El señor X
Se debe preguntar, el señor X
mientras apoya la cabeza
sobre una nube blanca
y le caen olas de sábanas,
por las ciudades de la infancia
por la matemática de los sueños
Se debe preguntar, el señor X
entre los silencios de la voz,
por los cansancios de la materia,
por las asambleas de los días
Se debe preguntar, el señor X
por los desnudos de la luz,
por las cartas del pasado
por los plazos del tiempo,
por un mundo que no se detiene
en ningún poema
Se debe preguntar todo eso
el señor X
mientras cierra los ojos
y le vienen ciertas palabras
y después
murmullos
y silencio
y noche
Límites
El borde
entre la sombra y la luz
La frontera
entre el sonido y el silencio
El límite
entre la voz y la idea
El murmullo inesperado
donde ocurre la palabra
y nace de nuevo el mundo
Los marineros le hablan a Ulises
Si te nombraron divino los dioses
o lo hizo un viejo ciego
en busca de la posteridad
poco nos importa ahora
Nosotros te seguimos
sin preguntar mucho
Cómo no buscar el horizonte
y las rosas sin excusas
entre cíclopes impacientes
y dioses caprichosos
Esperamos mucho, Ulises
Tal vez no hubo promesas
pero alguien las escuchó
Y aunque los náufragos
no exigen pasajes de primera
ni las playas de Moro
o la hospitalidad de Calipso
deben escuchar de Ítaca
aunque la vea el anhelo
entre silencios y murmullos
(¿no son el ojo y el pensamiento
dos asesinos seriales
del corazón de los hombres?)
Podemos soportar el mar
no nos acuses de flojos
Alguna Circe piadosa
amontonó en las bodegas
anfetaminas y ansiolíticos
Pero el amor moderno
y su materialismo químico
es demasiado monótono
No importa si las Sirenas cantan
o solo se lamentan, Ulises
danos unas palabras
para la tarea de la esperanza
La felicidad es un instante
nadie puede además pedirle
que sea verdadera
Pájaros nuevos
Crear los mundos
y después descubrirlos
Dejar caer las palabras
en una lluvia de silencios
Esperar sin apuro
los pájaros nuevos
Adelantar los días
para llegar a tiempo
y alcanzarse otra vez
en la infinidad de uno
Nocturno
Salen a la noche
Son tal vez sus hijos
Ajustan su nariz de niños
a esas bolsas furtivas
acunadas entre las manos
como un pájaro herido
¿Qué magia esconderá
la química moderna
en un dedo de pegamento?
¿Devolverán esos vapores
por un rato la infancia?
¿O empujarán con dulzura
a una mano a pedir dinero
a la ciudad apurada?
Quizás el ojo moral
sea siempre idiota
El viajero entendido sabe
del buen negocio de pagar
para alejar la mano y seguir
De guardar la desesperación
sin buscarse los bolsillos
De olvidar otra vez
esos países desesperados
Jorge Gavilán nació en 1971 en Buenos Aires. Es licenciado en Letras (UBA), Profesor de Enseñanza Media y Superior en Letras (UBA) Periodista (TEA) y Magister en Educación (Universidad de Quilmes). Se ha desempeñado como como docente universitario, terciario y secundario. Publicó textos académicos y expuso ponencias sobre teoría literaria. Ha escrito reseñas de libros para la revista virtual El interpretador. Sus cuentos y poemas han sido incluidos en varias antologías. Publicó dos libros de cuentos. El último, Los otros, es de 2019. Río arriba, su primer libro de cuentos fue publicado en 2012, por editorial Simurg. La revista virtual Aquateca ha seleccionado un cuento inédito (La vuelta a casa) y lo ha publicado. La revista virtual Aquateca ha seleccionado un cuento inédito suyo para publicación virtual. Ha publicado cuentos en varias antologías de diversas editoriales: Eudeba y Sopa de Letras entre otras.
Gracias por la publicación, abrazos!!!!
MUY BUENOS POEMAS, INTERESANTES!!!!