Poesía: Mañana juntémonos por la mañana

Foto: Valeska Contreras Astudillo

En Revista Montaje hicimos una pequeña selección del poemario Mañana juntémonos por la mañana, poesía de Felipe López Pozo, extractos que les dejamos a continuación:

 

Discurso marxiano

Los libros de Marx,

las palabras y ejemplo del Compañero Presidente

y las causas justas, pero casi perdidas;

hacen lo que yo no soy capaz de hacer:

el tenerte a mi lado.

 

 

Todo es siempre

(a Camila)

Cuando bajas tienes que subir.

Estas calles te arrastran de arriba hacia abajo,

Y viceversa,

Como disparos en una guerra perdida.

Te quedaste atrapada en las ciudades del silencio,

Bajo la misma mole que cargan vagabundos,

Peones, trabajadores y labriegos.

Tus lágrimas derrochadas por narcisos de porcelana barata

Y misterios que desconozco,

Las deseo besar.

Mi destino chocó con el tuyo,

Puede que haya heridos,

Puede que hayan muertos y desaparecidos.

“All the way”, minuit à Paris y las historias del Soñador y Nástenka,

Lo resumen todo.

Deseo que este libro no acabe nunca,

Que la película no se corte,

Que la canción jamás se calle.

Tout est toujours

 

 

Años desperdiciados

Te conocí en una cueva de lobos y enemigos.

El sol era tapado por aviones de guerra:

Me costó ver que por entonces eras pelirroja.

Las tardes y noches hicieron lo suyo,

Los monstruos cayeron en el anonimato del pasado,

¿Fue suficiente para que termináramos siendo amigos?

Largos, largos años desperdiciados,

Hasta que este invierno nos pilló acá,

 

Parados.

Por entonces, mis lentes oscuros tenían ojos solo para una.

Sufrimientos, cruces y esperas eternas en las estaciones

Lo Ovalle, Universidad Católica, Baquedano, Manuel Montt

Y Alcántara.

Olvidé lo que pudo haber sido.

Ignoré la mirada y pasaron tres años,

Tres largos años desperdiciados.

Estuviste mil días con un mentiroso.

Su ambición lo destronó y terminó comiendo del mismo plato

Que los judas con sus vertederos humanos.

Tus desconfianzas estaban en lo cierto.

Viste lo que debías ver y callaste lo que pudiste decir.

Mil días, mil largos días desperdiciados.

Los vientos del sur chocaron con los del norte

En un rincón de espejos gastados y voces secuestradas.

El pasado fue ahogado en vino.

Ellos rieron de lo imposible,

Ocultando lo posible.

Un cigarro se apagó y las narices

Se acariciaron.

 

Tomaste su cabeza y dijiste,

“cierra los ojos… lo hago pésimo”.

Me embargó el miedo de que salieras huyendo,

De que la niebla y la noche hicieran lo suyo.

Temí que un vagabundo robara tu beso.

Mordí tu labio y saqué un abrazo

De tu chaqueta mojada por el tinto.

Vamos, chica del sur,

Enterremos este secreto en una acequia

Mientras los zorzales se burlen de las zarzamoras

El frío recorrió mi espinazo y supe que era como un tren moviéndose,

Como echándole la culpa al destino que nos pateó.

No, esta vez no fueron los años, los largos años desperdiciados.

Fueron los giros del mundo lo que nos distanciaron

Y la gravedad fue lo que nos hizo caer.

 

 

Diagnóstico reservado

Él nunca ha pasado

por lo que ella está pasando.

Ni ha sentido

lo que ella está sintiendo

En cambio,

entiende lo que

ella no está entendiendo.

Él sin ser un genio.

Solo un hombre que va yendo

y viniendo,

siempre.

 

 

Boris, el creador

Boris, el creador

Ahí estaba, a trasluz.

Ideando edificios, casas y templos.

No le queda más que el retrato de la madre

y la tristeza sencilla.

Boris, o Bronstein como algunos lo llaman,

ahorra palabras. Prefiere dialogar con sí mismo

en algún rincón de sus ideas.

Algunas mujeres se preguntan por mudez.

No hay respuestas, tampoco hay quien las responda,

ni siquiera Boris.

Sólo habla latín y la lengua de Platón,

pero prefiere guardar sus reflexiones.

La palabra sólo se hace papel,

y del papel salen sus seres con vida propia.

Cuando siente amor, nace una paloma con pliegues puros.

 

Cuando la sombra de la nostalgia lo invade, nacen caballos de todos los colores.

Cuando la compañía de los otros lo agobia, nacen buques de tierra firme.

Boris no habla,

traga lo que siente.

Boris es un creador,

no tiene necesidad de hablar

ni de escribir.

 

 

Militante nueva

Era una mañana de abril

o tal vez de mayo

no se sabe a ciencia cierta

hacía calor

a lo mejor era una tarde

y por eso los rayos del sol

nos abofeteaban

Él con sus amigos joden

y se cagan de la risa

hablan de política de hueás

de huéas de cabros buenos

para el hueveo

uno le dice al otro

oye háblale

demás que te ganai’ una militante nueva

 

Él dice cacha su mirada

estoy para la cagada dice

no seai’ hueón contesta el otro

anda antes que se vaya

Él hace caso y va

está cagado de susto

porque pocas veces le había hablado

de la nada a una chiquilla desconocida

pero los medios ojos piensa

Ella anda pegando cartelitos

para la elección de su centro de estudiantes

tiene mucha gente alrededor

corre viento de otoño

fresco y sombrío

Ella viste de colores hippies

con su cigarro encendido y un gorrito

de lana azul

se cree eva green

Él se para frente a Ella

le pregunta un par de cosas

de eso ya pasaron nueve años

Ella está lejos

Él sigue para la cagada con esa mirada

 

Felipe López Pozo. Santiago de Chile 1987. Cientista político y escritor.

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