Entrevista Montaje: Mauricio Weibel periodista y escritor

Revista Montaje junto con Librería Aldebarán tienen el agrado de presentar la entrevista al periodista y escritor Mauricio Weibel.

 

Miguel: Trataba de presentarte y no se me ocurrió nada más contundente que plantear un poco que eres una suerte de tándem de la agenda actual. Como pasa, literalmente, con las APF que se están cayendo, habla un poco de la rebelión de los secundarios de los 80 contra Pinochet y se convierten en los principales protagónicos de la revolución de octubre del año pasado en Chile. Luego de esto, dos de las instituciones que tenían mejor evaluación en Chile son totalmente desmanteladas a causa del Milicogate y Pacogate en estas instituciones de las fuerzas de orden y armadas. Por tratar de un elemento conductor: ¿siempre has sido así de agudo con tus análisis, posturas investigativas? Que sin duda son necesarias.

Weibel: Ha sido una mera coincidencia, digamos. La verdad es que la investigación de las AFP que dio origen a la Caída de las AFP. El nombre es porque en el fondo se produjo la caída en la valoración social que tenían. La idea del libro parte hace unos tres años atrás cuando un abogado muy reconocido me llama y me dice que tiene un cliente que quiere hablar conmigo. Ese cliente es una persona que manejaba, bueno, miles de millones de dólares de la AFP en forma diaria. Esa persona me cuenta una serie de eventos anómalos, irregulares, ilegales que se hacían con nuestro dinero. Algunos hechos eran posible confirmarlos con papeles, otros no. Pero a partir de esa historia empieza este reportaje sobre las AFP y coincide como tu bien dices con el hecho que las AFP pierden ese valor social casi inmaculado. Como pilar casi sagrado, no, del modelo económico, porque en el fondo también este modelo económico basado en el individualismo, en el egoísmo, empieza a derrumbarse porque nos damos cuenta hoy día, a propósito del Covid, de que nadie se salva solo. Que nos necesitamos a todos para estar bien, que necesitamos la solidaridad; un valor que antiguamente no existía, se había dicho que estaba bien, que las mujeres pagaran por las Isapres, por las pensiones y que estaba bien que cada quien se salvara solo. Hoy sabemos que no, que es imposible que las personas se salven solas.

M: Exactamente, hay un elemento que sensibiliza de inmediato con el lector de este libro. Me gustaba leer casos como el de mis padres, por ejemplo, en alguna medida existe un total desconocimiento de las labores que realizan las AFP en término administrativo. ¿Qué hacen con nuestros ahorros? Sobre todo con los que más sufren, como los que tienen que pedir pensiones vitalicias por casos de invalidez. Las AFP tenían un tremendo negociado con no dar estas pensiones de invalidez, que era lo peor pudieron llegar estas instituciones. Que es la bajeza más grande, de no entregar los recursos a personas que están postradas, básicamente.

W: Claro, fíjate que el libro parte con la historia de las pensiones de invalidez. Que durante años, probablemente décadas, las AFP dejaron de entregarles pensiones a quienes tenían justamente una dolencia invalidante, y bromeaban, que era depresión o incluso que habían tenido un accidente como perder una extremidad. Y las AFP durante décadas les negaron violentamente ese derecho a las personas. El libro parte con la historia en que una persona que tenía esta información, ya, la historia de este fraude es que trata de sacar su pensión de invalidez: no lo logra. Entonces se reúne con la plana mayor de Provida y les dice: ‹‹miren ustedes me dan la pensión de invalidez o simplemente yo voy a contar todo››. Porque tenía todos los discos duros, toda la información. Bueno no le pagan el millón de dólares que esta persona quería y cuenta todo. Parte con esa historia. Y de ahí vienen otra serie de historias, que tienen que ver con las operaciones ilegales, operaciones en paraísos fiscales, etc. Todo el resto anomalías, que podría llamar, del sistema de pensiones, pero no tiene que ver solo con el hecho de entregar malas pensiones, sino con las anomalías que hay detrás, por cierto todo debidamente documentando con los mail, con las pruebas, en fin, con todo.

