Revista Montaje junto con librería Aldebarán tienen el agrado de presentar la entrevista al poeta Sergio Zúñiga.
Miguel Echeverría: ¿Desde cuándo empezaste a escribir?
Sergio Zúñiga: Como a los quince, un poco antes quizás, pero lo que escribía a esa edad, era como jugando a crear canciones, pero siempre estuve coqueteando ahí con el escribir. Ya a los quince, bien marcado, escribía y empezaba a pensar en la en la justicia y en la paz mundial y en el amor. Ya a los dieciséis, hay como un cambio, pero siguiendo con el tema romanticon de nuestras generaciones. Igual a esa edad ya comencé a escribir con ese rollo más social y a involucrarme en temas sociales, participando en la parroquia de la población Dávila. Abriendo un poco el mundo interno hacia el exterior.
M: ¿Vives en San Miguel?
S: En la PAC. Me crie en la Dávila. Hasta el día de hoy soy parte de Pedro Aguirre Cerda. Viví en San Miguel y ahora estoy viviendo en la Cisterna.
M: ¿Cómo poeta esos lugares son una suerte de santuario?
S: Sin duda, porque hay harto lugar común, si se quiere decir de esa forma, hay conexión desde mi niñez con la poesía. Tengo un texto dedicado a la población Dávila. Claro que mi primera experiencia fue a los veinte años con el colectivo cultura el Grifo. Hacíamos una publicación que se llamaba la Feria de los Sueños. Entonces, ahí también fui soltando más la pluma, ya más públicamente hablando.
M: ¿Tu finalmente te dedicaste a poesía?
S: Sí, igual por ahí escribí alguna crónica; algo similar, pero siempre enfocado desde lo literario propiamente tal, digamos. Claro, por eso la PAC y todo el rollo que hasta ahora es la Dávila y Pedro Aguirre Cerda.
M: ¿Cuáles son tus fuentes de inspiración para mantenerte en la dinámica creativa y para la propuesta más política, más social?
S: Hay muchos referentes literarios, pero también músico-literarios. Bueno, Redoles, desde la poesía-rock, Jorge Tellier, Nicanor y Lemebel. También el teatro, participe mucho tiempo en un taller de la Casa de la Cultura en San Miguel y eso también me abrió harto mundo, desde escribir ejercicios dramatúrgicos, y con Juan Radrigant, también participe en un taller de él. Lo nombro por esa mezcla literaria y musical. Patricio Manns para mí fue muy revelador. Yo siempre hablo del año 2001, siempre estoy enganchado en ese año, descubrí Chuinquinilo, porque fue el año que fui tomando peso. Eso desde lo músico literario. Bueno, Lemebel, Jorge Tellier como te decía, de hecho, había un ejercicio de leer a Tellier y escribir algo sobre él y eso fue algo también muy revelador cuando participaba en este taller de Balmaceda 1215. Efraín Barquero, también. Igual me gusta consumir harta poesía joven. Pablo de Rokha, Gonzalo Rojas, harto chileno. No me considero un literato, pero si tengo mis referentes. Poesía chilena, sobre todo, y ahí está la mezcla de la música.
M: De eso que nombrabas, que es bastante revelador, de la cabeza de playa de la poesía chilena que destacan, además, y transmiten una suerte de polifonía que los poetas actuales no sabemos qué hacer con ella. Antes era un poco casarte con un estilo y seguir con ese. La experiencia pasa a ser un poco de fusión, de encontrar colaboración con la poesía y música, en definitiva, experimentar. Ahora como que veo apocado lo que era la poética antes.
