Poemas. Mariana Rojas Merubia

 

La mitad

Creí haberme quedado en la mitad cuando entregué mi corazón,
A quien no lo merecía;
me sentí como una oruga dando vueltas en el mismo lugar,
Fui tan débil, que no lograba avanzar.

No tomé la decisión yo dejarlo atrás,
fue el villano quien arranco mi corazón de mi cuerpo para convertirlo en cenizas,
viví con las esperanzas que todo cambiaria,
pero me iba a quedar en ese mismo lugar sin poder avanzar.

Fue él, más valiente porque pensó en sí mismo,
Cuando yo lo colocaba como prioridad, error eso no debía pasar.
Me vi envuelta en sus mentiras, pero decidí por mi paz dejarlo atrás.

Sabía que me quedaría siendo la misma, si no me marchaba,
Continuaría siendo una oruga, sin poder avanzar
Sólo por comodidad.

Era mi momento de emprender mi viaje,
era justo lo que necesita para volver a encontrarme,
no es fácil dejar atrás recuerdos y a personas quien visualizas en tu futuro.

Pero el tiempo te ayuda hacer las paces cuando:
Decides colocarte como prioridad, cosas maravillosas suceden.
Ya no aceptas amor a medias,
a la más mínima mentira te marchas por tu paz,
Y entiendes que eres un privilegio en la vida de alguien,
porque cuando amas, amas en tiempo y en verdad,
te preparas para nuevos comienzos,
dejando los miedos atrás, dejando de quedarte a la mitad, lista para volver a empezar.

 

Mi Radar

Mis ojos fueron dos luceros que penetraron tu alma,
Un extraño sortilegio, un místico suceso.
¡Qué locura ver a través de mis ojos, como los tuyos me capturan!

Amo la sensibilidad que tienes,
La libertad en la que me haces ver la vida,
Tu forma de amar lleva al límite mis niveles de dopamina.

Cuando todo ya estaba ordenado en mi vida,
Me diste la seguridad que no me perturbarías,
Como las sombras de aquel, que sólo mentiras dejó.

Haces más de lo que dices, sientes más de lo que demuestras.
Tu humanidad, tu sensibilidad hizo que pueda voltear a verte,
Es mi radar que te detecto.

 

Envueltos de amor

Hay historias de amor que:
Simplemente están destinadas a ser, a vivirse en su momento.
Hay historias de amor que quedan incompletas y esperan un par de años
Para volverse a encontrar.

Él siempre me gustó, y él gustaba de mí.
Ambos éramos muy evidentes,
Pero fue nuestra inmadurez de no saber expresarnos.
Que puso nuestra historia en puntos suspensivos,
él tenía algo en sus ojos que me hacían quedar un tanto más.

Nunca quedamos en nada y no fue por mí, fue por él.
Todo era evidente, pero no me decía nada.
Era como tener todo y nada al mismo tiempo.
Me cansé de eso y me alejé porque no estaba dispuesta a un amor a medias,
Conmigo es todo o nada.

Pasaron tres años hasta que lo volví a ver,
Yo en todo ese tiempo continúe con mi vida, pero él siempre estaba ahí.
Era como tenerlo cerca y lejos al mismo tiempo.
Como un fiel observador hasta que paso el tiempo para reencontrarnos.

Una fría noche por la ciudad, una velada romántica entre pastas y vinos
Hicieron amena la conversación,
Medio mes para que ponga las ideas claras en su cabeza.
Un viaje al occidente fue el comienzo para envolvernos de amor.

 

 

Corani

Dicen que pasar más tiempo con esa persona especial,
Crea conexiones y en verdad hoy lo puedo confirmar.
Que las cosas menos pensadas, esas que no planeas,
son las mejores que te pueden pasar.

Me tocó armar una estrategia para poder perdernos en ese viaje,
Algo que yo no lo venía planeando, pero él ya estaba maquinando.
En ese viaje conoció lo mejor y lo peor de mí,
mis mil cambios de humor, mis mil formas de amar.

Aun así cuando yo estaba con mis estados camaleón,
él estaba ahí dispuesto a tomar el control de todo lo que pasaba.
Por fin me podía relajar y saber que estaba a salvo, en sus manos.

Todavía no lo éramos todo, pero teníamos algo especial,
Sabíamos muy dentro que estábamos ahí por algo,
Porque queríamos conocernos, compartir más tiempo.
Cuando nos tocó ver ese atardecer desde el edificio más alto,
Caí rendida a sus brazos,
tan sólo quería que ese momento se detuviera y besarlo.

¡Resulto ser más tímido de lo que pensaba!,
¡Me dejaba con las ganas!
y no era porque él no quisiese,
era porque le daba muchas vueltas a lo nuestro, que quedaba mareado.

Justo en ese último día para retornar,
Se armó de valor e hizo lo que tanto estaba esperando
fue que me tomo con sus manos mientras que cantaba mi canción
dejándome sin palabras con ese beso que sello nuestro amor en Corani.

 

 

Mariana Rojas Merubia (8 de febrero del 2001, Santa Cruz, en el corazón de Sudamérica Bolivia). Bioquímica, desde sus 6 años su tía Sonia la llevó a descubrir el mundo emocionante de la interpretación poética. Siempre fue la niña que recitaba en todos los actos cívicos, hasta que tiempo después descubrió, que tenía habilidades para escribir y ver de una forma diferente la vida, desde sus 10 años empezó con la composición de obras literarias: cuentos, novelas y poesías para colegio. Actualmente cuenta con la publicación de su primer libro de forma profesional Diario De Una Poeta con la Editorial La Glorieta, una novela romántica escrita en prosa de poesía, pone a flor de piel las emociones de una poeta que atraviesa distintas situaciones en su vida, el duelo de pérdida en una relación, la ruptura amorosa y el proceso de sanación y superación personal que envuelve al lector quedando identificado en un mundo lleno de sensaciones y emociones. A lo largo de su vida siempre estuvo conectada con el amor. La frase que la identifica es: ‹‹Atrévete a ser tu misma››

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