Revista Montaje junto con librería Aldebarán tienen el agrado de presentar la entrevista a la escritora y compositora Sandriuska Theremin.
Miguel Echeverría: Comentaba que has publicado Sonidos del Éter que son ensayos de la literatura sobre la música. Para expresar tu gran amor por el Theremin, este instrumento. ¿Si quieres podemos hablar un poco de eso para comenzar?
Sandriuska Theremin: El libro lo publique en octubre del año pasado con Marciano Ediciones. Es un libro que habla de la historia del primer instrumento que revolucionó la historia de la música electrónica. Valga la redundancia. Pero de verdad la revolucionó. Porque es un instrumento, que de partida fue el primero en ser electrónico, además de ser el primero que se toca sin tocarlo. Porque las notas se hacen en el aire. Y funciona a través de la onda electromagnética.
M: Es eso, la onda electromagnética, lo que suena en definitiva o la interrupción de ese campo.
S: Claro, es como que mi energía, mi carga eléctrica, es la que ejecuta las notas: ese sonido. Que es distinto, si, por ejemplo, toca otra persona. Porque va a tener otra energía, va a sonar diferente. Es algo mágico.
M: ¿Es la vibración?
S: La vibración que entrega tu propio cuerpo; a través de la onda electromagnética que tu produces.
M: ¿Y cuál es el origen? ¿A comienzo del siglo pasado?
S: Este instrumento, este año va a cumplir 102 años. Fue inventado por un físico ruso que se llamaba Lev Termén pero él se puso León Theremin. Porque Lev significa León en ruso y Theremin porque él patento el nombre del instrumento. Ahora, este hombre, fue visionario, te fijas, porque creo este instrumento, pero además creo muchos otros más. Y cómo parte la historia de León Theremin, porque él estaba trabajando en un laboratorio de química y electrónica y en este instituto le pidieron a él que creara un dispositivo para medir la frecuencia de la densidad de los gases. Y él empezó, así como a inventar un circuito electrónico, y ahí comenzó a darse cuenta del sonido, que cuando él se acercaba el sonido era más agudo y cuando se alejaba era grave. Él también era músico, por lo tanto, le recordó mucho el sonido del Violoncelo. Es fascinante.
M: ¿Y cómo empieza la historia?
S: Bueno, la historia empieza ahí, pero es tremendamente controvertida. Porque su adolescencia transcurrió durante la Primera Guerra Mundial. Después vino la Revolución Rusa.
M: ¿Él vivía en Moscú?
S: En Moscú. Y de ahí, él siguió trabajando en laboratorios y después vino la Segunda Guerra Mundial. Pero en octubre de 1919 descubrió este instrumento. Y en el año 1920 lo presento a la sociedad rusa y se lo presento a Lenin. Lenin quedo maravillado en ese tiempo. Incluso cuando se lo presento en el Kremlin había un piano de cola que tocaba la misma secretaria de Lenin. Comenzaron a jugar con el piano y el theremin. Incluso él le indicó como poner las manos y Lenin empezó a tocar en el instrumento un tema muy lindo de Mijaíl Glinka, compositor del siglo XIX; un tema que se llama la Alondra. Y lo empezaron a tocar entre ellos dos, imagínate.
M: Celebre. Notable.
S: Una maravilla. Entonces, Lenin le sugirió a León que diera a conocer este instrumento en toda la Unión Soviética y después a todo el mundo. Así lo hizo él, comenzó a viajar en 1925. Fue a Alemania, a Francia, después a EE.UU. Y ahí fue conociendo muchos artistas en el camino. Directores de cine, incluso conoció a Chaplin. Y Chaplin le pidió que lo ayudara. Esto está en mi libro. Estuvo también Einstein. Muchos personajes importantes, tanto de la cultura como científicos que se acercaron a León para pedirle ayuda porque ellos también eran músicos y querían hacer cosas. Le pidieron que fabricara instrumentos.
M: ¿Cuéntanos como continuo su vida?