S: Exacto, como que, quizá no es ni bueno, ni malo, son mutaciones, es más un descubrir cómo está el mundo hoy en día. Como en este proceso de lo circular, bueno, desde toda la actualidad que estamos viviendo, desde el cambio climático que nadie habla mucho de eso. Tiene que ver con estas mutaciones. Pensé en Roberto Parra, ahí también, en gente que he leído, Huidobro y todo eso, o la misma Violeta desde lo literario, influyen harto. Como a veces, descubrir la poesía de canto, también es importante. Igual una vez un libro que me auto-regale en una feria navideña. Un libro que se llama Cantología de Patricio Manns, en versos obviamente, y que era las mismas letras que descubrí en un casete que me presto un profe y fue re bacán tenerlo ahí plasmado, un lenguaje muy rico. Entonces, ahí codeo desde la poesía, pero también desde la dramaturgia, entonces si me apurai un poco es como lo poético lo que resalta. Como que el teatro también me llevo, o complementando lo que significa escribir de soltar la pluma.
M: Da para pensar si de Rokha, Barquero, Neruda o Gabriela hubiesen tenido la tecnología que tenemos ahora hubiesen podido desarrollar el theremin, por ejemplo, un sonido sintético. A la experiencia que se está desarrollando ahora, como lo hubiesen experimentando, quizás no, quizás hubiese hecho como Violeta e irse al campo y escuchar que cantaban allá, agregándole un poco de arpa, de música, de buen ritmo, pero también esta ese desafío de creerse poeta, de creerse vate y un como contigo tengo esa experiencia de ir a declamar. ¿En Cumming con Balmaceda es donde tu nombrabas?
S: Sí, sí me acuerdo.
M: Es una síntesis bien concreta de lo que ha significado a la hora de buscar donde están las nuevas voces. La nueva poesía dónde la encontramos.
S: Es re importante eso, como que, viendo los movimientos, porque al final uno está en este presente, entonces, no sabe que mira al futuro, como nos vamos a observar desde el futuro. De ahí cabe la pregunta ¿cómo estamos aportando literariamente?, ¿cómo está el movimiento poético? Como está la figura que antiguamente los poetas se publicaban y se tenían como mala y una vez hablamos eso con algunos amigos de que claro que eran egos, pero también enriquecían el tema del movimiento literario. Yo creo que hoy en día sería contra producente para mí estar mandando esos mensajitos entre un artículo y otro. Porque para mí la poesía es una forma de trinchera también y así lo ha sido siempre. Entonces, en los 80 hubo un movimiento poético, bueno, Rodrigo Lira también hizo lo suyo, Pezoa Véliz, gente que de hecho murió joven. Lira no fue publicado, murió a los veinte ocho años, pero marcó algo súper potente. Entonces, ahora igual he conocido harta poeta y se están moviendo. Está el colectivo Choroi y ellos me invitaron a que fuera y fui con Sebastián de hecho, estaba fuera de la Biblioteca Nacional el segundo día de las protestas, y estaba pasando la marcha y la gente marchando y haciendo poesía fue algo súper potente. Entonces ahí, hay una función que cumplir desde las trincheras de las letras. También de la crítica a las instituciones de la literatura, que tiene que hacerse más fuerte, hablo de la SECH, es interpelar los espacios que hay, claro no necesitamos esa institucionalidad para crear. Es saber cómo están los poetas hoy en día, saber si hay, no sé, poetas malditos si aportan o no, sin dejar de lado la locura. Tampoco quiero ser un moralista de la cosa.
M: En el espacio de revista Montaje, incluso tenemos algunos eventos poéticos, ahí también estas invitado a publicar. Hay una poeta con sus poemas de Bestiales que desarrolla muy bien el tema que tocan fibras que están fuera de lo que es correcto. De lo que debería mantenerse en orden. Es totalmente desorden, totalmente caos, y una experiencia como la que vivimos valía la pena al menos alzar la voz como poeta. Yo me acuerdo que recibí la invitación y estuve cerca, pero participe en la Furia del Libro, la oportunidad de leer y estuvo bien buena esa experiencia. Fueron varios textos elegidos al azar, había que enviar un correo, algo bastante simple digamos, y se dio una experiencia súper rica, porque se iban presentando a los poetas. Un poco lo que era querer vivir y mantener este barquito, digamos, no es el más elegante, llamativo en esta sociedad de consumo. Sino que se mueve basado en la inspiración, fantasía, en la búsqueda de justicia social algunas veces, algo que debe mover a los poetas yo creo, al menos, como en este tema de plantearnos como seres existentes en esta sociedad cuando no nos quieren ni ver. O lo que he oído: El venceremos que recitaste es una serie de poemas que de repente tú eres un oyente, eres un oído con patas y tomas algunos elementos y los críticas, eres bastante irónico como para referirte al cómo se habla. ¿Te destaca algo esa perspectiva, esa opinión?
