Mi hijo tiene cáncer.
Un rocío de odio
que vagaba en el mundo
vino a añejarse en su páncreas.
En su dormitar plácido
el tumor se destruye,
la noche desintegra su cara triste.
Mi hijo sueña que sube diez escaleras
con un solo salto,
y encarama las bardas
sin sentir que el estómago
se le desmorona.
Antes de abrir los ojos
el tejido hierve
y proliferan copos de ácido.
Se restaura el quiste
con más rabia,
con más premura
como si la ira inflara
la protuberancia.
Duele ver a mi hijo
como un monumento
que resquebrajan los hospitales
y las horas de insomnio.
Hay un bandolero en las células
que ahoga la salud en su vejiga,
tapiza con abetos
fríos y oscuros el pulso
y hace descender al ánimo
como un rayo de luz
que se estrella en el vacío.
Yo ya no logro
percibir los objetos por su forma,
quedo ciega si veo la realidad.
Los zaguanes son ceros rectangulares,
las fuentes salpican números nueve.
La cifra que necesito descansa
en las entrañas de un bolígrafo,
retumba
y se reproduce en las cuentas bancarias,
está en los bolsillos de un magnate
que toma café en un restaurant gourmet.
A veces siento que esa cifra
toca mis hombros,
repetidas veces
volteo
y no veo nada.
Un señor pasa cerca,
vende ungüentos para desinflamar los golpes,
ojalá desinflamáramos los golpes con cantos suaves,
con buenos deseos,
ojalá el cáncer pudiera curarse con palabras.
Ni hojas de hierba, de Whitman
ni los sonetos de Góngora
pueden extirpar el cáncer
que un día de modo aleatorio
vino a clavarse en el vientre
de mi hijo
como una bala enferma
que disparó el rencor de un ángel.
Yo por él recibiría
el castigo de vivir otra vida,
de ser escalón eterno
al que pisotearan todos los pies del mundo.
En las calles del centro histórico
me saco el alma
para que me ayude a pedir
apoyo a la gente que camina
en la otra acera.
Intento
crear otro día
con mis sollozos,
regresar la luna anterior
como se recorren las persianas
para pagar a tiempo
el derecho de vivir de mi hijo.
Omar Méndez Sámano (Moroléon, Guanajuato, 1990). Licenciado en Lengua y Literaturas Hispánicas por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Ganador del concurso de poesía Reto, Cultura y Arte Moroleón 2013, seleccionado para el XV Congreso Nacional de Estudiantes de Lingüística y Literatura 2017 en la categoría de poesía en Xalapa, Veracruz. Fue becario del ISSSTE- Cultura los signos en rotación (círculo de poesía) en San Luis Potosí 2017. Becario del Seminario de Letras Guanajuatenses 2017 y 2021 en la categoría de poesía. Algunos de sus poemas han sido publicados en revistas como Letralia, Enpoli, entre otras.