Revista Montaje junto con librería Aldebarán tienen el agrado de presentar la entrevista al editor Joaquín Eguren de Queltehue Ediciones (microeditorial).
Miguel Echeverría: Preséntanos la editorial, por favor.
Joaquín Eguren: Soy parte del equipo de Queltehue Ediciones. Es importante mencionar que es una microeditorial, todos hacemos bastantes cosas. Conformamos el equipo general entre cuatro personas: Daniela Carrasco es la editora en jefa, Paulette, nuestra diseñadora y a la Caro que es otra diseñadora que nos apoya con ciertos proyectos. Nosotros iniciamos el dos mil dieciocho y siempre destacamos este concepto de microeditorial, si te fijas llevamos tres años de trabajo y en ese tiempo llevamos publicados cinco títulos. Entonces nosotros trabajamos bastante como a escala; no es que tangamos un funcionamiento tan amplió. Por eso nos toma en el año poder editar un total de máximo tres libros y eso con el tiempo ha ido aumentando de forma progresiva y llegar a la meta de diez títulos y de esos tenemos tres que ya están en desarrollo, en la última fase de trabajo.
M: ¿Qué los motivó a desarrollar una editorial en un momento en el que pensarlo como un proyecto se ve complejo? ¿Cómo idearon la planificación?
J: Básicamente, lo que queríamos desarrollar, era un proyecto editorial que pudiera de alguna forma incorporar voces que no estaban dentro de los proyectos ‹‹tradicionales›› por eso teníamos un foco en participar en la Comuna de Estación Central y Quilicura que eran los lugares de adónde teníamos orígenes nosotros y de esa manera expandirnos a Lo Prado, Maipu, y Cerrillos; lugares que de alguna forma recorríamos de infancia y que no encontrábamos oportunidades para poder, de alguna forma, participar en talleres literarios o en ese tipo de instancias. Con eso no quiero decir que haya un problema con las otras comunas, al contrario, la experiencia literaria la desarrollamos en Ñuñoa, Providencia, porque esas son Municipalidades o gestiones que de alguna forma invitan a otros actores a poder integrarse en ese sistema. Entonces, el año dos mil dieciocho teníamos esta inquietud. Y está es una editorial manejada por profesores, y son muy sistemáticos; desarrollamos todo el proceso de legalización. Creo que eso es súper importante conversarlo un poquito porque algunas veces la editorial solo mira el proceso final que vendría a ser el libro y el contenido del libro, claro esa es como tu cara, cierto; la cara que presenta la editorial, pero para llegar a ese proceso final pasamos por muchas etapas. Por ejemplo.: teníamos que ver el proceso de la consolidación de una empresa, de poder tener las patentes comerciales que te desarrolla el SII, teníamos que legalizar los contratos con los autores y definir, que vendría a ser una de las cosas más importantes, cuales son las líneas editoriales a las cuales íbamos a seguir; entendiendo que uno hace una cartografía de alguna forma de lo que está pasando en el mercado, en el interés nacional, y en base a eso, intentar buscarse un nicho. Ahí, también quería mencionar que, si bien, cuando uno se pone a investigar sobre estos temas, no hay mucha información en Chile o si la hay es de difícil acceso a entender cuáles son las funciones que tiene que tener una editorial: cuáles son las responsabilidades que tiene que tener una editorial, y al mismo tiempo cuáles son las funciones y responsabilidades que tiene que tener un autor. Yo creo que ese tema es súper importante y hay un proceso de autoaprendizaje súper claro porque un libro lleva el ISBM, que es algo que gestiona la editorial, pero también lleva el RPI, que sería el registro de propiedad intelectual y eso es algo que se gestiona con el autor, y que te da la seguridad que el autor tiene el derecho sobre su obra y al momento que hacemos la cesión de los contratos, cierto, nosotros decimos: mira por cinco años nos interesaría que este título estuviera con nosotros si tu aceptas ese contrato. Quiere decir que este título se va a reproducir por un total de cinco años y ahí se define cuál es el porcentaje de ganancias para cada uno de los autores. Nosotros destacamos eso desde el inicio, porque para que en el fondo el proyecto agarrara forma y de alguna manera contribuyera al ecosistema de todo el proceso de los libros; tenía que tener ese nivel de ‹‹formalidad›› para que de alguna forma estuvieran súper claro los roles, a pesar, que nosotros, si bien; algunos de los autores que tenemos que no son tantos: los conocíamos de