Poemas. Juan Ordoñez

 

 

LAS COSAS SE CAEN

 

Un vaso de cristal

se escurre

de mis manos,

y se quiebra

sobre mis pies

que ya pisan,

adoloridos,

los restos de la ventana

que se desploma

al escuchar en las noticias

la nota

del avión que ha caído,

resbalando

frente a la casa,

mientras tu cuerpo se desploma

desde el balcón del segundo piso,

imitando al ave gigante,

como el vaso y la ventana.

Entre tanto, yo permanezco quieta,

inmóvil,

porque no puedo hacer nada,

nada

sin que mis pies

se corten.

 

 

LA INEVITABLE MUERTE DE MI MADRE

 

La inevitable muerte de mi madre se asoma

no se esconde, se huele, está cerca

se posa entre las plantas del patio,

entre la ropa tendida,

se camufla en las noches, rodea la casa,

nos acorrala.

¿Y yo qué puedo hacer?

nada

esperar

observar desde mi escondite en el cuerpo,

que desearía ofrecerle para que viva,

para evitar su partida.

¿Pero qué puedo hacer?

nada

esperar

la inevitable muerte de mi madre.

 

 

EL TRONCO

 

Este tronco, trozo de madera,

que el mar arrastró

hacia la orilla, hacia tu cuerpo;

está hueco, maltrecho.

Y tu silencio es un cuerpo arenoso.

Eres quien mira las olas,

quien admira el silencio.

Y no, no hay de qué hablar,

ni una sola palabra para decir,

pero ese es el tema de conversación.

Cuando el silencio habla,

cuando se convierte en el mar,

cuando el silencio eres tú.

 

 

TRES VECES MAMÁ

 

Mamá se queda en la sombra

ya no llora

se convierte en la noche

y esa noche es solo un silencio que

rodea la casa y los cuartos.

Mamá es un sendero

camina sola

no tiene corazón

porque el corazón de le detuvo

cuando el hijo creció.

Mamá es un recuerdo

no tiene olor

es solo polvo

de las cenizas de un cuerpo que

alguna vez le perteneció.

 

 

QUE MIEDO

 

Que miedo

envolver el alma

a la imagen y semejanza

del amante desesperado

propicio y alucinante.

Que miedo, que miedo.

Nacer, amar tanto

llorar

cortarse los dedos palpando

un cuerpo

y tener que curarse solo.

Confiar en la caída

como un suicida ciego.

 

 

TAN POCO CONOZCO

 

Yo no sé,

ignoro tanto,

de esta tierra y su misterio,

de este mundo, apenas un fragmento.

Solo distingo lo que me dices

los sitios que me mostraste

logro reconocer

las partes de mi cuerpo que tocaste

más nada más,

lo exterior es un enigma,

no me lo mostraste,

lo único que aprendí contigo

fue como amarte

y ahora que eso se ha ido,

me siento perdido,

analfabeto del corazón.

 

 

JUAN

 

Alguien grita mi nombre:

“Juan, Juan, despierta”,

la silueta se desvanece

en la neblina del sueño.

No distingo el rostro

de quien desesperadamente

me busca en la oscuridad.

“Juan, Juan, no te duermas”,

las olas del mar me envuelven,

empapan la ropa, susurran secretos.

“Juan, Juan, escucha mi voz”,

un perro ladra a lo lejos,

mis pies no responden,

el agua me arrastra:

“Juan, Juan ¿Cuál es tu nombre?”

 

 

Juan Ordoñez (Calima el Darién, Valle de Cauca, 2004). Estudiante de Lic. en Literatura en la Universidad del Valle. Colombia. Ha sido publicado en diversas antologías literarias por editoriales colombianas y en revistas literarias tanto nacionales como internacionales, tales como la Revista Ibídem (México), la Revista Kametsa (Perú) y la Revista Lexikalia (Colombia). Ganador del primer puesto en el 6° concurso de cuento corto de la Biblioteca Mario Carvajal/Biblioteca de la Universidad del Valle. Participante en el III Festival Internacional de Poesía Ergo. Es creador y director de la revista literaria digital Azul Oscuro. Al mismo tiempo es director del Colectivo artístico literario Oxímoron. Entre sus obras se encuentran las plaquettes literarias ‘La Curandera’ y ‘Este Insomnio’.

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