MASCOTAS DE JUGUETE
Ciertamente el universo es uno de los misterios más grandes que nos queda por develar. Y aunque el espacio-tiempo, las realidades paralelas o la materia oscura son uno de los múltiples tópicos, quizás la experiencia de ver las estrellas en un campo o por un lente siempre nos terminan remitiendo a la pregunta esencial de si estamos solos o no en el universo. Una pregunta que el arte ha tomado muy a pecho en sus diversas manifestaciones, como es en este caso de la película El planeta Salvaje.
El Planeta Salvaje es uno de los clásicos de ciencia ficción; así como también podemos mencionar La guerra de los mundos (1953), El día que la tierra se detuvo (1951), El planeta de los simios (1968) o Et el extraterrestre (1982). Cintas que no sólo plantean la posibilidad de la existencia de otra vida inteligente, sino presenta cómo sería el encuentro. Pero en este caso no es tan optimista la resolución. Dado que la historia del planeta Ygam donde habita una civilización avanzada llamada los draags nos tienen como mascotas de juguete, luego de que nuestra especie haya escapado de la Tierra por su destrucción.
Así, a través de estilo surrealista El planeta Salvaje presenta un mundo con nuevas reglas más flora y fauna incluida que sus creadores (René Laloux y Roland Topor) lo presentan junto con el viaje de Terr, un humano criado por los draags luego de que muere su madre y que es capaz de salir de la caverna para rebelarse contra su opresor e invertir las cartas del destino.
¿Pero qué lo que esconde esta historia detrás de sus colores? Simplemente un claro reflejo de nuestra naturaleza, miedos y posible interpretación de qué pasaría si una raza superior nos encontrara. Con lo cual lleva a preguntarnos ¿es la inteligencia y su desarrollo de sociedad lo que diferencia el salvaje del civilizado? Porque, aunque los draags presentan un intelecto superior y se dedican a la meditación que les permite eliminar su cuerpo de las capas de la realidad ejercen la misma violencia que las víctimas. Pero curiosamente siguiendo ideas similares a las que nosotros tenemos sobre las otras especies en su menosprecio e ignorancia.
De esta forma El Planeta Salvaje es una obra única que además de hablarnos del progreso nos entrega una experiencia de reflexión crítica sobre nuestra responsabilidad hacia los otros (humanos y no humanos) para poder coexistir y no volver a destruir el planeta como se cuenta en esta leyenda.
Título: El planeta Salvaje
Género: Animación
Director: René Laloux
Año: 1973