Poesía: Moteles

I

Incompatible diseño para el descanso

Admirar exhausto la cama que era un salto

Lujuria que agota el cansancio

La reposera que fue un gimnasio

Habitaciones lumbares

Esguinces, exquisitos dolores

La grata fatiga

De amar a mares

Moteles

 

Abriendo esas puertas por la cintura

Desde el cubículo  un brebaje

Condones, lubricante y algún matahambre

Somos nuestros mientras dura

Conciencia del deshielo

Mitad coraje

Fornicación con tu sombra

 

Obstruye el miedo

Bailando con potencia

Amenaza absoluta contra el tedio

Mezclamos los celos

Insólita secuencia

De pieles, sudor y pelos

 

 

II

Ruta en bicicleta

De casualidad al cruzar

Las ciclovías de Santiago

Motrices, grises. felices

Pongo atención en

Rosas, Bellavista, Echaurren Marín

 

A veces miro

Para ver a algún conocido

Si va en esos autos que huyen de los moteles

Solo hueveo

Me rio de envidia

Bullicioso jovial divertido

Si lo que siempre veo

Ellas conducen

Y ellos van escondidos

Así lo quiso el señor deseo

 

III

Llegamos tras un interrumpido tequilazo

Nos pidieron entrar por otro despacho

Salimos del estacionamiento y llegaron los aplausos

El arte de esperar

Para que un grito fuerte inflame el pecho

Liso el rictus tras un polvazo

Abre la boca simulando meterse un arma

Gatillarse un balazo

Yo sin más la dejo jugar a que se dispare

Se gira

Hago de mis dedos unas pinzas en el nazo

Y disparo

 

IV

Una vez en un motel barato

Más espejos que cama

Tuve un espejismo con orgías

Violenta secuencia

Caí sin conocer a nadie de noche

Y salí saludando de día

He bajado escaleras o ascensores

Quién podría ser mi jefe con una ex polola mía

He sufrido de inconvenientes

Sano es culear con arte de amantes diferentes

Entrar sin salir a un orgasmo que es la muerte

Dejándote resucitar iluminado

A bajo precio

Bastante estimulado

 

 

 

Willy Bohemia

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