en un verano de Nueva York y que no avanza en este cometido. Este personaje sin nombre que vive con su pareja y narra la insignificancia de su vida en un departamento de mala muerte. No haya mejor cosa que dedicarse a observar a sus vecinos, principalmente a unos que tiene al frente, separados por un pequeño patio interior. Sí, es un voyeristas, y ocupa el tiempo que le sobra para escribir su novela. A su vez cuenta sus historias sexuales con su pareja, incluida fantasías. Esto como primer pilar de la historia. El otro es una rata que vaga libre por el departamento evocando un miedo en el anodino protagonista. ¿Acaso un reflejo de él? Y entre medio de estos dos argumentos se narran fragmentos del pasado en tercera persona. Intercalando con la primera persona en el presente. En un claro juego con los recuerdos, que a ratos se vuelve algo confuso. No obstante eso, e incluido el manejo de cierta sordidez, la narración va decantando a un final de vacío existencial.
En cuanto al lenguaje que ocupa es uno de los puntos fuertes de la novela, no sé limita a relatar acciones tan comunes como una relación sexual con frases como: ‹‹lo hicieron o se acostaron››. No, el narrador las detalla, incluido sus respectivos pensamientos, que expresa sin asco alguno. Eso se agradece, la honestidad y el descaro. Uno de estos es: ‹‹De saberlo habría sido capaz de rogarle que se meara encima, o encima de mí, en mi boca, en mi pene, en nuestros cuerpos apretándose contra la pared››, página 12. Con frases como estas, debo decirlo, uno se tienta a querer seguir leyendo para ver con que otras cosas se encuentra uno por el puro morbo. Claro, que esto no es lo único destacable. Obtiene una mayor intensidad, gracias a capítulos fragmentados y precisamente es esto lo que hace que esos hechos cotidianos no se vuelvan un mero relleno. Descendiendo a un pequeño infierno personal entorno a este personaje que parece no tener ningún futuro prometedor.