antemano a otros que no. Eso siempre nos funcionó de manera efectiva y hasta la fecha siempre hemos tenido una buena relación con todos nuestros autores, afortunadamente. Porque cuando vamos a distintas instancias, no sé, tú ves foros de fomento editorial o lector, que hace una persona que hace la otra; siempre hay dudas sobre eso. Tú le preguntas a una editorial y te va a decir, quizás, otro procedimiento completamente distinto. La estandarización en ese sentido es súper difícil y de repente tenemos, quizás, hay autores que tienen un libro espectacular y nunca le han hecho un contrato u otras donde la editorial se confundió y era coedición; y eso es muy relevante para las microeditoriales y también las independientes, que yo creo que la mayoría ya lo tienen. Yo lo hablo más para los que recién se están iniciando; puedan tener todo bien clarito desde el inicio. También me gustaría decir; que pasa que nos llegan muchos correos para decirnos que tienen un manuscrito y saber si hacemos coedición. Y eso es súper importante, porque en la coedición el autor paga para financiar el libro. Tengo un texto, lo mando a una editorial y tiene proceso de coedición y ahí se llega a un acuerdo. Quizá el autor quiere pagar el 40% de la financiación total del libro y el resto lo pone la editorial un 60% y ahí ellos verán como es el porcentaje de venta, quizás más para el autor o una cosa así. En nuestro caso, nosotros siempre apostamos que sea financiado 100% por la editorial y después aportamos el 10% de las ventas a cada uno de los autores porque de esa manera creamos el compromiso y le damos más solidez a nuestra línea editorial.
M: ¿Cómo definieron las áreas a abordar en la editorial?
J: Hasta la fecha tenemos dos líneas editoriales. La primera de nuestra colección de poesía que se llama Puelche y la segunda es la colección de ensayos experimentales que se llama Pikún. Tomamos todas esas palabra o definiciones de los distintos vientos de los pueblos indígenas. Porque está relacionado con el concepto del queltehue que son aves que, afortunadamente, todavía se pueden ver en el país, aquí en Estación Central rodeado de todo este concreto, así que por eso tiene un significado simbólico para lo que hacemos. Como definimos nosotros la línea editorial, lo que queríamos explorar eran autores que no tuvieran ningún libro publicado en físico, que pudieran venir de alguna de las comunas que eran de nuestra preferencia y que tuvieran proyecto que de alguna forma retrata lo que ocurría en la ciudad. Esa fue como la primera definición que nosotros tuvimos. Por ejemplo, tenemos el libro de Max Bolados Constelaciones; es de Lo Prado y ahí quiero mencionar que ha sido importante, porque Max Bolados está haciendo talleres para la fundación cultural de Lo Prado. Esa instancia en que pudimos hacer el trabajo de desarrollo de su libro permitió que él pudiera continuar trabajando con la fundación y que de alguna forma va irradiando. Él fue junto con Pascal Jorratt los primeros dos autores. Y, después pasamos a un tema de tener autores más jóvenes con Marcelo y la Mayi que los dos deben tener menos de veinte años, tenían un par de poemas, y una prosa súper interesante que está disponible en contexto online y al mismo tiempo, que ese es el giro que nosotros queríamos dar, tenía una propuesta de poesía experimental; que yo no te podría dar una definición de poesía experimental la verdad. Pero son libros que te llaman a tener distintas lecturas por distintos momentos de tu vida, entonces no acaba cuando se cierra el proceso de leer el poema, porque hay muchos poemas que están abiertos o que requieren que el autor en sí mismo contribuya a la obra y ese fue uno de los focos que pudimos hacer. Por ejemplo, en el caso de Marcelo lo logramos bastante bien. En ese proceso de acompañamiento que realiza el autor en la obra, hay muchas instancias que hay que darle vuelta, como que hay que dar ese giro porque en el fondo tenemos muchas editoriales de poesía y cada editorial tiene que buscar su identidad y nosotros estamos haciendo ese tránsito hacía allá poder movernos, hacia libros que sean cien por ciento objeto. Ahora, es súper importante, que de todos los autores que hemos mencionados tienen un tiraje súper pequeñito, ponte lo máximo que tenemos son doscientos ejemplares que vendrían a ser las últimas publicaciones. Y al inicio tuvimos cien. La idea es que todos los textos se vayan, se vendan, o se distribuyan o vayan a una reseña literaria para que puedan