M: Eso es muy revelador, que de alguna forma, esta idea de la AFP era vendida como una gran gallina de los huevos de oro; la que nos permitía el desarrollo económico. Básicamente el pilar de este modelo individualista de mercado. Exportado por José Piñera, el hermano del Presidente por todo el mundo. Llamándolo un modelo exitoso que querían replicar, que la capitalización individual era un gran debate. Y a pito de una crisis de las pensiones a nivel internacional. Hoy en día se ve al modelo chileno, justamente por su fracaso. Por el segundo retiro de la AFP que buscan los contribuyentes, porque básicamente no da para más, además, de un gobierno sumamente insensible. Pero pareciera que las AFP ya no vuelven nunca más a la esfera intocable, casi inamovible. Hoy en día uno de los primeros temas que queremos hablar en la constitución es cambiar el modelo de pensiones. ¿Tú crees que posible o es un negocio muy grande?

W: Creo que cambiar el modelo de pensiones, va a ser un plan paso a paso. Para que la gente lo entienda, las pensiones hoy día, los fondos de los trabajadores equivalen a unos 200 mil millones de dólares más menos. Habría que calcular el efecto de los retiros, pero entorno a esa cifra está. Eso es lo que produce anualmente, por ejemplo, Costa Rica, Bolivia, Ecuador, o sea, lo que producen tres países es lo que tenemos los trabajadores ahorrados, nuestros ahorros no es un regalo, no es un aporte del Estado. Evidentemente movilizar de un lado a otro esos recursos será algo lento, porque si no, si se hace apurado va a ser un desastre. Evidentemente, no resiste más que cada cual se salve solo, no resiste más que suba su ahorro personal, se tiene que avanzar como en países que su desarrollo social sea más elevado o similar al nuestro, pero que funcionan digamos, en un sistema más mixto, estoy pensando en Alemania, en Uruguay aquí al lado, es un país ordenado, tiene un sistema mixto, al igual que los alemanes. ¿A qué me refiero con mixto? Que tiene un sistema que en buena parte es contributivo, es decir, el aporte de los trabajadores, una parte solidaria donde entre todos ponemos un fondo común, y si a uno no le va bien en la vida saca una parte de ese fondo común y otra parte que es el aporte del Estado. Déjame explicártelo porque es importante. Hoy día la mitad de los trabajadores que se pensionaron este año, también el año pasado, todos los años; han logrado autofinanciarse una pensión de cuarenta y nueve mil pesos. Esos trabajadores, históricamente, accedieron a malos trabajos, trabajos precarios para obtener una buena pensión. Entonces se requiere que el Estado apoye, porque si no, lo que vamos a hacer, es que en la vejez les vamos a pagar más mal. Esto es lo que ocurre, por ejemplo, en las pensiones militares, hoy en día hay militares que tienen jubilaciones, y escúchenlo bien, de siete millones de pesos al mes. Eso está documentado en el libro. No es uno. Hay varios miles de militares con pensiones de millones, pues claro hay un caso específico que tiene siete millones al mes. Lo curioso tiene que ver con que las pensiones militares: el noventa y cuatro por ciento del monto es el aporte nuestro, el del Estado. Esas pensiones militares están financiada con nuestros impuestos. Solo el seis por ciento es aporte de los militares, el resto de los millones son nuestros ahorros. Y uno dice, bueno y porque el Estado, va a poner plata para que uno a los cincuenta, cincuenta y cinco años se jubile, y no trabaje más; reciba tres millones y medios al mes en general. Y un profesor o profesora tiene que trabajar hasta los sesenta, sesenta y cinco años para que reciba doscientos mil pesos. No tiene lógica. El valor social, además, de ser profesor es mayor al de ser militar. No resiste análisis. Evidentemente, hay que hacer un cambio.

