Crónica: Colecciones

Créditos: imagen cedida por Camila Acevedo Durán

 

Colecciones

Camila Acevedo Durán

 

El tamaño de los billetes es variable, algunos ni siquiera caben en el plástico liso de álbum standard para el billete de dólar. El uso de color, marca de agua, tipografía, dibujo o frase ha cambiado y madurado. Los miles de impresiones de papel que millones de manos han tocado para intercambiar por lo que sea en países que incluso ya no existen, en colonias que ahora son independientes, en períodos en que escaseaban o estaba tan devaluados que las billeteras rebasaban de billetes.

Pueden tener algunas marcas de lápiz con algún mensaje para la abundancia, o por si algún día vuelve. Pero, por sobre todo tienen mugre impregnada en su textura. Bacterias, virus, cosas que escasamente podemos detectar en su color ennegrecido, pero que ahora si, son realmente una preocupación. Ahora, en algunos lugares se paga solo con contacto, con tarjeta, crédito o débito, o con transferencia bancaria. Del papel a un plástico monocromo con letras con relieve, que cuando he tenido que cambiar me han dicho que lo mejor es destruir, para que no la clonen.

Cuando era niña y aún funcionaban los teléfonos públicos, la compañía Telefónica generó unas tarjetas de prepago con diseños de la serie Pokemón. Muchos de mis compañeros querían tener esas tarjetas, no para llamar, porque no teníamos a quién llamar a los 12 años, sino para coleccionarlas, yo quería tener la de los pokemones principales, una roja, una azul, una amarilla y una verde (siempre me he preguntado por qué el verde se prioriza por sobre los otros colores secundarios cuando hacen productos en serie, pero eso debe tener una respuesta sencilla para un diseñador).

Logré que mi mamá me comprara una, costaban $3.000 pesos de la época (mucho más de lo que valen ahora esos billetes). Me compraron la de Pikachu. Llamé a mi abuela, a mi mejor amiga, y luego mi mamá terminó de gastarse la plata. Mi colección terminó en uno, pero fue suficiente para mi. Por años guardé esa tarjeta en un plástico de cuaderno, hasta que fui adolescente y ya no me interesó.

¿Las tarjetas serán las nuevas colecciones? Al menos son esa nueva forma de transacción decorada con el brandeo de algún Banco, o de la variedad que permite más o menos privilegios. Puedo ver que en un futuro próximo estas serán los objetos en los álbumes. El bitcoin y las criptomonedas disolverán el objeto para convertir el intercambio en un rito cada vez más fugaz, y de menos contacto.

Para los coleccionistas nunca se ha tratado de lo que hacía el objeto, o del valor que tenía en su momento, tal vez como anécdota o comentario, pero la función del objeto en la colección es la preservación. ¿Cuántos bitcoins valdrá en el futuro el billete de Gabriela Mistral del año 1977 (primer año que se hizo)? ¿O cuánto pagaran por la visa dorada con fecha de vencimiento 08/2025?

 

 

Camila Acevedo Durán. Es linarense. Nació y creció en la zona rural de Vara Gruesa, camino a Panimávida. Estudió Periodismo en la Universidad de Chile y un Diploma en Estética y Filosofía en la Pontificia Universidad Católica de Chile. Trabajó en televisión como guionista de un programa para la señal internacional de TVN, en medios digitales, e incluso en una agencia de publicidad buscando qué le atraía del periodismo. Actualmente trabaja en una empresa dedicada a tecnologías para la educación. Su Instagram es @de.tundra.

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