seguir financiando futuros proyectos. Por lo general pasa que se entusiasman y, por ejemplo, me ofrecieron sacar quinientos libros: ¿pero es posible vender quinientos libros de la nada? Uno debe hacerse esa pregunta por qué esta la cadena del libro: el autor, el editor, la bajada a la librería, a los que entran, a las ferias. Esa cadena, al fin y al cabo, va sacando cierto porcentaje y se va nutriendo y de alguna forma termina siendo complejo. Yo mencionaría también que por ahí está una de las mayores debilidades que nosotros tenemos: ¿por qué? Nosotros empezamos el dos mil dieciocho a consolidar el proyecto; llegamos a Chile, estuve un tiempo estudiando en el extranjero, y nos pudimos establecer en algunas ferias, uno va conociendo distintas editoriales, participamos en la Furia, pero paso el contexto de pandemia y no pudimos profundizar en esta alianza. En este contexto de virtualidad, si bien afortunadamente, nos ganamos dos Fondos del Libro y eso nos permitió financiar otros proyectos, pero en sí, perdimos un poco esa visualización. A otros editoriales les fue súper bien, porque están en distintas asociaciones, cooperativas que eran el paso a seguir que teníamos nosotros y que queremos, evidentemente, retomar la presencialidad. Siempre seguimos con los libros en físico, nada ha pasado a ser epub, por ejemplo, por un tema que el poema experimental se pierde un poco en ese formato. Cuando una va a estos talleres donde se puede pasar a epub o a ebook; en general en narrativa, si tienes cosas experimentales el libro no necesariamente va a captar todo eso. Eso ha sido uno de los grandes desafíos.
M: ¿Crees que estos nuevos autores y editoriales como la tuya sean la vía para llegar justamente a esos lugares donde no teníamos autores, no teníamos libros y que se está convirtiendo en un movimiento en ciernes?
J: Evidentemente, mira una de las cosas que más me preocupaba era la memoria que tenía Estación Central, probablemente las personas que están viendo esto, son conscientes que la comuna ha sido invadida por distintas inmobiliarias; una destrucción del patrimonio bastante importante. Entonces, qué pasa cuando no existe un registro de esa historia. Al fin y al cabo; muere, más allá de lo que podamos ver, no vamos a saber qué ocurrió allí. A nosotros nos interesaba rescatar eso de los territorios que habitábamos. De alguna forma, no es que quisiéramos embellecerlo, pero si queríamos tener las voces de lo que aquí estaba sucediendo. Voy a nombrar a esta asociación: hay un grupo de ciclistas en Pudahuel que se llama Pedahuel Sur; bueno, con ellos tenemos un proyecto: hacer una cartografía de todas las actividades que estaban pasando, queríamos ver el tema de un libro objeto de los distintos mensajes que había en la comuna: era un proyecto súper grande, pero está congelado porque Pudahuel ha sido súper afectado por el tema de la Pandemia. A lo que va, es que la editorial busca mantenerse en este mismo contexto sin cerrarse a las invitaciones que uno reciba de otras áreas de Santiago; que como te mencioné anteriormente: la mayor exposición que tuvo al mundo de la literatura o al fomento lector ha sido en otros espacios que no están dentro de nuestras comunas, y eso se agradece enormemente. Entonces, uno ahora tiene ese rol y no es un rol que quiere decir que así se hace o no se hace, sino que es un rol de cooperación que buscamos hacer nosotros y de esa forma darle como un sentido una voz a los distintos actores que están acá en nuestras comunas. Igual yo tengo harta esperanza de ese proceso; porque cuando uno mira los resultados de las distintas alcaldías que están en estas zonas se ve que también hay una llegada a poder incorporar más personas. Porque yo en dos mil dieciséis cuando todavía no teníamos la editorial, muchas veces acudimos a la ‹‹fundación cultural›› que tiene Estación Central y ofrecíamos los proyectos gratis: los talleres gratis y nunca recibíamos respuestas. Fuimos a la biblioteca, al fin y al cabo, pero el proyecto quedó ahí. Es súper difícil llegar mientras que, en el caso contrario, cuando queríamos hacer un lanzamiento en Providencia o en Ñuñoa la gestión era súper rápida. Entonces, no es que uno quiera dejarlo de lado, pero si hay un tema como estructural que pueda estar ocasionando ciertas descoordinaciones, porque quizás, evidentemente Estación Central tiene otras necesidades que Providencia y Ñuñoa que se entiende bastante bien, pero aun así debería dar un espacio para estos proyectos.