M: Probablemente se debe al legado, junto con muchos otros enclaves autoritarios que dejo el pinochetismo en su diecisiete años de gobierno. Continúo de alguna medida con las AFP controlando un poco este nuevo ordenamiento que se generó. Y uno de los principales ordenamientos era dejar a las fuerzas armadas tranquilitas y con estas pensiones millonarias que entiendo que no todos tienen siete millones, pero a los veinte años de servicio se jubilan. Tienen tanta plata que realizan inversiones incluso…, caen en estafas. ¿Te acuerdas de Inversions? De una columna de varios militares que se dedicaban a la inmobiliaria y que fueron estafados, pero justamente era tanta la plata que tenían, que no sabían administrar que pagaron un poco, el costo de su aislamiento profesional al ser militares. Tú viviste gran parte del fin de la dictadura y un poco ese ánimo de cambio que se vivía a fines de los ochentas y lo retratas muy bien en tu libro de los agente secundarios de esa época. ¿Tú crees que hay algo similar en lo que pasa ahora con la nueva constitución, con el apruebo, etc.? ¿Existe como esa esperanza posible de cambio?

W: Creo que no le hemos tomado el peso a lo que es esta nueva constitución. De partida es la primera constitución paritaria en la historia de la humanidad. Y eventualmente se logra con cupos para los pueblos originarios. Nunca antes en la historia de la humanidad, un país, una nación; sus culturas se pusieron de acuerdo en forma igualitaria, paritaria, con cuotas para definir como querían vivir. Pero además, esto es lo más importante, creo que esta constitución va a ser tan relevante, no solo en nuestra historia, sino en la historia de la humanidad, es la constitución donde vamos a conversar, a discutir, debatir sobre cómo queremos vivir en el minuto en que el mundo enfrenta una pandemia tremenda, en el minuto en que enfrentamos el cambio climático, en el minuto en que están las demanda de las mujeres y de los pueblos originarios. O sea, en el minuto en que el mundo se está cuestionando como vivir, en ese minuto, nosotros estamos discutiendo como queremos organizarnos como país. Por tanto, esta va a ser, digo yo, la primera constitución del futuro, la primera constitución en que la humanidad se siente y decida cómo queremos vivir. Responsablemente con nosotros, con el entorno, con el medio ambiente, con todo.

M: Y claro como bien describías, no hacer una constitución de privilegios, ni de gente que tiene privilegios para toda la vida. Paritaria. Va a tener una cosmovisión con la espiritualidad; con los pueblos originarios involucrados. Donde espero que existan muchas máximas de respeto con cosas que a veces, no pareciéramos coincidir, pero que a la larga, nos constituyen como sociedad y que no hemos sido.

W: Es una constitución para las nuevas generaciones. Para los jóvenes, para los que son nuestros hijos, para los que van a ser los hijos de ellos. Es una constitución para la esperanza, es una constitución para el mundo más solidario, para el mundo más digno. Yo espero que esta oportunidad sea relevante para las nuevas generaciones, que ellos disfruten de este esfuerzo, que no es el esfuerzo solo nuestro, sino de nuestros padres, nuestros abuelos que también han querido construir un mundo distinto. Otro mundo. Porque creo que finalmente, durante muchos años, durante muchas décadas hemos vivido en un sistema que está basado en el egoísmo, en el individualismo. En un sistema que, además, en el cual las mayores barbaridades se pueden hacer en nombre del dinero y donde al finalmente las personas parecen quedar relegadas y no es así.

M: ¿Tú crees qué es un poco ese el motor del estallido social? ¿Cómo el abuso total entorno a pensiones, educación, transporte, calidad de vida, en el que cual cada uno debía rascarse con sus uñas y en alguna medida ese era el elemento del modelo que debía primar y que de un momento para otro el total desamparo del gobierno y de sensibilidades de su gente, de sus ministros causo un poco esta molestia ya incontrolable?

