Hannah Montana and RuPaul take justice in their own fabulousness (Extracto)[1]
ACTO 5
Cuando las luces se apagan, dos chicas se consuelan las heridas.
RuPaul: Escúchame, te voy a decir algo que yo quisiera alguien me hubiera dicho: ¿Sabes de qué están hechas las lágrimas? De diamantes. Y nadie tiraría los diamantes así como así, ¿Cierto?
Hannah: Tengo rabia.
RuPaul: ¿Y qué más?
Hannah: Odio.
RuPaul: ¿Y qué más?
Hannah: Y ganas de que sufran.
RuPaul: Y de que haya justicia.
Hannah: ¿Sabes qué es lo que me da más rabia?
RuPaul: ¿Que ninguno de ellos tenga la más mínima noción de belleza?
Hannah: That’s right, mama!
RuPaul: We need to teach them how to work it!
(Proceden a realizar un triste twerk. Hannah llora.)
Hannah: Los odio.
RuPaul: Se lo merecen.
Hannah: Lo peor es que yo recién llegaba a un momento en que me sentía “seguro” siendo gay y ¡Bam! Pasó esto y me llegó el siguiente recordatorio: Sigues siendo nada, si alguien con poder te quiere hacer desaparecer de un lugar, lo hará sin ninguna consecuencia. ¿Viste que tuve que llamarlos Estúpido, Enojada, Aburrida y Gritón? Hasta me da miedo decir sus nombres y que me demanden por eso.
RuPaul: Te rompieron.
Hannah: El Estúpido fue por toda la empresa diciendo que yo no podía comportarme “así”, es decir, ser gay en mi lugar de trabajo, porque no era algo profesional. Lo de “Estúpido” es solo una venganza de palabra, ya que ese tipo de estúpido no tiene un pelo: habló con las personas precisas para que me hicieran saber que me iban a echar por gay y dejarme sin derecho a réplica. Macabro, ¿No?
RuPaul: Macabro. ¿Será que el perdón está sobrevalorado?
Hannah: ¿Y el rencor poco valorado?
RuPaul: Siempre veo que quien hizo el daño es quien anda con el discurso del perdón. Yo no creo que tengas que perdonarlos. Despedirte por discriminación no fue un error, fue algo que hicieron concientemente. Si no los quieres perdonar, no los perdones. No pasa nada.
Hannah: ¿Te cansa usar peluca?
RuPaul: De repente. Otras veces, es una protección (y no solo de la caspa).
Hannah: Siento que este odio es como una peluca.
RuPaul: ¿De esas que se te pegan a la piel?
Hannah: Y que empiezan a picar y a picar y a picar.
RuPaul: ¿Sabes qué pasa cuando una peluca se te pega a la cabeza? Después, para sacarla, tienes que llamar refuerzos que vengan con sierras, machetes y serruchos para arrancarla. ¿Lo peor? Que al arrancar la peluca también arrancas tu pelo natural.
Hannah: ¿Y quedas con una calva divina como la Sinead O’Connor?
RuPaul: O mirándote al espejo sin saber si eres Hannah o Miley.
Hannah: ¿Qué debería hacer? Decirles todas esas cosas horribles no me ha ayudado en nada.
RuPaul: ¿Segura?
Hannah: No sé.
RuPaul: El perdón a quien te hace daño está sobrevalorado, pero el perdón a uno mismo siempre será necesario. Dime, Hannah Montana, ¿Tú crees que te perdonarías alguna vez el que dejaste a toda esta audiencia sin saber el resultado de este capítulo de RuPaul’s Drag Race?
[1] Este texto fue publicado en La Trilogía del Pop (Editorial Escafandra, 2023). La utilización de los nombres de RuPaul y Hannah Montana se realiza con fines intertextuales y de ninguna manera se pretende explotar las marcas registradas.
Matías Díaz Huirimilla (Calbuco) es poeta y dramaturgo. Se formó en los talleres literarios de Leyla Selman y Omar Lara en Concepción. Ha publicado el poemario Dos poemas verdes y uno aguachento (Ediciones LAR, 2019), el poemario objeto Volverse señor (Ediciones Cola de Gato, 2022) y la compilación dramatúrgica La Trilogía del Pop (Editorial Escafandra, 2023).