Gracias a perfiles como el del libro Agitadoras de la editorial de no ficción creativa y de periodismo narrativo Berrinche, bajo el alero de Libros del Amanecer, podemos estar aún más presentes en la atribulada experiencia de la mujer en el último tramo del siglo XX y comienzo del siglo XXI. Desde una vereda periodística, Revista Montaje ha podido compartir esta experiencia narrativa para apoyar la inmensa labor de difusión de estas historias. Agitadoras es un compilado de siete historias de un Chile feminista, cuyas autoras, todas mujeres, “se adentran en los mundos de sus personajes para explicar cómo sus vidas se han configurado no sólo a pesar del entorno opresor que las envuelve, sino incluso detonadas por éste.” Este sentido de deber y unión que transmiten las historias son elementos claves para el proceso que se lleva a cabo hace años, y hoy, más que nunca.
El periodismo de reporteo en la escena literaria logra difundir, a través de estos siete perfiles, aquellas preguntas sobre el feminismo que engloban el mundo actualmente. Este verdaderamente valioso trabajo abre preguntas igualmente valiosas: ¿Cómo se abren paso estas ideas en aquellos ámbitos sociales aún dominados por hombres? ¿Cómo una voz singular puede unirse a la pluralidad humana de lo que es ser hoy mujer?
Esta colección, que va desde Elisa Loncón a Zahra Habibi, fue el trabajo de un periodismo de mujeres y para mujeres. Las autoras son Consuelo Terra, Natalia Figueroa, Emilia Duclos, Vanessa Vargas, Meritxell Freixas, Belén del Castillo y Paula Huenchumil. Sus voces – tanto como sus nombres – son quienes forman estas preguntas que quizá hoy no tengan la respuesta que tendrán en años posteriores, pero sin duda, deben seguir siendo cuestionadas.
Vivimos en una época creativa en la que la sociedad patriarcal está recién – queremos creer – desaprendiendo su historia. En este proceso entender las experiencias actuales en código de emancipación social, cultural y hegemónica, siendo las mujeres las protagonistas nos abre la posibilidad de entender a mayor amplitud los intersticios culturales como el deporte, las artes, la identidad originaria, la migración, entre tantas aristas del feminismo. Sobre todo, Agitadoras nos muestra que el mundo literario es capaz de abrir la posibilidad de cambio.
Este compilado de perfiles que reclama ser leído, destaca la calidad profesional de las periodistas, quienes llegan a una profundidad de datos en función de los diversos ámbitos las agitadoras logran desenvolverse. Este relato profundamente vivencial de lo costoso que es abrirse paso en la sociedad logra graficar no solamente la calidad periodística, sino también la calidad humana en el acceso a las capas íntimas de aquellas agitadoras, de alguna forma entrelazadas y expandidas a posiblemente más de solamente estos siete perfiles. Este proyecto narrativo de Berrinche, bajo la compilación y edición de Bernardita García, logra cautivar con humanidad la persistencia y la lucha.
Es la sincera capacidad de empatía con las personas que, entrevistadas por las periodistas, logran armar imágenes de estas mujeres, la que extiende esa confianza dispuesta para contar sus historias, junto con un canon narrativo que caracteriza a la voz feminista del cono sur. Fuerza, sororidad y persistencia para remover las aguas patriarcales. Ese conocimiento agregado de cercanía y, porque no decirlo de un poco de mística, refuerza este texto como algo más que testimonial, convirtiéndolo en un manifiesto por la libertad. En cada reflexión y conversación se intuye esa muy condicionada dificultad de la relación de la mujer con su entorno, su perspectiva sobre la naturaleza crea una variante sobre el desafío diario por el reconocimiento y el respeto de su integridad. También es decidor el repaso investigativo de las reporteras, buscar conocer el detalle de sus infancias, de sus relaciones, de sus enfermedades, algunas que las hicieron afrontar la muerte de maneras prematuras, aquellas que engrosan la genialidad del texto. Además el hilo narrativo se mantiene fervoroso en Agitadoras, gracias a las posturas de las investigadoras: se puede ver un profundo respeto y admiración que va un paso más allá de sus similitudes con las mujeres que buscan representar.
Abordar estos temas en compilatorio de gran calibre, al mismo tiempo que el mundo se encuentra en su más alto encuentro con el feminismo hasta ahora, no solo encuentra pertenencia y valor, sino que da más guías a estas preguntas que nos son cada vez más contingentes. Los retrocesos, a la vuelta de la esquina, tal como es el caso de la prohibición del aborto según el fallo de la Corte Suprema de Estados Unidos, limitan cada vez más. Sin embargo, activista, feminista, o cual sea nuestra denominación, gozamos de aprender en estas lecturas respecto del humor, el deporte, el mundo literario, el activismo, la plurinacionalidad, y sobre todo el valor que estos puntos tiene en la vida de cada mujer.
Las redes y las relaciones sociales que fueron formando estas diversas figuras icónicas femeninas se entrecruzan como en un bosque subterráneo que vio la luz cada vez que se hicieron notar. Ese cosmos de personalidades demuestra que se pueden generar complicidades entre mujeres de distinto origen sin importar que compartan, o no, las capacidades y eventos de su vida con otra mujer. Esas experiencias, más sororas que nada, dan pie a una realidad tantas veces reconocida como cambio social, que en papel y en el formato que Agitadoras logra llevar a nuestros sentidos, cobra más que reconocimiento. Las mujeres cada vez más somos la muestra más pura del compañerismo por el cambio social.
Editado por: Lorena F. Equipo Montaje