Poemas. Daniel Quintero

 

NEW YORK / NEW YORK
_cuadernos de poesía adquiridos en una venta de garaje

 

Parte el pecho el tren que pasa

Algunas veces un tren atraviesa mi cuarto
y debo levantarme a deshoras para dejarlo pasar.
En la última ventanilla está mi madre
y me arroja un ramito de nomeolvides.
Olga Orozco

Se refleja en un instante
el registro distorsionado de la historia
la evolución del paisaje asomado al vidrio
el suceder de los gobiernos
los amores.
Se nace predispuesto al paso de los trenes
aclamando el hierro
la contradicción
su paradoja.
La metáfora del camino.

/el silbato del guarda rompe el ensueño

¿Qué tan próxima estará mi estación
a qué paisaje le daré la respuesta del vértigo
de esta vista veloz parcial subjetiva
qué líneas de acero tendrán las palmas de mis manos?

El niño que va contando las luces
advierte a lo lejos su punto de llegada.
Aún no reclama mejor suerte.

 

Oda al whisky

Con estos versos me adelanto
pido clemencia para que llegado el momento
el forense no blasfeme sobre el estado de mi hígado
recuerdo destilar alcohol con mi abuelo
me pedía guardar silencio
yo veía como gota a gota el orujo de la uva
se iba convirtiendo en grapa
“esto está prohibido
vos no digas nada”
… y el embudo de cobre enfriaba ese alcohol
que acompañaría el café de los velorios.
tengo los antecedentes de un alambique clandestino
haciendo arrugas en el patio de la casa
ahora en ese patio voy al cobre
horneo un destino para la América maldecida
¿quién resguarda el aniquilamiento
quién mastica el orujo de esas uvas?
mi abuelo hacía grapa por el placer de hacerla
por recordar su aldea española de antes de la guerra
goteaba memoria en cada vapor
yo le acercaba pedazos de este poema
que aún no imaginaba escribir
un día eché al fuego la caja del termómetro
con el que conseguía graduación
mi abuelo que no puetaba ni nada
guardó su bronca y continúo con la ceremonia
y la temperatura
¿qué diría ahora que le escribo
a la bebida del enemigo?
de trigo
de cebada
de centeno
whisky al fin con todo el recuerdo
en estos lugares donde la guerra
se destila gota a gota
hay que decirlo en voz baja
la guerra también está prohibida
mi abuelo hizo la mili en el Sahara
una vez una bala de fusil viejo
mató un cerdo entre sus piernas
en esas batallas las armas delataban el blanco
y el soldado tenía tiempo a correrse
no como las guerras de ahora
que ya estás muerto con la primera noticia
mi paladar traiciona la casa de la bebida
no voy a Escocia entre sus nieblas
claudico en el bourbon de Kentucky
y preguntarán por qué no hago ginebra
que sin ser nuestra nos pertenece
una vez
inaugurando la noche de mi vida en la Tierra del Fuego
hice un fondo blanco de ginebra
y dormí 3 días
es cierto los hígados vienen con destino de tolerancia
hay bebidas que no
otras se vuelven amantes
whisky
es en el único elemento que soporto el color amarillo
ya se va muriendo la tarde y su vidrio
en alguna destilación
clandestina como corresponde
no quedarán rastros ni de orujo
ni de abuelo ni del niño que fui
estoy acostumbrado a la memoria
al deterioro inevitable del país
antes el patio del alambique
era la ternura del trabajo inmigrante
hoy en un alcohol brujo te quedás ciego
como decir te perdí de vista
¿y dónde estás infancia?
¿quién te hizo tantas promesas?
ya no cumplo con mi palabra
en otros vasos aseguré dejar la bebida
pero así es como el amor
todo lo que daña te hace fuerte
mientras no te mate o te olvide
y esos 18 whiskys que tomó Daylan
que no sé porque le decimos Daylan
y a Bob que se bautizó así
lo llamamos Dylan
parte compleja ya tiene nuestro idioma
indohispanoamericano
para meternos con los sajones y la pronunciación
es cierto
peco de ingrato con el recuerdo
de la grapa de mi abuelo
Oruxo de Galicia
con el ron de las Antillas
evocado por Nicomedes Santa Cruz
por el agua ardiente catamarqueño
y la cachaza Velho Barreiro
por el pisco
por tantos alcoholes que perdí
esperando en vano que me diera un beso
mastico el vidrio que merezco
el whisky es algo que llega con los años.

