Poemas. Adrián Chaurán

 

Fragmentos de la Nada

 

Fragmentos de la máscara

A quien más dolor me causa.

Me cierne el amor con su boca de sombra
abriéndome entre las acacias de tu mar sin olas,
abandonándome con llanura en los espejos del cuerpo.
Amor, son tus manos lejanas a mí cruz
hechas con ensueño y metal desgastado
que procura en mi piel hallar su íntimo calor
a través del anhelo mortal y de la ignorada sangre;
son tus caricas bosques de centauros ciegos,
y es tu voz saeta sin amanecer que evoca al tiempo:
¿y estaré aún en tu sueño
cuando la primavera sea en mí tu ser?

Tengo miedo de procurar la respuesta de tus ojos;
miedo de no hallarme en ti sin mi verbo,
miedo de estar sin mí en tu albor de intenso dolor;
miedo de consumirme con pasión de ser adiós en tu cuerpo.

 

Fragmentos de luna

“Dudo si responder
a la muda pregunta con un grito
por temor de saber que ya no existo”.
Xavier Villaurrutia.

/inmensa luz de efímero aire,
astro de cuerpo que sin mí es reposo/.
No puedo ser luna sin boca, ni decir noche
sin la ausencia de mi ser en mí,
ni azucena desgarrada en el útero;
ni huir como intangible horizonte
donde jamás el amor abandona su estela
ni en la distancia sin laberinto o número humano.
Se han hecho de ceniza/ mis ojos/ y tus ojos
al cerrarse con la húmeda madrugada:
porque vivir es ser espacio de la sangre sin voz.
Es el tiempo que sin mí me sobrevive:
es el amor o la idea del amor sin mañana que no beso,
que me depara un bosque de caricias o de sed;
que es muerte infinita en mi mirada.

 

Fragmentos del sol

Despedidas.

Es tocar con el dorso del labio
la granada sin eco de tu piel.
Es el tiempo, aguja que aparta cada ayer de mí;
en los cielos sin fragua y sin aliento.
Es el silencio de la noche, lo recuerdo, fue la agonía,
pero pronuncié: río, germen, inmolación;
la nocturna ausencia de nosotros y la amenaza de vivir

y se incendiaron las auroras, alejándonos más:
del que soy y de quién serás:
y no fueron el día ni la noche nuestra carne;
tú de cielo como hondo desamparo de la materia luminosa
y yo me ríos sin claveles absolutos,
sin fondo donde nunca el párpado se abre ni ve el ojo al amanecer:

y me deshaces en los afanes de ser un beso
y me deshaces en el temor de ser olvido.

 

Adrián Chaurán (Venezuela, 1999). Cursa estudios de Lengua y Literatura en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador. Es autor de Ala dulce y Homicida (Edit. J. Bernavil). Recibió una Mención Honorifica en el III Concurso Internacional de Poesía J. Bernavil 2022; es ganador del IV Concurso Internacional de Poesía J. Bernavil 2023 y obtuvo la máxima distinción del Primer Concurso del Grupo Editorial Encontrarte; sus textos aparecen en diversas antologías y revistas como, Letralia, Águila del Cáucaso, Autores, etc.

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