S: Es muy fascinante. Te cuento más. Él estuvo triunfando en el año 1925 y cambio su apellido por el del instrumento. Siguió una gira. Estuvo en el Teatro Opera de Paris. Donde él se presentó cancelaron otros conciertos para que él repitiera sus conciertos. Porque todo el mundo quedaba maravillado con el instrumento, lo estaban conociendo. Imagínate en el año 25 conocer un instrumento así; era tremendo.
M: Me imagino que las personas veían en él no solo música, no solo buen gusto y la buena aura que viene de la armonía, sino que también de la ciencia. Y junto con él, el impulso revolucionario que estaba viviendo esa época, que fue de cambios bien profundos y bastante rápidos. Era como un instrumento alucinante.
S: Un instrumento futurista. Y lo otro es que él se preocupó en los conciertos; de llevar un equipo especial de luces para crear una atmosfera. El hombre era muy ejecutivo y muy preocupado de todos los detalles. No solamente iba con sus instrumentos, sino que él como científico y como especialista en lo que era la electrónica; llevaba juegos de luces donde él se presentaba en conciertos en que todo esto, además, de adorno: eso le daba una atmosfera especial a sus presentaciones. Ya el instrumento era algo maravilloso, imagínate con las luces, con los focos que inventaba y todo eso.
M: Completamente alucinante. Yo creo que eran experiencias que invitaban a seguir creando, a buscar, no sé si crear cada uno de los instrumentos, pero sí a avanzar en términos de cómo podemos experimentar con nosotros mismos. Con nuestra posibilidad de hacer ondas.
S: Sí. Y la tecnología, fundamental, porque él como científico y también viviendo esos momentos tan duros de guerra, donde la gente estaba desesperada, era como que a él le daba más para crear. Crear y crear. Seguía inventando. En el libro cuento que a él lo toman preso, lo llevan a Madagán, que era un lugar donde llevaban a los prisioneros políticos que sé yo. Pero a él junto a otros científicos los dejaron en una parte especial, pero en el mismo lugar para que ellos siguieran trabajando para la Unión Soviética en ese tiempo. Él construyo el primer dron y lo hizo de madera en esos laboratorios.
M: ¿Una suerte de prototipo?
S: Claro, una suerte de prototipo. También el boran era como un método óptico que era para observar y escuchar a distancia, entonces, necesitaban un aparato como un control remoto, similar, apuntando a la ventana y podían escuchar y mirar quien estaba ahí. Por ejemplo, eso lo usaron en la embajada de EE.UU. y en la de Francia. Era un hombre visionario, de verdad.
M: Es un ejemplo para esta época donde hay posibilidades de que los científicos hagan ciencia, que los músicos hagan música, para que cada uno haga lo que quiera. Pero para seguir en ese entusiasmo por crear o por ocupar la tecnología en lo que nos hace distintos.
S: Mira en este mismo libro había hecho la investigación hace años y precisamente el año pasado durante la pandemia yo empecé a trabajar en este libro, a reunir la información. Aproveche los primeros meses de pandemia y lo publique en octubre. Pero claro yo había investigado antes, fíjate tú, que yo me siento como privilegiada en el sentido que puedo crear, puedo escribir, puedo hacer otras cosas, entonces la pandemia no me afecta tanto como a algunas personas. Cierto que, el año pasado tenía programado varios conciertos y todos se suspendieron, pero yo aproveche esa instancia y publique. También, paralelamente al libro, una vez que lo terminé, empecé a crear la música para este libro y ese fue el primer single que publiqué este año con el sello de Pueblo Nuevo. Se llama Los sonidos del éter. Y lo que yo hago en ese tema, es como hice la música inspirada precisamente en el theremin y en los sintetizadores que también me refiero en este libro. Porque de alguna manera, siento, hice una fusión entre sintetizadores y theremin porque yo siento que el theremin dio paso a la creación de los sintetizadores que fue más o menos en el año 60 cuando empezó Moog y otras empresas, pero los primeros sintetizadores los creo Moog y entonces yo ahí hago como una mezcla, como