 

Jamás conoceré los Cayos de la Florida
a Víctor Cabrera

Víctor Cabrera tiene una amiga que asegura
que me parezco a Heminguay
yo que nunca salí de caza
que no tengo escopeta
que jamás le dispararía
al animal equivocado
pero insiste
debe ser por los pelos canosos
que hacen ciudad entre mi camisa
echando pecho y fortuna
no será por el Daiquiri en La Floridita
la tarde que pasé estaba cerrada
y no hice más que volver
una y otra vez por el mojito al bar
del 307 de la calle Empedrado

al margen de toda literatura
no podría ser un anciano en el mar
ni abandonar las armas
ni responder por las campanas que doblan
apenas imaginar los vientos en Cayo Hueso
participar en el concurso de parecidos
añorar la casa que jamás tuve en La Habana
ni siquiera en los días lluviosos

estaría a resguardo de los huracanes
de las inmensas jarras de cerveza
del whisky artero
de la cirrosis
de morir en Madrid
en honor a mi abuelo gallego
que no tuvo
su retorno inmigrante
al margen de toda guerra
no podría satisfacer el parecido
con el que la amiga insiste
yo que no pesco ni cazo
ni junto trofeos ni medallas
que no tengo escopeta
pero soy ese animal preciso
que de un poema certero
espera a que le vuelen la tapa de los sesos.

 

Con este crepúsculo quedan saldadas
las luces que te debo

Muchos trabajadores perecieron
construyendo este puente
pero hoy toca el paisaje
ya es sabido que la muerte hizo
grande esta ciudad

imagina Buenos Aires sin
el 17 de octubre
qué sería del puente de La Boca
La Noria todo el Riachuelo

volvamos al punto de partida

hay que cruzar el puente
tener a un lado
el emblema con que Francia hizo
que New York evitara el uso
de la guillotina como recurso
inaugural de la República

ahí estoy otra vez yéndome
por los hierros sin decir nada
mis palabras no alcanzan
ni siquiera como remaches
acaso sostengan la deuda
que vengo a saldar
entre las luces que Manhattan
nos acerca

vamos los dos
como luciérnagas tardías
tomadas de las alas

yo te obligué a este verbo

caminar caminar
que al paso este puente
muestre su alma dolida
por la historia

¿quién hubiera hecho
de Buenos Aires
una camino parecido
al infierno que adeudo?

ahí asoman las luces con que pago
que de esta postal sin decir muertos
tires una sonrisa para la foto
para que sirva como recibo
de mi ingratitud

demoremos nuestro paso
cobrame cada lámpara
que hace paraíso
mañana tu retina
será la garantía
de haber quedado a mano

bajemos
entremos al Chinatown
busquemos fortuna
entre el destino final
de una lata de galletas
que por cábala
o futuras deudas
jamás me atrevería
a destapar.