W: Fíjate que hay una cifra que a mí me parece brutal. El año dos mil, Alemania la gran potencia europea, tenía un ingreso per cápita de veinte y siente mil dólares. El año pasado cuando fue el estallido, la revuelta social, Chile tenía un ingreso per cápita de veinte y cinco mil dólares. Teníamos una riqueza relativa, por paridad de compra totalmente similar a Alemania. Sin embargo, éramos dos países profundamente distintos. El corazón de esa diferencia es la desigualdad, el abuso, la corrupción. Esa es la razón porque somos distintos. No porque seamos un país más pobre, fíjate, la misma riqueza relativa que Alemania, pero éramos mucho más pobres.

M: Si bien ahora está en el debate. ¿Cuál crees que es el rol de los periodistas, de los investigadores, el rol de escritores? En alguna medida tu trabajo ha sido, con el Milicogate, con el Pacogate, con la caída de las AFP, investigar en estos horrores del modelo. Y cómo puede desarrollarse un poco este modelo de medios independientes, de gente que desarrolle investigaciones y arriesgue el pellejo. Que intérprete de alguna manera esta generación, por ejemplo, yo tengo treinta y un años, pero los de veinte, creo que son un poco distintos, me cuesta interpretarlos. ¿Tú crees que ahí también debería haber un rol mucho más fuerte hacia los medios independientes sin el alero de los grandes capitales?

W: Haber vamos por parte. Yo creo que efectivamente, el periodo de investigación es tremendamente necesario en América Latina, pero en toda América Latina es profundamente escaso. El periodismo de investigación no es solo mostrar una foto, no es solo tener la noticia un día antes. Es investigar y revelar lo que no se conoce. La corrupción política, la situación del Sename, el caso del Milicogate. Las cosas que nadie está investigando. De las que nadie quiere hablar. Eso es periodismo de investigación. Efectivamente, si creo que un periodismo de investigación vigoroso, fuerte, en cualquier sociedad, no solo la nuestra, se puede convertir en una prisionera del dinero y del olvido. La investigación no solo es la corrupción, también es los derechos humanos, la memoria, que son igualmente relevantes hoy día, a apropósito de las violaciones masivas de derechos humanos que ocurrieron en Chile y que se está manteniendo en algunos casos. O que han vuelto con las nuevas protestas. Por tanto, sí, creo que el periodismo de investigación y que es tremendamente necesario. No lo van a desarrollar los grandes medios industriales. Díganme ustedes cuando fue la última vez que el Mercurio hizo un reportaje de investigación. Casi nunca, el periodismo de investigación va a ser siempre, generalmente en nuestros países, independiente. Los grande medios de investigación, el New York Time, el Washington post, pero eso no es lo que pasa en América Latina, hay seis o siete grandes proyectos de investigación y todos son independientes. Y es muy importante que así sea y esos proyectos se financian con aportes de sus propios lectores.

M: Sí. Pareciera que en este nuevo proceso, digamos que en los últimos cinco años, hubo una suerte de oscurantismo en nuestras democracias, un poco previo a la utilización autoritaria que han hecho algunos líderes de la pandemia. ¿Tú crees que estos años, en alguna medida fueron una vuelta de manos de ese poder que se había sentido un poco atrapado, desnudado, hablemos desde las instituciones católicas, instituciones castrenses, políticas, económicas, judiciales?

W: Lo que creo yo, que ocurre en América Latina, como lo llamo la captura del Estado En algunas partes los Estados nacionales o regionales son capturados o por los narcotraficantes o paramilitares o empresarios o por varios grupos a la vez. En el caso de Chile, es evidente una captura por parte de grupos empresariales, hay que ver la ley de pesca, grupos políticos que se sirven, de diversas generaciones, de sueldos, privilegios y por tanto los militares, a propósito del tema del que hablamos recién. Piensa en esto mismo del resto de las pensiones, son cifras super impresionantes, por ejemplo, hoy día existen los rezagos, la gente no lo sabe, pero son los fondos que los trabajadores aportaron, cotizaron y por un error administrativo, las AFP no saben a quién les pertenecen, esos fondos no son excepcionales, suman ciento setenta mil millones de pesos, ya, los dineros que están en poder de las AFP y que ellas no saben de qué trabajador son y que no van a llegar a la pensión de nadie. Brutal. Estamos hablando de casi doscientos cincuenta millones de dólares. Y los fondos según la Superintendencia de Pensiones; los fondos heredables y que no han sido entregado a las personas, a los herederos de trabajadores fallecidos, en fin, suman casi otros doscientos cincuenta millones de dólares, o sea, hablamos de casi quinientos millones que son de los trabajadores y que nunca llegaron o que nunca van a llegar a sus manos. Bueno, eso es la captura del Estado.

