Escondiendo la mirada bajo lentes cinematográficos
Una burbuja cultural
me absorbe
su superficie insoluble
redondea espasmos
mediante ideas audiovisuales
las dinámicas sociales
son la rapidez de tus monedas
─estos dígitos expandiéndose
en los vórtices holográficos
[De elevación
Mecánica consecución
de los sueños tenebrosos;
ojos locos
que ríen
en vergüenza eterna
¡más la Luna y las estrellas
son la escena
de un asombro narrativo!
Panorama poético: La posibilidad.
Y en los letreros luminosos,
numerosos edificios,
hoteles rítmicos y Bares encubiertos
un taburete se tambalea
con tres piernas que resbalan
en bebidas deglutidas
bajo el júbilo anecdótico
de la monotonía.
[(La rima es un espacio
donde la voz
halla un recurso
para hacerse fuerte)].
Detalle de alucinación apócrifa
Escupitajos contentos
lengua laberíntica
sonidos que aproximan
una muerte inevitable
[Soledad, tristeza
fríamente inacabable
Una mirada recóndita
reconstruye el curso
de una estrella
estallan frecuencias
arremolinantes
se acaba, es el fin
¡BANG!
y la mano sujeta su desidia
aprieta la voluntad
contra los bronquios
perros muertos al costado del camino
basurales en los causes hídricos
oligarcones borrachos
causando
accidentes automovilísticos
árboles talados
para espacios de consumo
zoroastros forzados
a vestir uniforme
poetas a los que se les cae
el pelo (el término de la juventud).
Estos tiempos ya han terminado
se desvanecen
en la premonición del desastre.
Andrés Cañete (2 de abril de 1998, Asunción del Paraguay). Se crio en la ciudad de la música y la poesía (Donde vive actualmente); Luque. Nunca intuyó que su destino fueran las letras, desde muy joven se interesó en los libros. Conoció personalmente a Arthur Rimbaud y pertenece a la Banda del club de corazones solitarios del Sargento Pimienta. Escribe, en diferentes espacios con diferentes personas. A veces es escultor. Sus poemarios; Esculturas retóricas y El bulbo raquídeo está indefinido en intelección verán la luz (y el repudio público) en marzo de este año.