un tributo, pero a la vez la fusión de ambos. Porque eso abrió todo un camino a la música electrónica. Porque ahora imagínate en estos tiempos como que todos los músicos usan los sintetizadores. Y siento que todos esos inventos se hicieron durante guerras. Imagínate la Primera Guerra Mundial, la Segunda, la Revolución Rusa que fue muy fuerte, después la Guerra Fría que no terminó hasta el año 91, sino me equivoco, durante todo ese tiempo. Y en los años 60 se empezaron los sintetizadores, te fijas. Como que mí primer single quiere expresar eso, a través de la música, como la fusión y la mezcla de eso y también es como el sentimiento que de repente, del sufrimiento, del dolor puede nacer algo muy rico, como salió esto, y todo lo que hizo Theremin. Es como doblarle la mano a lo doloroso que fue, ponte tú, la Primera Guerra, piensa tú que en Europa cuando estaba todo esto, nacieron muchas corrientes de distintas vanguardias con el tema de los escritores, de la poesía, el dada, el surrealismo; todas esas corrientes que fuero naciendo, es como que los artistas dan rienda suelta a su creación, pero también producto del dolor, del momento que están pasando y yo creo que ahora, por ejemplo, con lo que está pasando con la pandemia, después de esta van a haber muchas creaciones. En todo el ámbito cultural, en la escritura, como en lo visual; en todas las artes.
M: Puede haber una primavera importante, por este mismo ejemplo. Fue bastante duro en este momento, me imagino, para los científicos, para los que estaban realizando investigaciones y darte cuenta que solo terminaban en armas.
S: Era más crudo que la pandemia, porque te tiraban bombas. Imagínate Hiroshima cuando mataron tanta gente y esto también lo pongo acá. También hablo del Holocausto.
M: La consciencia de haber vivido un proceso de autodestrucción bastante profundo. Que me imagino la vida social de la época para poder, por ejemplo, imaginarte estrenar un instrumento musical como el theremin ya era complejo, como lograr subir la estima, la actitud de una sociedad que se había destrozado. Para que hablar de la guerra.
S: Totalmente. Imagínate la hambruna, la muerte. Si comparamos esa época con lo que estamos viviendo ahora no es tan terrible como eso, como que te mate gente todo el día, que te tiren bombas, pero que de alguna manera es como…, hay una similitud en ese grado tan grave como es la guerra, creo yo. A lo mejor estoy equivocada, pero yo creo que la pandemia va a dar para harto en la creación. Ahora pasando a otro tema: la poesía. Yo escribo poesía desde hace bastante tiempo y también cuento y aproveche la pandemia el año pasado de meterme a un taller de cuento. Porque yo escribía por mi cuenta y quería ver cómo era la técnica, te fijas. Y lo encontré genial.
M: ¿Dónde lo hiciste?
S: Por Zoom con Jorge Calvo. Escritor que pertenece a la Sociedad de Escritores. Y este año estoy haciendo un taller de poesía: Verso Bruto con Miguel Moreno porque siento que, o sea, en lo personal creo que siempre es importante aprender y por ejemplo en este grupo y en el de Jorge Calvo donde compañeros muy interesantes que son escritores, pero que están en el taller para aprender más, de aprender de los compañeros. Es súper gratificante que tú puedas aprender de un compañero o compañera y también que ellos puedan aprender un poquito de ti, te fijas. Ahí hay un intercambio de ideas. Eso es súper importante en estos momentos, que lamentablemente no puede ser presencial, pero de alguna manera tú mantienes tu mente activa y tu creatividad.
M: Sí. La tecnología la tenemos precisamente para explotar esas posibilidades. Los talleres por Zoom ayudan bastante, por lo general el problema de los talleres era eso, lograr la congregación. Pero en la medida que tengas internet es posible conectarte con cualquier lugar del mundo, incluso. Yo he conocido de talleres como el del libro de La mujer rota donde comentan que vienen de México, Argentina. Y que esas vivencias más allá de incluso tu propia nación pueden enriquecer todo lo que uno este creando. ¿Cómo es tu caso de cómo te enfrentas a la hoja en blanco?