S: Claro cuando me defino es como con el cuento corto, con la ironía, jugar con el humor, con la poesía y con el tiempo te vai convenciendo y sobre todo si uno lo exclama cotidianamente. Yo me he movido exclamando en distintas actividades. En distintos, públicos, conociendo más poetas y de ahí me han invitado a leer y a publicar. Entonces, la poesía pa mí es la calle, por eso nace desde que soy chico, porque siempre fui calleja y sigo siendo calleja y ahí está el cómo escuchar esas conversaciones tan serias, tan profundas que a veces no tienen sentido y no porque yo sea dueño de la verdad, pero es como que vai en la micro escuchando lo cotidiano de siempre, entonces algo, de esa creencia ciega que tenemos como sociedad, de los valores, de ser chileno, de esas cosas me voy nutriendo. Y jugando con uno mismo, riéndose de uno mismo, de verse inserto en este lugar llamado Chile, en este caso, o en una ciudad. Por eso me gusta caminar, eso de ir observando; uno va sacando cosas, inconscientemente. Y ahí lo planteas desde el humor o de lo más profundo. Por ejemplo, en un texto que tengo que se llama Palabras Muertas juego con el lenguaje de la muerte. Y esa es la poesía como tal, algo se vuelve bello artísticamente hablando y en la poética es trascendental. Ahí está la desnudes de lo que es la poesía: como el papel y el lápiz y escribir. Como la partitura se lee y se escribe partitura. Siempre es como el desafío de lo más simple. Puede ser un pincel y una tela, pero hay una desnudes y esa desnudes habla de la poesía y ahí viene la imagen de los poetas de la calle, del borracho de la calle, de los mendigos, de la gente en situación de calle, de lo más ‹‹rancio››, de lo más sucio pa la sociedad. Pero no significa necesariamente aislarme, porque esa misma intimidad es cuando se tiene que propagar. Yo no creo en la poesía para los poetas. Incomodar, hacer reír, pero pensar. Entonces, por eso me muevo en distintos lados y puedo estar leyendo poesía para niñas y niños porque están ahí con sus padres y nunca he tenido un drama. Así como que se aburrieron y se quedaron dormidos. O me han dicho, así cuando te conté en Pichilemu, estaban estos titiriteros afuera de una feria artesanal y siempre tocaba un grupo todos los días y llegaban y se pasaban la gorra. Y yo les pido el espacio, sin micrófono, sin nada me pongo a leer y al otro día voy y le doy las gracias y me dicen que no les tincaba mucho que leyera poesía porque la gente anda paseando, pero ahí esta misión, porque aplaudimos entre nosotros está bien, pero ahí tiene que propagarse, si no te leen se escucha.
M: Hoy es un desafío llamar la atención. Imagínate como en una feria como la Pichilemu o en Santiago o en cualquier lugar. Recuerdo igual leyendo en las micros y hay buena recepción. Se respeta porque llevas a la gente a otro estado de atención. Porque si alguien te va a declamar, la atención que pone el resto es distinta. O como poder llevar la academia a la micro. Es como volver a sacar a la gente de la alineación, de modo automático, y un poeta puede hacer recordar las experiencias vitales que tuviste. Porque hay poemas que a veces llenan de emocionalidad, situaciones que fueron bárbaras, por ejemplo, la propia Marsellesa, inspiradora, pero narra una masacre. Ahora cuando los poetas logran sacar a la gente de ese estado y decirles mira: conéctate contigo mismo, tú podrías lograr entender estas letras porque están ayudando a comprenderte.