M: ¿Y esa experiencia en el extranjero? ¿Alguna idea que sea buena traer?
J: Lo más relevante que uno ve, en mi experiencia, en el ámbito literario en Inglaterra; son los costos de producción de los libros que son muy bajos y hay mucho fomento por parte del Estado de adquirir los libros que gestionan distintas editoriales, por tanto, la diversidad es muy grande porque la editorial no depende de: si vamos a sacar este libro y si con este nos va bien, quizás, podemos financiar este otro. También, hay librerías en muchos más lugares, en ese sentido, el acceso se hace mucho fácil. Lo otro interesante, es esta plaquette: Procrastinación que sacamos, hay muchos tipos de poesía, de ensayo, de arte visual de autoras jóvenes emergentes del Reino Unido. Allá hay muchas cosas interesantes que se están realizando, sobre todo en el tema de la virtualidad. Nosotros realizamos un estudio de por lo menos siete proyectos, y en base a estos, buscar distintas editoras para que nos pudieran dar el contacto de las autoras y hacer la bajada para conversar sobre el proceso de traducción. Entonces, que nos llamó la atención de ahí, Reino Unido es un país que tiene un sistema de libre mercado igual que nosotros, evidentemente hay diferencias culturales, pero el problema que experimenta un país con libre mercado con el libre mercado más desatado del mundo son muy similares. Son estas temáticas universales de que hay un algo más allá. Por ejemplo, este concepto de procrastinación en el cual Meredith Grace Thompson presenta la imposibilidad que tiene ella para terminar un título, un ensayo, o un artículo literario y como eso se transforma en que ella se pone a hacer masa madre y en ese proceso que pasan horas le produce como un despertar: lo que está sucediendo en su vida y lo que está sucediendo, incluso, con Inglaterra y Boris Johnson. Lo que también me gusta de Reino Unido es que tienen muchos proyectos de libros objetos y que tienen muy bajo costo.
M: En tu rol como editor pareciera que tienen que ocupar distintas lupas para entender el inter-texto. Por ejemplo, por qué en un libro sobre no poder escribir libros a veces tengo que involucrar política tradicional; porque a veces hay noticias que te impactan más que otras y parece que hay más editores que buscan justamente ese tipo de escritura, ese tipo de pluma; que tiene una sensibilidad distinta como para demostrarte que sintió que esa noticia nacional o internacional le causo tanto impacto, le afecto tanto en su vida. Porque a la larga en estos inter-textos podemos ver que está detrás un problema mayor: por eso se escribe. Parece que es necesario decirle al resto que estamos sujetos. Sujetos también es el otro libro que tienen.
