Selección por Sebastián Novajas
¿Aún piensa en mí?
Se respira una brisa de tarjeta postal,
mientras en los recuerdos,
aún hay restrojos de un amor que no fue.
A lo lejos las siluetas de los enamorados, aún se dejan ver.
así como los despojos de un verano.
La brisa de invierno y los días de primavera,
como trozos de historia,
ya solo una fotografía en sepia,
impregnada en el recuerdo del que se resiste a olvidar.
Quizá el anhelo de olvido fue mayor,
que las pretensiones de subsistir incauta en un indómito corazón.
Permanecer, ahí, en silencio, herida, expectante y oculta al olvido,
en la feroz premura,
en la incesante pregunta,
será, que ¿Aún piensa en mí?
Oda al antidepresivo
Tu Llegada fue una cita a ciegas,
solo llevé un papel a la farmacia y regresé contigo a casa.
Te compré,
cómo aquel estúpido que compra momentos de amor y placer,
o aquella que compra belleza,
en la necesidad de no hacer notar su tristeza.
Fue cambiar monedas por felicidad o por un poco de normalidad.
Una por las mañanas, decía.
Y así el pacto tácito de encontrarnos cada 24 horas quedaba claro.
Nuestro romance había comenzado.
Me haces sentir que todo está bien,
aunque la casa se queme por dentro,
Me ayudas a soportar la triste humanidad,
que no hace otra cosa que exterminarse sin cesar.
La falta de empatía,
lo cínico de las sonrisas.
Me alivias la carga mental
y me das un abrazo químico que me ayuda a continuar.
Necesidad
Todos necesitamos a alguien,
la soledad jamás fue una opción,
y qué triste es divagar entre tantas almas,
y sentir la propia en soledad,
en ausencia de compañía,
en la carente complicidad,
en la falta de amar.
Pues, de tantas manifestaciones de amor,
la más sencilla de relatar,
es esa que te pica el alma,
que te acompaña al dormir,
y te despierta por las mañanas.
Esa que te contempla,
qué te observa,
te cuida y te espera,
ese anhelo de escucha,
de silencios y besos.
Finalmente, aquel que ama no ve la materia,
sino la forma en cómo trasciendes,
donde dejas de ser una bolsa de carne,
y comienzas a ser argumento,
un indómito texto,
para aquel amante lector.
Pundonor
Me habita el dolor,
me acompaña la tristeza
y me alienta la desesperanza.
Amar a quien no te ama,
querer a quien no te ve,
a un imaginario,
un ser monstruoso,
que te recuerda que estás fuera de lo que se acepta,
fuera de los sinónimos de belleza,
fuera de los paréntesis de lo perfecto,
fuera de todo parámetro cultural
y entonces la sociedad te prohíbe amar.
Pues, el mundo dicta de belleza, de comprensión,
pero olvidan que, entre el tumulto de voces y rostros que buscan encajar,
quizá exista un alma,
para la cual, seas más que una sonata en primavera,
o quizá tan solo un lienzo en blanco que pintar de colores,
o solo un árbol que cambia de color sus hojas,
al vals de cada estación.
Recordando a diario que a pesar de que las hojas caigan,
cada cierto tiempo volverá a florecer.
Ideario de una despedida
¿Por qué me buscas tanto?
Vienes a mí sin que te llame,
Sin previo aviso, ya estás en mis pensamientos más oscuros,
Hablándome al oído,
queriendo que te extrañe,
pretendiendo que te bese,
como lo hice en algún sueño perdido, en algún futuro extraviado,
procurando los besos que no nos dimos y en el sexo que jamás tuvimos.
Porque solo fuiste una idea,
un pensamiento intrusivo,
un instante,
un quizás que se tradujo en recelo,
y que nos retuerce en sueños,
de la incertidumbre,
en el desconcierto y en el deseo de todo aquello que jamás seremos.
Bárbara Valenzuela (Talca, 1991) es madre dentro del espectro autista. Psicóloga, Magister y actual estudiante doctoral, además de una enamorada de las letras y la educación. Escribe poesía y narrativa de ficción desde pequeña, durante su adolescencia participó de diversos concursos literarios, ganando algunos de ellos. Hoy continúa profundizando su amor a la escritura. Actualmente cuenta con diversos proyectos literarios, uno de ellos es una antología de cuentos de terror “Pesadillas en papel y tinta” bajo la editorial pluma digital, donde comparte uno de sus escritos. Así también, publica reseñas literarias en Instagram como @alquimiayversos, con el objeto de promover la lectura en grandes y pequeños. Esta es su primera publicación estilo fanzine-poemario.
Nota: todos los poemas han sido seleccionados del fanzine-poemario Estación depresión.