S: Es como decir: nacimos en pelota. Escucha más allá si te gusta literariamente, o te ríes, o reflexionas desde esa misma frase, porque la poesía también es como al revés como digo yo, porque rompe la métrica, rompe algo. Entonces junta como la ilógica del tiempo y el espacio.
M: Parece un absurdo, pero no es un absurdo.
S: No. Entonces, es como eso, de ir rompiendo, de atreverse a ir más allá, y bueno como en el teatro que se ha ido construyendo también de vacíos la creación, lo que conocemos por arte. Me refiero a lo masivo o al común de la gente por decirlo de alguna forma. Pero ahí también entra como nos enseñan el arte, como lo hacen ver, desde la educación, bueno ahora acostumbrado a una cultura de mercado tiene que ver si es bestseller o si en la obra no actúan los famosos no es buena. O sea, todo tiene que ver con todo. Como el miedo de ir más allá.
M: Me acordaba un poco, muy en el sentido de los que hablábamos, pero alguien que tuvo una experiencia poética potente fue Edmundo Herrera, el de Manzanas y ceremonias. La experiencia que él cargaba era gigante. Imagínate cómo ha podido compensar un montón de cosas con una simpleza, con una sencillez de algo que va más allá.
S: Edmundo Herrera fue otro ser que llego a nuestras vidas. Entonces, la poesía de Manzanas y ceremonias. Era poesía en sí. De esa simpleza como persona. Y tuve la oportunidad de conocerlo antes de leer. Lo conocí en una cena que hicimos en la casa de Sebastián en San Miguel y yo le dije que bueno fue conocerlo antes de su poesía. Porque al final él hablaba poesía. Él era poesía. Vuelvo a lo anterior, a la simpleza, de este caballero mayor de edad y que era parte de la SECH, que estaba ahí, que era un refugio político y por eso te hacía ese alcance antes cuando se cuestiona en estos tiempos revueltos, dónde está la SECH, por ejemplo. O dónde están las entidades. O quizás esas que están en la calle son las nuevas entidades, porque van cambiando los tiempos. Pero yo creo, que a lo mejor para los que somos más jóvenes, quizá el día de mañana no nos acordaremos de la gente con más experiencia y veamos con ojo crítico todo lo que se está haciendo. Porque somos más viejos y tenemos más experiencia. Ojalá no pase eso. Como la vida somos un ser presente, un ser transversal.
M: No vamos a terminar como Nerón, definiendo como canciller a su caballo. Me acordaba de una frase muy potente de Edmundo Herrera que era como que a los poetas por alguna extraña razón no le gustan los negocios. Nunca están en negocios. Siempre están salvándose con lo que puedan porque no les interesa lo material. Un poco ascético. Yo no conozco a un poeta millonario, salvo que devinieron en la farándula Pablo Mackenna. Me imagino también, hoy en día la frustración que deben tener un montón de jóvenes que están empezando a escribir, cuando no ven espacios; publicaciones que lamentablemente se hacen según dicte el consumo. Por ejemplo, nunca vamos a ver Cantologia de Patricio Manns siendo publicitado por una gran tienda. ¿Estamos en una crisis total u hoy con estas medidas digitales que existen ahora, nos podemos salvar?