 

Morir en Manhattan

También y mal colado
junto al bronce
de toda escultura de Botero
va mi corazón impuro
como si fuera el sacrificio
del arte contemporáneo
no pide ni quita
manipulador elocuente
maravilloso órgano
seccionado de un mamífero
a diario se mueve
como si latiera entre los kilómetros
de magia mal habida
que hay entre Brooklin y Wall Street
no mide en millas ni en dólares
la carga pesada de su migración
ni en barcos siquiera
todo el destino que provoca
llega en penas
como si fuera el lamento
de los pescadores sicilianos
apostados en los muelles
del downtawn buscando
atravesar con la mirada
la llama eterna
de la estatua de la libertad
pero su felicidad apenas alcanza
para llegar a Staten Island
siempre que el viento sur
mantenga el cielo despejado
huelo a pez muerto
como la primera vez que hice
puerto descalzo
cansado de navegar a oscuras
no recuerdo el viajero que fui
el transeúnte esquivando
taxis y relámpagos
me infiltro en la caravana
de super héroes
que ofrecen posar
para la foto en Time Square
«pichtur pichtur»
con una pronunciación
más desventajosa
que la que intento
le sacan unos dólares
a un grupo de turistas
al tiempo que piden
que el Hombre Araña
bese a Blanca Nieves
y la despierte
del bad dream
en que quedó
después de morder
la Gran Manzana
y así todos a los saltos
con música de no sé
que cosa alrededor
más bien de fondo
/ya es noche
el baquero del rock
se vistió y abandonó la calle
y Batman fue arrestado
10 kilómetros buscando
donde descansar
esquivando el Central Park
y el hueco que dejaron
las Torres Mellizas
no sé quién recibirá
mi sombra
nadie acepta mi destino
huelo a pescado todavía
y todavía no es invierno
será mejor
será poesía
volver entre esas luces
que jamás se apagan
pero detengo mi marcha
no soy más
que el cansado perro
de siempre que ahora
mea con cuidado
los rincones
de las grandes tiendas
«triste destino
el del perro argentino»
no sé de qué moriré
acá toda tierra es sagrada
sino es por religión
es por dinero:
igual dogma
con distinto predicador
la noche se alarga
entre el vapor
de las alcantarillas
y un saxo
viene acercándose
el jazz es
una religión que respeto
¿será mejor morir
entre standards?
¿morir entre el baho
de tabaco para armar?
¿entre improvisaciones?
voy a los bares
como voy a la guerra
al amor a la poesía
a las caricias
sacudo mis pulgas
para bajar al sótano
desde donde pondré
mi poesía a tiro
no hay que dejar New York
sin antes beber
al amparo de una sordina
disimulo mi mala entonación
de Mundo Maravilloso
para que no se advierta
que malgastó su dinero
quien me invitó
este whisky con el que
me estoy emborrachando
y lloro.
Gran Satchmo
protege mis sueños
que esta noche
me quedo despierto
hasta morir.

 

Daniel Quintero (Bs. As. 1959). En 1987 se radicó en Tierra del Fuego. Regresó a Buenos Aires en 1994. Fundó el sello Ediciones Parque Chas. Participó en publicaciones en Argentina, Uruguay, Chile, Ecuador, Cuba, Bolivia, España, EE.UU., Japón, México, Nepal, Serbia, Camerún. Es uno de los organizadores del Festival Internacional de Poesía de Parque Chas “Luis Luchi”. Algunas publicaciones: “El Extranjero y el hechizo en la ciudad de la bahía” (poemario. Ushuaia, 1990), “Mensaje de Náufragos” (Del Naufragio. Ushuaia, 1990), “Cementerio de Payasos” (Parque Chas Ediciones. Buenos Aires, 1997), “Literatura Fueguina, 1975-1995. Panorama” (Roberto Santana. Ushuaia, 1998), “Cantando en la casa del viento” (Antología literaria de Tierra del Fuego. Nini Bernardello, 2001), “Crónicas fatales escritas desde La Luna” (Parque Chas Ediciones. Buenos Aires, 2005), “Inusual” (Parque Chas Ediciones. Buenos Aires, 2013), ”0 Killed” (textosintrusos. Buenos Aires, 2016), “Pruebas de Galera” (textosintrusos. Buenos Aires, 2018), “SIGNOS /sobre El Jardín de las delicias” (textosintrusos. Buenos Aires, 2018), «Yo vengo a ofrecer mi poema» (2022. Antología publicada en Bogotá, Colombia).

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