S: Yo siento que para mí la poesía es como expresar los sentimientos que uno siente. Que siente hacia cualquier tema. Siento por otra parte el arte, cualquiera sea el arte: sea en el ámbito visual, la escritura, la música; no puede estar desconectado de la política. Ni de la problemática social. Siento que el arte de alguna manera tiene que estar ahí, tiene que estar vinculado. Entonces, yo tengo poesía muy romántica, pero otra muy de denuncia. Por ejemplo, hay un poema que se llama Respiro Azul que lo escribí hace tiempo y Poetas Marcianos lo musicalizo y es un poema que está dedicado al pueblo mapuche y yo lo escribí en español y me contacté con un profesor para traducirlo al mapudungun. Porque yo no sé mapudungun, entonces mi poema me lo enseñaron a pronunciar, porque yo lo recito con Poetas Marcianos en vivo: lo digo en español y mapudungun y es muy entretenido y tiene una musicalidad especial; suena muy lindo. Me gusto más que en español. Es un poema en contra del sistema, como todos sabemos llevan años siendo explotado, explotadas sus tierras; por eso hice ese poema.
M: ¿Cómo terminas traduciendo en palabras situaciones tan violentas o tan fuertes? ¿Cómo les das nombre o conceptos claros a algo que estás sintiendo?
S: Para mí en lo personal, es algo como automático, algo que nace, un sentimiento y tomo el papel y empiezo a escribir. Cuando yo vi eso en las marchas, así como que me salió rápido. Es un sentimiento que va aflorando y que lo voy expresando a través del lenguaje. Creo que la herramienta principal son las palabras.
M: Claro, cuando estás ahí, en la creación, cuando acaba de ser interferida tu conciencia por una emocionalidad más allá; uno como poeta, como creador, pareciera que se encuentra en un viaje interno, en que busca cuál es el concepto exacto, cuál es una forma de representar, de expresar, de hacer sentido. Incluso, además de la fonética y además de la armonía cuando queremos hacer rima en un poema o en el verso libre que queremos dejar de manera manifiesta lo que nos pasa.
S: Lo primero es como uno escribe la idea central, que deja brotar un volcán que salga todo lo que uno quiere, pero después yo tengo que ordenarlo y tengo que ir modificando e ir jugando con el lenguaje: con la metáfora para que quede más bello el poema y a la vez entendible. La idea de lo que uno escribe es que llegue a las personas. Que la persona pueda tocarlo, que lo escuche, si no para que uno escribe. Tiene que transmitir un mensaje, creo que eso es súper importante para un escritor, sea cualquier ámbito, sea en la narrativa o en la poesía: es como transmitir algo. Y creo que para mí la poesía es una herramienta para transmitir sentimientos e ideas. Y siendo súper honesta nunca a la primera voy a quedar conforme con un poema. Lo tengo que cambiar. Ir modificando, pero la idea central no. Gabriel Zelaya el poeta español decía algo como que la poesía es un arma cargada de futuro, la poesía es algo que se trabaja, no como algo espontaneo que llega y se escribe; siempre hay técnicas y herramientas.
M: Tú sometes al escrutinio tuyo, de tu capacidad de enjuiciar y criticar tu obra, pero también, eso te quiero preguntar: ¿lo sometes a juicio? ¿lo editas con otros?
S: No. Yo sola. Todos mis poemas sola. Creo que la poesía es algo tan íntimo, tan de uno, tan personal que cuando tú llegas al trabajo final es algo totalmente tuyo. No puedes… Eso no se comparte. Lo compartes para ya entregarlo, cuando ya está listo.
M: Es muy común que la escritura en prosa siempre se someta a edición y por lo general es bien objetiva. Pero cuando te editan un verso cambia completamente. Hay palabras que para ti son mucho más importantes y que son el eje.