S: Mira si me lo preguntai con el concepto crisis, se me viene a la mente, que se está creciendo, pero si hay que revisar en que estamos: qué queremos, qué no queremos. Como la poesía. Una cosa es que se difunda, que se pueda vender, pero que no se vuelva una cultura de mercado; porque también lo es, entonces, cuál es el problema que se publique o mi accionar frente a que se publique. O le saco algunas palabras para publicarlo y se venda, o publicarlo tal cual y se venda igual. O escribo y que se venda y sea bestseller. Lo importante es el sello poético. Cuando hablo de poético, es de la poesía como de cualquier obra. Como de cualquier expresión artística. Entonces, que fue primero el huevo o la gallina. Hay que hacerse cargo, estamos en un modelo de cultura de mercado. Somos parte de eso o no. Porque si te dicen que eres parte del sistema, porque estay vendiendo, es que al sistema hay que darlo vuelta desde adentro. Pero también, ¿qué pasa con el trabajador o la trabajadora sea literaria, actriz, la que sea? Es súper caricaturesco cuando se dice que te vendiste. Pero hagámonos cargos de este ‹‹te vendiste››. Entonces, el poeta tiene que ser roñoso y estar pasándolo mal y que el artista que… Por eso, siempre le estamos dando más poder a poder. De hecho, me acordaba de una vez que el Pohlhammer, en un programa del Julio César, en Sin Dios ni ley hablaba de un tal poeta no se cuantito y él se paseaba por Brasil en un Lamborghini e ironizaba frente a eso y bueno por qué los poetas tenemos que andar roñosos y el poeta no se cuantito me criticaba y andaba todo curado con una caja de vino y yo andaba con mi bata de seda en un Lamborghini y soy poeta también.
M: Es como tener un voto de pobreza.
S: Claro, pero el voto de pobreza cuando tu escribes, hablando de un ser humano como Edmundo Herrera, ser un pájaro que volaba. Tengo un tráiler, de un documental, donde él decía tengo 91 años y estoy comenzando a vivir. O en el mismo Manzana y ceremonia. Dice queda estrictamente permitido republicar, copiar, plagiar este libro como…, eso, entregarlo. Ahora, quién lo publica, quién no. Ahí está el vaivén de la vida, y la poesía te muestra eso. Lo bello y lo no bello que al final es bello como un todo.
M: Entre la celebración y el funeral.
S: Exacto.
M: Cuéntanos de este proyecto músico-poético que es Tramo y 1/2.
S: Tramo y 1/2 nace al alero de la banda Tramo 9. Mauro que es el baterista de la banda me invita por Facebook, lo conocía por el teatro, me dice oye tengo una banda y podríamos hacer algo de poesía-rock. Y al otro año me habla y fui a la sala de ensayo imaginándome, así como un texto y los cabros musicalizándolo en una presentación y yo con un poema y era. Y armamos todo un cuento y la letra de Rodrigo que es de Tramo y 1/2 tenía como sentido con mis letras y armamos esta cuestión. Y en ese tiempo yo estaba como buscando…, quería otra propuesta poético-musical que es la que tenía con Sergio y Rubén que fue la primera propuesta hace años atrás: 2009-2013. Después con el Pato que está ahí conectado él fue el primer parnert que me dijo ya demole con la música y me apañó. El estado en trance nació con él en el Café Brasil. Pato tocaba el bajo e hicimos esta propuesta y después nació Oneris poesía expandida. Y paralelo a eso, la propuesta escénica, entonces, yo igual quería algo más de bolsillo. Y con el Seba y el Rodrigo quedamos en la sala de ensayo; se iban el Mauro el baterista, el Alexis el bajista, y nos quedamos improvisando y yo sacaba otros textos y había como un filling. Hable con los chiquillos y nació Tramo y 1/2 y debutamos en Laguna verde en las Bocas después de un DJ; música electrónica y bailando en la playa y ahí nos presentamos nosotros con las guitarras eléctricas y eso rollo medio psicodélico y que termina con ritmo de cumbia poética. Es como un viaje, por así definirlo.
M: Recomiendo Oneris.
