PIEL DE TIERRA
‹‹Creo que aquello en lo que nos convertimos depende de lo que es nos enseñan en pequeños momentos, cuando no están intentando enseñarnos››, -Umberto Eco-
¿De cuántas maneras podemos recodar a alguien? ¿Hay algo más permanente a la imagen o la palabra para registrar una vida? ¿Qué tan fidedigna es nuestra memoria? Con este conjunto de preguntas quiero dar inicio a esta reseña sobre un libro que habla sobre la necesidad de recordar a las personas; no porque éstas hayan realizado algo trascendente, sino más bien, por haber dejado una huella en el mundo con su mera existencia.
El tata Ñico, adoptado por el campo, es el segundo libro de Miguel Echeverría Madrid (Santiago 1989), quien ya tiene a su haber publicado el libro de poesía De la calle a las letras, pero que en este caso pasa a la narrativa para construir no una novela o conjunto de cuentos, sino una biografía familiar sobre la vida de Aurelio Enrique Madrid.
Así, este libro se compone de tres partes distinguibles. La primera presenta aspectos de su vida hasta la actualidad, donde además se conectan con algunos eventos importantes de nuestro país con respecto al mundo agrario; luego le sigue un conjunto de breves testimonios familiares con anécdotas breves. Y por último tenemos dos breves historias que cierran como anécdotas sobre su vida y entorno.
Si bien el relato de vida de este hombre ya está marcado por la tragedia desde temprana edad por la muerte de sus padres, ello no impide que su vida no llegue a tener buenos y malos momentos que son registrados en estas páginas como por ejemplo su afición al deporte donde en su juventud ‹‹ganó el derecho a una medalla y reconocimiento regional, quedó clasificado al nacional, pero por motivos económicos no pudo asistir›› (pág. 14). Al igual que el trabajo en el campo: ‹‹su primer trabajo fue llenar sacos donde el tío Maco, o era trigo o porotos o lo que fuese en el descampado›› (pág. 10). Junto con la oportunidad de conocer a su esposa, dada ‹‹en la adolescencia conoció a la ahijada de su tía, una joven unos años menor que le arrebató la sensatez y pureza franciscana. Florita Farías le robó el corazón›› (pág. 15). O bien, ya mayor su experiencia con la política desde la reforma agraria a la dictadura militar, donde se plantea que ‹‹luego de la época de mayor enemistad nacional él prefería hacerse a un lado›› (pág. 23), pero no por ello no decide ser parte de los futuros procesos; eso se refleja al decir que ‹‹Tata detestaba hacer el show de la banderita, pero amaba ir a votar›› (pág. 24). Pero sobre todo también se hace mención a la familia que va construyendo a lo largo de su vida sin nunca eliminar su relación con el campo y esa forma de ser.
De esta forma El Tata Ñico, adoptado por el campo, es un libro que refleja cómo una generación escribe sobre otra para no olvidar y valorar el legado que ha dejado; y es que aunque esta narración no esté escrita de la pluma del verdadero protagonista, el conjunto de testimonios y voces que se entrelazan permiten crear el cuadro de esta persona de vida sencilla, pero no menos importante, ya que no es necesario construir grandes obras para ser recordado, sino tan solo haber amado a su manera y ser honesto consigo mismo.
Título: El Tata Ñico, adoptado por el campo
Autor: Miguel Echeverría Madrid
Editorial: Gluck Libros
Año: 2024
Miguel Echeverría Madrid (Santiago, 1989). Escritor y poeta, ha participado en la antología de poemas De la calle a las letras (Editorial Alarido), y las columnas de opinión en Crónica Digital. También trabaja como difusor cultural en librería Aldebarán (Ñuñoa), y es cofundador y editor de la Revista Montaje. Además, es cientista político con un diplomado en Escritura Creativa UPD.