M: Privatizar el Estado, con intereses particulares, de hecho me recordaba a varios dirigentes o ex ministros que terminaban siendo después parte de los directorios de las AFP. Está también el tema de la triangulación de Piñera con la AFP Hábitat, en cual demuestra de alguna forma como se está involucrando esta red de empresarios que capturaron el Estado, que tenían una constitución que ahora se les da un poco vuelta, pero siguen con ganas de disputar en la constituyente, en la convención constitucional. ¿Te parece que en alguna medida quieren revivir a las AFP, la quieren salvar como eje del modelo?

W: O sea, lo que pesa es que las AFP fueron creadas básicamente para otorgar profundidad al mercado de capitales. Entregar liquides a las empresas, en fin, pero no son un sistema adecuado para tener buenas pensiones. La realidad muestra que la pensión promedio es de doscientos mil pesos, bajo la línea de la pobreza, y eso es una parte del Estado, evidentemente las AFP no han servido para dar buenas pensiones, y pasan cosas curiosas, por ejemplo, hoy día hay ochenta y cinco mil millones de dólares, más menos, de los trabajadores en el extranjero. Uno se pregunta por qué cuando el país más necesita inversión, están en el extranjero, cuando podrían estar perfectamente acá y servir, por ejemplo, para financiar proyectos de infraestructura productiva. Mira, una sola cifra, construir todos los embalses que el país demanda un poco más de mil millones de dólares, eso es el uno por ciento de todos los fondos de los trabajadores en el extranjero. Entonces, no tiene ninguna lógica que los fondos estén solo en el mercado financiero y no en la economía real. Ese es el problema.

M: Exactamente, porque en alguna medida yo entiendo la lógica de querer maximizar utilidades, pero cuando estás viviendo una pandemia, cuando estás viviendo una situación en el que mucho de los ciudadanos creen que no van a pasar…, mucha gente a principio del año dos mil veinte no iba a pasar agosto y que la solución del retiro del diez por ciento de la AFP era un poco, quiero disfrutar el dinero que no voy a tener a la larga, porque era así de dramático. Y a la vez, nos pasa que los propios ciudadanos han salvado con sus propios recursos, arriesgando que a futuro, si es que se jubilan van a tener pensiones miserables. Y que ha sido un poco el juego de quienes no están de acuerdo con esto, y ahí llama un poco la atención la respuesta ciudadana. ¿Te acuerdas cuando se amenazó la primera vez con tirar al TC el diez por ciento? Volvieron las barricadas, la movilización social, las cacerolas, como que el tema de la AFP convoca mucho. Incluso está levantando candidatos presidenciales.

