Poesía: Qué lejos de mí y otros poemas. Cecilio Olivero

 

 

QUÉ LEJOS DE MÍ

Qué lejos estoy de mí.

Estoy tan lejos que me busco

irremediablemente por los rincones

de mi casa.

Estoy lejos, muy lejos,

ya no recuerdo aquel que fui

y que echo tanto de menos.

Me busco en los lugares pequeños,

en el ascensor, en el vestíbulo,

y cuando las pocas veces que salgo

me voy tan lejos de mí

que no me encuentro.

Qué lejos estoy de mí.

Poco importan los espejos,

la compañía o la añoranza.

Estoy lejos tan lejos

que me asombro de ser yo

quien formule estas palabras.

Estoy muy lejos, muy lejos.

 

 

CONFORMIDAD

Aunque tengas naturaleza especial,

aunque llores sin poderlo evitar,

que sepas que te tienes que conformar.

Ya se acabó la farra, la compañía,

el bienestar, el absurdo disfraz.

Por naturaleza no habrá igualdad,

la voluntad es un sonido sonando buen metal.

Te tienes que acostumbrar

al hipócrita adiós, la soledad,

amigos, ¿dónde están?

Te llaman Pinocho, te llaman bobo,

estás en este mundo

donde obedece el sicario, el capataz.

Hablarán de ti por detrás.

Porque no los sientes hablar,

te tratarán como un payaso,

como una trompeta de juguete

y una nariz roja que el mundo te dará.

No creas que es casualidad

a eso te tienes que conformar.

 

 

ODA A MALINCHE

Te utilizaron porque ignoraban tu idiosincrasia,

estabas enamorada y traducías para la raza.

Hernán Cortés no supo apreciar tu habilidad.

Eras como Satanás,

 interprete de lenguas varias,

tu maldición fue el descalabro maya.

Malinche, yo te hubiera querido,

por mujer polivalente, por brava,

Malinche, ¿de qué está hecha tu retahíla?

Eras bella como un quetzal pero traicionada,

traición que te amarraba a las palabras.

Malinche, ¿es tu compromiso por Hernán o por la raza?

Malinche, quisiera hacerte evidente el milagro

de volver a tu origen sin ser esclava.

Malinche, dicen que tu maldición al indígena clama,

no hay origen, no hay consejo, no eras nada.

Malinche, ¿de qué están hechas tus venganzas?

De sudor frío, de celos ciegos, de mordazas.

Te usaron como se usa una lágrima falsa,

Malinche, dime si maldeciste o es un cuento, nada,

yo te hubiera querido

por indígena y por esclava.

Te apresaron y te traicionaron,

Malinche, cambio tu oro de palabras por tus ganas

de sentirte mujer frente a cascos y espadas.

Malinche, ¿qué ha sido de tu rosa ultrajada?

Reniego de mi hispanidad, de mi raza blanca,

sólo para que se haga justicia,

una justicia que regrese a tu alma.

 

 

JUGUETE ROTO

Nada he sido yo para ti.

Ahora eres muy feliz, tan feliz,

que yo lloro en mi sombra de lodo y dolo.

Tengo la mala costumbre

de ponerle teléfonos al amor verdadero,

y yo suponiendo el odio,

me rindo pues mi suerte

no es el rencor ni ser un ogro.

Veo jugar a mis sobrinos,

uno, es un otaku que colecciona héroes,

héroe debí de ser a tu lado

pero fui un juguete roto.

Te gusta el dinero y esa es tu feliz

meta que absorbe de mí sorbos la patraña.

Te quise y todavía te quiero

pero yo por eso, tranquila, no cobro.

 

 

CUANDO ERA PEQUEÑITO

(PROSIMETRUM)

Cuando yo era pequeñito me estaba esperando un hambre, un hambre que yo no padecía, solamente diré que siempre estuvo esperándome para después devorarme. Y sólo quedaron huesos de mí. Se llevaron la pringue y la carne. Cuando yo era pequeñito trataron de bautizarme, de mezclar sangre con sangre. No importa de quien fuera, nadie quiso avisarme. Cuando yo era pequeñito lograron y trataron de cuidarme de las malas compañías, de los inviernos deplorables, del escarnio y del alcance, del subsuelo y con desaire. Cuando yo era pequeñito me llevaron por la tarde a estrenar mirada y traje, sin trajín que no me quepo, sin pretender salir del bache. Solo me quedaría un corazón, los otros los perdí en el baile. Muchas veces yo contemplo, intuyo que quieren matarme, que me maten quien me maten, jamás yo supe evitarme la batalla y el desastre. Cuando yo era pequeñito no intimidé jamás a nadie, a propósito de nacer, a propósito no hay ni padre ni madre. Cada cual por su camino. Cuando yo era pequeñito nadie supo explicarme qué es la vida sin amor, habiendo tanto cafre. Ahora ando a pies puntillas y con el corazón expectante.

 

 

UNA MIJINA DE POEMA

A veces condensar unos versos

es decir más cosas que un poema largo.

Decir por ejemplo:

—Sostengo mi naturaleza

con un hilo negro de primera verdad.

Por esa primerísima verdad

calculé la noche cerrada

restando la luminosidad del día.

Un poema debe ser concreto.

 

 

LAS CANCIONES DE AMOR

¿Qué le estoy haciendo a mi pobre corazón? Soy yo el último y el único que tiene la respuesta. Esto no es un post de autoayuda. Esto es un post sincero que me hace fuerte porque me quiero. Estoy dispuesto siempre para la lucha. Encajó los golpes, me cubro la cara, me protejo de mí mismo. Porque soy yo mi único enemigo, y si no entendiera eso, estaría traicionando a mi pobre corazón. Debo de estar preparado y quedarme con el ánimo impoluto. He caminado entre cristales, he soportado el frío, sufro si mis hermanos sufren, y cuento con pocos amigos, pero verdaderos. No quiero volver al paraíso perdido, porque dentro de mi vida nueva hay paraísos por doquier. Comportarse con tu naturaleza tal y como lo haría un viejo que se cuida y domina todas las marionetas y los títeres del teatrito. Todo el mundo necesita una sonrisa, todo el mundo desea amabilidad, un buen trato, y la música de las risas. Luchar a contracorriente es hacerse enemigo de sí mismo. Todas las canciones de amor hablan de lo nuestro. La misma canción grabada a fuego en nuestro lamento. Sed leal es como se debe ser para ser justo. De adolescente no comprendía las canciones de amor, pero ya de adulto ha llegado el momento para tenerlas en cuenta. Que empiece la música.

 

 

CECILIO OLIVERO MUÑOZ. El chico es muy formal, ya no tiene apenas vicios y se dedica a hacer Mixturas (collage) cuando se aburre, y también dedica su tiempo a sus dos webs que son http://www.capplanneta.com/ (bitácora sagrada y una extensión de su proyecto vital) y la otra es http://www.lioolimixturas.com/ (web dedicada a su trabajo plástico y fotográfico). Para él las cosas son como son, aunque sea un tipo que pretenda cambiarlas desde su manera de vivir, que no es otra que la de vivir para y por el arte, le fascina todo aquello que linda entre la belleza y la armonía mental. Es flaco, nervioso, y aveces anda un tanto distante, ama su soledad, la de ahora, la de antes era soledad, pero en matrimonio, que es, a mi parecer, una doble soledad. Disfruten de este poemario.