S: Yo como editora, porque trabajo en Marciano Editores, en la poesía tenemos muchísimo cuidado porque cuando el poeta pone una coma o pone un signo es por algo, entonces, lo respetamos. Si, por ejemplo, en la poesía tú puede jugar mucho con las palabras. Hay en Altazor de Huidobro un juego de vocales que se va repitiendo y no le puedes sacar o agregar ninguna vocal, nada, porque el poema tiene un canto, tiene un número ese poema. Poetas Marciano lo musicalizo cuando estuvimos en Argentina. Allá en Mendoza. A lo que voy yo, es que la poesía, así como te da cancha para jugar mucho con las palabras y con los sonidos porque igual cada verso tiene un sonido en la poesía, entonces, tú te puedes dar esa libertad de jugar. Por ejemplo, en este libro que hice tengo dos poemas: uno está dedicado a Clara Rockmore y la historia de ella es muy particular, ella fue una adolescente, una mujer prodigiosa de la música y desde muy pequeñita tocaba el violín; era su instrumento preferido dentro del conservatorio con cinco años; cuando en la adolescencia ella tocaba y de pronto le vino una enfermedad por mala nutrición que le paralizo los brazos, ella no podía moverse a la posición del violín. Entonces, un día en un concierto en EE.UU. que fue a ver a León Theremin que la llevo su profesor Leopoldo Auer para sacarla de esta depresión. Ella quedó impresionada por el instrumento, se acercó a León Theremin y empezó inmediatamente a tocar las notas y yo le hice un poema muy cortito. Ese poema, cuando investigue la historia, me salió de una. Lo encontré tan maravilloso porque ella fue una mujer que terminó sus días, viejita, tocando el theremin, tocaba maravilloso: música clásica, como El lago de los cisnes, toda esa música y con el puro Theremin.
M: Otra mujer prodigiosa y talentosa que tú has trabajado es Winétt de Rokha, ¿no?
S: Sí. Y Gabriela Mistral. Que decir de Gabriela Mistral, una mujer tremenda, tanto en lo cultural como en lo social y en el feminismo. Ella fue una de las primeras feministas. De hecho, el poema que musicalice de ella: Una mujer del libro Lagar. Y que todo ese libro está dedicado a las mujeres. Son puros poemas de mujeres y yo elegí Una mujer que es un poema muy triste y lo musicalicé igual que el de Winétt de Rokha que se llama Padre Nuestro.
M: ¿De qué libro de Winétt de Rokha es?
S: Es de Cantoral. Que era como una revista en ese tiempo. Multitud era la editorial, que en principio era una revista y Pablo de Rokha la transformo en una editorial. Y ahí publicó el libro Cantoral la Winétt de Rokha.
M: ¿Tú además de musicalizar cuentas un poco su historia o analizas su obra?
S: Yo la estudié en su momento y para poder musicalizar el poema yo tuve que pedir permiso a la fundación Pablo de Rokha y fueron súper buena tela y me autorizaron a publicar y en ese momento hice yo como un pequeño estudio de la Winétt de Rokha. Ella escribía de antes, pero ahí había un machismo tremendo de parte de su esposo Pablo de Rokha como que no la dejaba ser publicada. Ella trabaja con él hasta que al final pudo publicar esto, pero ella estaba escribiendo por lo que según estudie, escribía de antes, pero igual ahí había una especie de machismo y Pablo de Rokha, no olvidemos que era militante del PC y ahí también se veía algo de machismo en esos tiempos.
Sandriuska Theremin. Thereminista, música, compositora escritora y editora. Forma parte de la Banda de Poetas Marcianos. Ha publicado “Los Sonidos del Éter” (2020), Ensayo de Literatura Música, editorial Marciano Ediciones, “La Flor en que Amaneces”, Antología de Poesía Hispanoamericana (2020), editorial Azalea, Venezuela. “Formas Breves” Antología de cuentos y micro cuentos, editorial Signos. “Encerrar y Vigilar” Antología de poesía, escrita en Pandemia., Editorial marciano Ediciones. Marzo 2021 Primer single Los Sonidos del Éter editado por el Sello de Pueblo Nuevo. Actualmente se encuentra trabajando en su primer disco como solista, ha realizado la composición musical de poemas propios y de otras autoras.
Entrevista completa en: https://www.instagram.com/p/CNTWHoZJ350/