W: Lo que finalmente está detrás es la disputa si los trabajadores son o no son dueños de sus pensiones. ¿No? Ese es el tema de fondo. ¿Son o no son los trabajadores dueños de su esfuerzo? Y si ese esfuerzo se lo pueden robar o no. Y voy a poner un caso que es muy claro, el caso Cascadas, ya, que es la operación que hizo Julio Ponce Lerou, según la justicia, operaciones bursátiles ficticias entorno a SQM, la empresa minera del litio, minería no metálica, según las propias AFP, ya, Julio Ponce Lerou extrajo de los fondos de pensiones de las operaciones ficticias un total de cuarenta y cuatro millones de dólares. A Ponce Lerou le pasaron una multa de tres millones de dólares y está libre. O sea, Ponce Lerou sacó de los fondos de pensiones cuarenta y cuantro millones de dólares y está libre. Los trabajadores no podemos sacar un porcentaje de nuestro propio ahorro. Ponce Lerou sacó de lo que no le pertenencia y queda libre, después de haber financiado a todos los partidos políticos y nosotros no podemos sacar nuestros propios ahorros. Fruto de nuestro propio esfuerzo. Bueno, eso es lo que muestra, en el fondo, el drama de este sistema, es un sistema que ampara el lucro, a las grandes empresas, pero no a los trabajadores. Piensa en una sola cifra, entre los dos retiros más los fondos de cesantía, los trabajadores hemos aportado a la economía chilena unos treinta y siete mil millones dólares. Casi un doce como a tres por ciento del PIB y las empresas nunca les han subido los impuestos. El impuesto al patrimonio, a las grandes fortunas tampoco. Esta crisis la financiamos los trabajadores.

M: Es verdad, se salvó el país gracias, en gran medida, a la auto-inversión, a la auto-gestión, a la acción solidaria. Era verdaderamente enternecedor ver todas las ollas comunes que se desarrollaron a lo largo de todo Santiago. Yo trabaje, por ejemplo, en Pudahuel apoyando a los vecinos en su registro social de hogares, de hecho nos llegaban las inquietudes de que por favor ayúdame a sacar mi registro. Y verdaderamente te partía el alma, o sea, personas que trabajaron toda la vida, que te dijeron que fueron apatronados, obreros, trabajadores comunes y silvestres. Teniendo ahí su pequeño montó porque no les llegan otras ayudas, porque tampoco tenían trabajo, imagínate que ya se precarizaban en la tercera edad. Y ahora se volvió a trabajar, entonces, creo que hoy está en un punto muerto el tema del sistema de pensiones en Chile, que probablemente y que agradezco mucho los datos que nos has dado, que han sido muy precisos como finalmente, hay recursos en el sistema que los ciudadanos no hemos cobrados y que siguen generando un poco esa lógica de porque este dinero se va a otros lugares. Por qué no hay un plan maestro de parte de quienes lideran Chile para poder reinvertir en las cosas que acá necesitamos. Es un colmo total de lo que ha significado este proceso y creo que no va haber vuelta atrás. Yo dudo de la legitimidad que tengan las AFP.

W: Bueno, lo que creo finalmente, como dice Mónica González, los periodistas somos una gota en un río, que uno escribe lo que está pasando en su país y a veces pasan cosas que son interesantes. O sea, creo lo que tiene ver con las luchas sociales, con la constitución, con la posibilidad de un mundo distinto, es muy interesante. Y la labor del periodismo dentro de ese mundo, de esa vorágine, es decir, es tratar de develar, encontrar aquellas historias que el poder intencionadamente oculta. La historia de la corrupción, la historia de los negocios. Y ese es un papel, sin embargo, que está dentro de un contexto más amplio de las luchas sociales de un país. Creo que eso es. Ni más ni menos.

M: Gracias Mauricio. Oye, hay puntito, por ejemplo, en Orden y Patria y en Traición a la Patria. Que investigas organizaciones que se caracterizan por su secretismo. Por mantener esta cultura del silencio. Para que hablar de los pactos de silencio que tuvieron varios agentes de la dictadura. ¿Cómo pudiste, un poco para que nos cuentes de las hazañas de los investigadores? ¿Cómo pudiste quebrar esa coraza?

W: Buenos, son puentes que se llaman coloquialmente en periodismo garganta profunda, es el nombre que se le dio desde la década del Watergate, el gran reportaje de investigación, uno de los primeros, y generalmente hay alguien que cuenta la historia. Partió todo con una fuente anónima y que no se puede contar mucho más de eso. Pero fue un trabajo bien interesante. Sobre todo porque era la primera vez que se hablaba tan abiertamente de la corrupción militar. Además, era muy sabroso con esta historia del Cabo Cruz que se había gastado mil cuatrocientos millones de peso en el casino. Cuando logramos detectar, confirmar, que había un cabo que había apostado mil cuatrocientos millones de pesos en el casino, era obvia la pregunta que hicimos, bueno, si el cabo se gastó esto, cuanto se están gastando los generales. Así que esa fue la historia de cómo surgió el Milicogate.