J: Sujetos es el último título de la colección Poesía Puelche de Mayi Eloísa Martínez. Es muy joven, debe tener diecinueve años, sino me equivoco, es de Venezuela, pero estuvo un montón de tiempo en Chile. Y este libro lo íbamos a presentar en Providencia, iba a estar Raúl Zurita, pero por el tema de la pandemia no se pudo presentar junto a él. La presentación del libro la hizo él. Igual la lanzamos con Lorena de Ediciones Sherezade, y María José Figueroa, que es nuestra nueva autora, también estuvo ahí. Este libro, son distintos sujetos, identidades que la autora tiene y que van retratando un poco el día a día. Son, yo diría que, tú puedes encontrar elementos que son muy banales y hay otros elementos que son bastante crudos sin ser fetiches, sin hacerlo un morbo. Los poemas me recordaban muchos a los de Stella Díaz Varín donde ella tenía un poema donde retrata a la arenera: un femicidio que ocurrió hace mucho tiempo, pero el ejercicio de relatar el femicidio no te impacta por lo violento que fue, sino con el respeto que está realizado el poema. Entonces, acá el sujeto dialoga con lo mismo: hay ciertos personajes dentro que tienen complicaciones, pero esas complicaciones o tensiones están bastante bien desarrolladas y se nota la pluma que tuvo la Mayi. Con este texto nos ha ido bastante bien, la verdad. En general el mundo literario de Venezuela y de la gente que estuvo con Mayi y de nosotros ha tenido una muy buena repercusión.
M: ¿Cuánto es lo que están publicando por año?
J: En general hacemos dos por años, pero retrasamos unos proyectos el dos mil veinte, el año anterior hicimos tres. Tenemos tres nuevos títulos: el Ritual del Pánico (un ensayo experimental), y de la colección de poesía Puelche es Cruce en el desierto de María José Figueroa y el otro es el de Ignacia Godoy, periodista por la Pontificia Universidad Católica y ese es un libro que se llama Cuerpo Invisible.
M: ¿Ves en la redacción de la nueva Constitución un espacio para las editoriales, un espacio para la industria del libro que pueda tener aportes estatales, permanentes o no?
J: Yo creo que definitivamente, y como te mencionaba anteriormente, las editoriales que pueden hacer trabajo en terreno, bueno, creo que la mayoría lo realiza. Creo que ha sido relevante. Si tú miras los indicadores de los fondos de cultura y el diagnostico que da el Ministerio de Cultura ya sea de todos los trabajadores del ámbito de la cultura: no solo escritura, sino sonido, artesanía y todo eso la situación es extremadamente crítica. Como no hubo acceso a turismo, a ferias, a eventos en público, evidentemente ese va a ser uno de los principales problemas que tenga que hacerse cargo la nueva Constitución, ya que todo funciona en base a tener un financiamiento y si ese financiamiento no está porque solamente es un concurso y no se pueden realizar proyectos. La verdad, no debería ser así. Aquí te voy hacer un paralelo con lo que ocurre también en investigación que se seleccionan los proyectos que tienen mayor financiamiento y es así actualmente. Y eso no puede ser. Porque si la investigación fuera importante para el país, como la cultura fuera importante para el país; debería tener cierto ingreso asegurado para que de esa forma se puede garantizar procesos y eso se ve como algo que es elemental y no solamente como hobbies o que alguien quiso hacerlo y ahí está el problema. Y con este cambio de paradigma que está yendo a un modelo más cooperativo y no tan competitivo se le abren muchas oportunidades a como se pueda redefinir la cultura y como nos dicen: no, eso nunca va a ser así porque nunca ha funcionado así, uno puede mirar la historia que tiene el país y si te fijas antes del golpe militar si había un financiamiento para la cultura, si había un financiamiento para investigación o para las artes en general. Entonces, no es como que estamos haciendo algo súper novedoso, algo que estuvo, que se interrumpió en un proceso que cumple casi cuarenta años y que ahora se tiene la oportunidad de poder hacerlo. Siempre se habla de los números y hacemos esta comparación de lo que gasta el Estado en temas de defensa y cosas así, es muy bajo lo que se necesita para poder hacer el financiamiento del mundo cultural, porque el mundo cultural no es un gasto, al contrario, es una inversión. Tenemos el concepto inversión, por cada, no sé, cinco mil pesos que el estado gaste en proyecto cultural, después se le devuelve el doble y eso es un proceso que creo que si está presente cuando mira la lista de los constituyentes, la experiencia de los constituyentes, evidentemente va a estar.
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Fantástica entrevista. Felicidades.