El purgatorio

Reseña teatral: «El Purgatorio», Colectivo CTM. Por Miguel Echeverría M.

En una noche calma antes de la tormenta con las ráfagas de viento más escandalosas que se tenga registro en la capital chilena, se restrenó en el Teatro Mori de Bellavista, un montaje de aquellos que se festejan debido a que revierten el abúlico presente de la juventud chilena.

El Purgatorio, escrita por María José Pizarro, dramaturga y tan bien actuada por la gran calidad del colectivo CTM vino a dar un chapuzón de inteligencia crítica a las conciencias en sequía de la juventud actual.

Estamos en el contexto a las movilizaciones del año 2006 protagonizadas por miles de estudiantes
de educación media, la llamada revolución pingüina, que puso el énfasis en el sistema educacional
luego de años de irregularidades en el traspaso de recursos, la inequidad en la calidad de la
educación y las inclemencias de la naturaleza, además de la infraestructura decadente que
enmarca un laboratorio de ciudadanos que van a batallar contra profesores mal pagados,
directores mafiosos y hasta tías del aseo con problemas de control de impulsos.

En el lúgubre escenario del bello teatro Mori de Bellavista, un profesor nuevo de religión cuestiona
el hecho de que tengan un solo alumno, historia verídica, y que tarde horas en llegar al
establecimiento, mientras que las profesoras de matemáticas e historia le buscan complacer con
conversaciones tediosas o ignoran sus quejas debido a que esa situación no aparecía en el cartel
que el pobre profesor leyó antes de ingresar al colegio “El purgatorio”. En el sinfín de anécdotas
intercaladas en este dialogo a la espera del alumno es muy destacable el ejercicio de dar
coherencia al concadenar una serie de experiencias tanto positivas como negativas del cuerpo
docente nacional.

En el trabajo de guion la obra se afirma en no caer en el absurdo, porque en gran parte busca
entretener al espectador, pero de esa entretención que incomoda, que incluso puede llegar a
preocupar. Las carencias afectivas, agresiones de alumnos, diferencias sociales de colegios
santiaguinos o privados respecto de los establecimiento rurales, la mirada con desprecio a los
asistentes del aseo o de la cocina, junto con el terrible rol dominante del director con su capacidad
de pago advierten que es una obra que trae consigo un aguacero de buenas actuaciones, y un
verdadero agrado el encontrar este nivel en el espectáculo nacional. Junto con una tromba en el
que la educación nacional que no ha logrado sacudirse del todo, su enorme dependencia al
mercado y su mal rendimiento en la instalación de conocimiento. Por lo que El purgatorio parece
ser el lugar de expurgar, pero donde cumplen condena desde el alumno invisibilizado hasta el
profesor sindicalizado. Todo en referencia al caso real de la Escuela Rural G-713 de Santa Juana, en la Región del Biobío.

Estrenada originalmente en 2016, la obra regresa con un nuevo elenco para conmemorar los diez años de trayectoria del Colectivo CTM.  Las funciones están hasta el 10 de agosto de jueves a sábado. ¿A cuánto? $ 9.200.- General $ 5.200.- Estudiantes y Tercera Edad.

https://teatromori.com/obra/Q7OVeSGZ/2024-07-26-el-purgatorio

Miguel Echeverría M.

 

Imágenes presentación

Una respuesta a “Reseña teatral: «El Purgatorio», Colectivo CTM. Por Miguel Echeverría M.”

  1. Fui a ver la obra en el Teatro Mori de calle Constitución., atraído por la reseña. Pero esperaba más profundidad y menos excesos, especialmente en el lenguaje y en algunos personajes esperpénticos., particularmente la profesora de matemáticas.
    Es un producto satírico, tiene momentos graciosos, y pretende (y logra, pese a lo grosero en la forma) una crítica mordaz al sistema educativo chileno. La veo como una comedia de brocha gorda con situaciones y diálogos rayanos en el absurdo. Pero carente de sutilezas. Provoca cierta risa, más que la reflexión. El recurso del niño-alumno ausente, puede ser un aporte como elemento para resaltar el enfoque crítico y sarcástico. Pero llega a ser muy incómodo en su grosera expresión verbal, que sobrepasa la pura irreverencia y acidez.

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