M: En el caso de este cabo, etc. De alguna manera él sentía que contaba con una impunidad, contaba con la protección. Él creía que, bueno no es un caso aislado, hubo bastantes casos como bien, hasta el día de hoy se están revelando, por ejemplo, la esposa del General Fuente-Alba ha realizado una cantidad de gastos que no tienen nada que ver con el Fisco, de hecho arriesgan al Fisco.

W: Sí, claro. En ese libro Traición a la Patria esta esa historia. El cabo Cruz, los contratos, de los viajes al extranjero, en fin, de las pensiones millonarias. Las historias. Y sí, digamos que inventar formas de conseguir la información, de chequear la información que nos envían era cierta. Fueron dos, tres años de trabajo que fueron bastante entretenido, bastante bueno digamos. Aprendí mucho en ese tiempo.

M: ¿Es en Los hijos de la rebelión, alguno de tus textos más autobiográficos?

W: Sí y no, porque yo no aparezco en el libro. Cuenta la historia de una situación que me tocó vivir, una historia del resto de los muchachos que estaban ahí, es la historia de los secundarios que intentan enfrentar a la dictadura. Es un poco el espejo de lo que pasa hoy día, los secundarios son los jóvenes de ‹‹cincuenta años››, cincuenta, cincuenta y cinco años. Y que en el fondo tiene similitudes con lo que paso hoy en día. Todo esto de los secundarios saltándose…, los abuelos, en realidad son los padres de los chicos que se saltan los torniquetes, en esa historia. O sea, en el fondo es un libro sobre los padres que se enfrentaron a la dictadura y que hoy son sus hijos los que se saltaron los torniquetes. Es un poco eso.

M: Y que en algún momento, también lo fueron en el dos mil seis.

W: También, si por ahí.

M: Pero en esa época había mucho recuerdo de lo épico que fue el mochilazo: dos mil uno, dos mil dos, y que de alguna manera llamaba a reorganizarnos con sentido popular. Me acuerdo que una de las primeras demandas de los secundarios del dos mil seis; fue lo de lo estructural, el fin a la LOCE, la desmunicipalización, que ahora está ahí, tratando de avanzar. Como en el colegio acuático de Lota, ¿te acuerdas?

W: No me acuerdo de ese, ¿Cuál era?

M: Era un colegio en Lota que estaba en tan malas condiciones que no podía…

W: Ah, que se llovía entero.

M: Era acuático, totalmente. Con ganas de querer ir a aprender, estos jóvenes decían, vamos… O sea, después vino toda la movilización para que esto no ocurriera, para que no vuelva a pasar. Y hace poco me acordaba, porque sucedió una tragedia en Puente Alto, creo, de un niño que murió electrocutado en un colegio en el que las condiciones son nefastas. Digamos que le echaron la culpa que casi no iba del todo preparado para estas clases de electricidad. Hay personas o estudiantes que en alguna medida siguen preocupados de los grandes temas, del meta relato, del gran cambio épico. También pasa que hay otros ciudadanos que sufren todas las consecuencias de la marginación, de la desigualdad social, de la falta de educación en varios aspectos. ¿Tú crees que deberíamos, los escritores jóvenes o los que promovemos de alguna manera la literatura y la expresión en narrativa, ayudar a que estas voces se escuchen? ¿Tú crees que tienen mucho que decir?