S: Oneris nace con esa idea del Pato. Del poeta leyendo en un bar con su hoja roñosa y transformarlo en música. De ahí viene. Y Oneris se transforma en algo más escénico. Si te fijai no es tan poético, o sea, es poético, pero no es lectura de poesía, sino que algo más conceptual que habla un poco de lo que decías tú antes: a mí no me molesta como ese doble estándar. Y paralelamente nace Tramo y 1/2. Llevamos cuatro años desde que debutamos en Laguna Verde y estamos con todo y es un viaje nuestro repertorio. Que de hecho me paso una anécdota, porque nos fuimos a presentar a la población Dávila en una actividad. Partimos con un ambiente más psicodélico, saludo como tímidamente y luego rompo la cuarta pared y reggae, cueca y la cumbia poética que obviamente lleva ritmos de cumbia. Entonces, cuando yo saludo al público pensé en decir viaje, pero no me atreví a decir que era un viaje. Bueno, terminó y nos bajamos del escenario y un loco me dice oye hermano medio viaje, compadre. Ya bacán, es un viaje. Y claro es así. Esa es nuestra propuesta de cómo jugar con las sensaciones desde la música con la poesía. Como te digo hemos estado en muchos lados. Nuestra segunda presentación fue en la SECH. Los caballeros y las señoras que estaban ahí, felices. Porque es algo que abarca a todas generaciones. Y ahí esta ese texto de la Dávila musicalizado en las plataformas (Spotify) y que nos grabó el Juanito Gronemeyer con su percusión, músico de Chico Trujillo y Floripondio
M: Acá en la revista tenemos una especie de pie forzado que a la persona entrevistada le pedimos que deje una pregunta para la siguiente entrevista. En este caso la entrevistada va a ser Sandra Theremin de Poetas Marcianos. Pero también te dejo la pregunta que dejó el entrevistado anterior Eustaquio Pérez cantor de decimas: ¿Cómo vinculas tu amor por el pueblo, por la población en la PAC con tu narrativa, con tu poética?
S: Como se vincula, yo creo que es como seguir siendo, vivir la vida y sorprendiéndome cuando hay que sorprenderse, llorar cuando hay que llorar y no olvidar. Cuando hablo de no olvidar hablo de los momentos, de la gente que vai conociendo; desde no olvidar el contexto más global: de memoria histórica si se quiere decir. Pero ese vínculo como seres con esa simpleza, y que esa simpleza desde la poesía: es la del señor del quiosco, de la vecina; como del texto de cumbia poética en el que resumo un poco lo que trato de explicar. El texto cumbia poética lo escribí en 2009, pero el texto nace cuando vivía en la población Dávila y estaba afuera de mi casa, en el pasaje, y estaba en una fiesta familiar y estaban bailando y yo miraba, en ese tiempo tenía nueve años, pensé siempre me ha gustado la cumbia, el baile, la fiesta, el estar con gente. Entonces, eso se vincula hasta el día de hoy de no perder la simpleza de las cosas. Y claro, uno va haciéndose más consciente de la responsabilidad que tiene al comunicar algo. En este caso hacía teatro, rollos sociales, organizaciones, pero ahí con la poesía, y me vincule. Y en el texto esta lo que escucho, lo que vivo, lo que plasmo y ahí está el vínculo con mi poesía desde la calle. La poesía como un ente que anda en la calle todo el rato.
M: Ya pensaste la pregunta. Que le puedes dejar a Sandra.
S: ¿Qué vinculación hay entre el sonido y la letra? Es decir, la creación literaria, con la creación musical. Cuándo se juntan. Cuándo es una, cuándo es la otra. Y qué similitud tienen. ¿Cuándo se conectan?
Sergio Zúñiga Palacios, poeta, comunicador social, educador. Ha publicado tres poemarios; Paisajes urbanos (2011) Estado en trance (2015) Anto poesía; antología (2016) Ha formado y participado de diversas propuestas poético musicales entre las que cuentan entre otras Sergio y la banda de don Rubén (2009-2013) Oneris; poesía expandida (2017) Sergio Zúñiga y Tramo y 1/2 Con este último proyecto se encuentran a puertas de lanzar su primer sencillo por diversas plataformas como Spotify, Amazon, y Youtube. Con el poema musicalizado ‹‹Contando tus calles; vida en la Dávila›› Poema dedicado a la población del mismo nombre, dónde en esta versión cuentan con la participación en percusión de Juan Gronemeyer, integrante de Chico Trujillo y la Floripondio respectivamente. Actualmente está preparando su cuarto libro cuál pretende lanzar este 2021.
Entrevista completa en: https://www.instagram.com/p/CNBNjaRJ53W/