Reseña. Silavario de Iván Scoponich. Por Jorge Cocio Sepúlveda

 

                        POEMAS DE CUERPOS EN NORTE

 

José Donoso en su libro Donde van a morir los elefantes escribió que el que escribe una novela lo hace no porque estima que su vida sea novelesca, sino por el anhelo vergonzante de participar de hechos que se figuran tuvieron esa condición. Esta idea parafraseada me lleva a hacerme la pregunta de si también cuando alguien escribe un poemario lo hará por esa misma sensación contradictoria, pero a la vez humana: la de expresar cosas que soñamos e imaginamos que pudieron ser, o más bien, darle un poco de poesía a nuestra vida que no siempre puede ser como una epopeya. Por eso siempre se hace interesante leer a gente que busca nuevos estados de la vida en la experiencia de la creación.

 Silavario es el primer libro de poesía de Iván Scoponich (Iquique,2002) que actualmente se encuentra en versión digital, en el cual se unifica la palabra e imagen al incluir fotografías digitales que son de su autoría y que permiten integrar el propósito de comprender mejor la interioridad de este autor que busca darle una belleza a la vida con su expresión especial que se acerca desde cierta inocencia poética a la realidad donde está presente no solo la voz interior, sino la naturaleza en forma de metáfora o inspiración creativa.

De esta forma tenemos el primer texto titulado «A menudo imagino sentarme allá arriba» que comienza así: «A menudo imagino sentarme allá arriba/ y mirar avenidas pobladas de rostros:/ infancia paseando, los amigos imaginarios,/ mis cuentos tomando sombra en los rincones/ bajo árboles de nuestros primeros juegos» (pág.6). De lo cual infiero que su propuesta parte desde el imaginario de la nostalgia o la primera juventud que va dando cuenta poco a poco de las cosas de la vida, algo que de alguna forma está presente en bastante extensión de esta obra.

Pero también tenemos la pertenencia al plantear una poseía desde un territorio, que en este caso sería el norte de Chile, muy distinto al sur en su clima y contexto, pero que aún así puede tener sensaciones en común. De ahí tenemos el poema La trenza cuyaca donde escribe: «Oye princesa tirana:/ Concede al pueblo el anhelo/ de bañarse en la trenza polipartita./ Vive allí lo imposible de ser menos carne/ y más mito en presente,/ más color en el recuerdo grandioso del sol dorado de las 12,/ de un arpa tierna sin angustias,/ de un Julio incesante,/ de sueños que se bailan para siempre» (pág. 10). Que emite a mi lectura una forma de acercarnos a esa zona del país con sus propios códigos que algunos solo conocen como distantes espectadores y presenta este sincretismo de tradiciones que siguen presentes a pesar de la hipermodernidad.

Por otro lado tenemos el poema «Derecho a permanecer callado»: «Quedará su cansancio dando vueltas en el aire/ como el eco de los que mueren:/ chocará contra el vidrio de la ventana, desesperado/  por volver al silencio de la mañana, / cuando los hombres siguen dormidos sin hablar/ y se puede existir» (pág.17), con cierta alusión a la censura o discriminación que aún persiste en nuestros tiempo de expresarnos cómo somos en realidad; mientras que en los versos de «Nido suave» se hace presente el elemento romántico y erótico con una alusión a la intimidad independiente del sexo y género al expresar: «Tu sonrisa neoescarlata/ alza edificio sobre rincones carcomidos/ cuando paseemos por la costa miraremos/ hacia los cerros y estarán nuestras caricias/ cavando vías, carreteras,/ por las que será transeúnte el mañana» (pág. 26).

Por lo tanto, Silavario nos lleva a reconocer una voz poética donde se hacen presentes los claroscuros de la cotidianidad que buscan una construcción de sentido que muchas veces olvidamos. A través de una experiencia de su primera juventud en su vida en el norte de Chile este poeta nos entrega una forma de ver su vida y la naturaleza en un estado particular de sus cosas más allá del norte de tarjeta postal, sino más bien desde la intimidad de alguien que  lo vive, crece, siente y poetiza a través de un lenguaje que se va construyendo paso a paso, pero que puede prometer interesantes imágenes y futuros proyectos que solo el acto de seguir el instinto de creación permite caminar esos puentes, y que en este caso en vez de sentir un tipo de vergüenza, más bien acepta su sentir desde el valor de la palabra para expresar su interioridad en medio de  una pampa en versos donde se pueda volver a renacer.

 

Iván Scopinich (Iquique, 2002), artista, escritor y profesor de Lengua y Literatura. Escribe principalmente poesía, más también narrativa. Ha participado en múltiples convocatorias locales, incluyendo el concurso juvenil Chusca, como participante y jurado (2021-2023), y el Encuentro Intergeneracional de Escritores de Tarapacá en sus dos oportunidades (2023). Además difunde su trabajo de forma independiente a través de variados sitios web y revistas latinoamericanas, como Kametsa, Galatea, Ubre Amarga y Salió Mal, además de dedicarse a la construcción de un espacio en plataformas sociales como Instagram (@sisenavi). Publicó de manera auto-gestionada y gratuita su primera muestra poética Silavario en 2023 y se encuentra actualmente trabajando en un segundo proyecto literario, para ser publicado en el presente año.

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