W: O sea, yo espero que la historia de nuestro país la haga la gente común y silvestre. Yo creo que la historia de Chile es la historia de su alma, la historia de Chile la construyeron las mujeres que pelearon por su voto, pese que a hace casi ochenta años, no existían los derechos humanos, el sufragio universal femenino, no existían los derechos laborales. Hemos avanzado mucho, lo que pasa es que, lo que es una vida es muy corto, pero yo espero que este ímpetu movilizador se mantenga durante toda la discusión de la asamblea constituyente para evitar que se armen bocinas, para que las voces sean escuchadas. No la mía, no la de los periodistas, sino que se escuche la voz de los ciudadanos, las voces de la gente organizada en los cabildos, en las juntas de vecinos, los sindicatos, los centros de alumnos. Va a ser muy importante que esa movilización persista que esos debates ciudadanos persistan para que podamos construir una constitución, que efectivamente, nos represente, si no vamos a tener una constitución con los mismos de siempre y vamos a desaprovechar la oportunidad de tener un país distinto. El país que queremos.

M: Bueno hubo unas primarias en las que no hubo mucha participación. ¿Pero por qué crees que se limita a algunos liderazgos, a una generación de liderazgos? ¿A qué se debe? ¿Un poco a la reproducción de la élite? ¿Por qué cuesta tanto renovar liderazgo?

W: Bueno, yo creo porque estamos en un minuto en que hay una vieja élite que está totalmente desprestigiada y cayendo. Y porque hay un proceso social que está surgiendo, pero que no termina de cohesionarse. Yo creo que efectivamente hay una élite derrumbándose y hay otra, no sé si la palabra es élite, es un movimiento social que no termina de apisonarse y por lo tanto es un camino que se está construyendo paso a paso y que tiene una disyuntiva bastante especial como país, porque por una parte hay una élite que no representa a nadie y por otro lado hay o no hay ninguna ‹‹entidad››, u organización social o política que represente a toda la gente que quiere cambios. Es un momento en que lo viejo no termina de morir y lo nuevo no termina de nacer.

M: Famosa frade de Hegel atribuida a Marx. No podía dejar pasar esta oportunidad de preguntarte sobre el tema de las escuchas telefónicas. Yo sé que fue algo bastante complejo, incomodó. Pero yo me acuerdo que cuando te conocí.

W: No sé si incomodó. Efectivamente, 2017, 2018, y 2019, el ejército pidió una orden secreta a la Corte de Apelaciones de Santiago para espiarme. Y un juez bastante, poco criterioso, me parece, no encontró nada mejor que autorizar que los investigados por corrupción pudieran espiar mi trabajo periodístico. Es la primera vez que esto ocurre en América Latina, bueno, seguramente siempre hacen escuchas ilegales, no, pero autorizadas por un Tribunal. Es impresionante que un Tribunal de la República autorizara a quienes estaban siendo investigados por corrupción por un periodista. Es una barbaridad, bueno, esto salió en un informe de la ONU, en un informe de la OEA, en fin en todas partes. Y yo imagino que habrá que tomar medidas para que eso nunca más ocurra.

M: ¿Y eso está cerrado? ¿Tú respondiste judicialmente?

W: Sí, estamos en eso. Bueno llego la pandemia, esto fue antes del estallido, luego la pandemia. Ahora estamos organizando eso.

M: Para cerrar quería pedirte, una tradición acá, en este programa que hacemos en conjunto con librería Aldebarán y Revista Montaje.cl. Qué dejes una pregunta para el próximo invitado o invitada.

W: Yo le preguntaría qué pasó con el libro digital en estos meses de coronavirus. Si hubo un auge o se mantuvo igual. Porque la venta es bastante marginal.

M: Vale, pregunta agendada para la próxima invitada.

 

Mauricio Weibel. Escritor y periodista de investigación. Sus artículos han sido publicados en diversos medios internacionales. Ha publicado los siguientes libros Asociación ilícita (2012), Traición a la Patria (2016), Los niños de la rebelión (2017), Ni orden ni patria (2018) y La caída de las AFP (2020). En 2015 fue reconocido con el Lasa Media Award de la Latin American Studies Association.

 

Entrevista completa en:

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