TELARAÑAS DE ACENTOS
Ella quería aprender otras lenguas:
sumergirse en las telarañas de los acentos y las contracciones,
en los nudos gordianos de los contrastes de los sonidos,
en el misterio de los silencios de los hombres.
Iba a misa porque el cura la daba en latín
y le gustaba escuchar el golpe seco de cada frase,
como pasada por la espada.
Iba a cine para deleitarse con el triqui- traque
de las muelas de la pronunciación de los desvencijados vaqueros.
En el mercado disfrutaba los dialectos indígenas de las marchantas
y sus risas alocadas.
Disfrutaba las puestas de sol de fin de mes,
cuando volvían los botes de bucaneros
y los marineros contaban historias sentados
en los astilleros hasta perder la razón.
Ella los escuchaba escondida detrás de las tiendas de pescado:
seguía como podía la mezcla de acentos,
de dicciones,
de fraseos rápidos,
de juegos de palabras,
como si la babel viajera que iba y venía por los mares del sur
fuera tan diversa como los peces:
bacalaos, dorados, alguaciles, pargos, bocachicos, lenguados, sardinetas, sabaletas…
cada lengua era como un pez,
con sus recovecos y torbellinos raros,
con sus sonidos, rocosos, huecos o afilados.
Pensaba que el lenguaje de los hombres provenía
de los sonidos originales de los seres marinos.
Le atraía el pez globo porque dibuja formas misteriosas
en el fondo del mar.
Sentía que cada pescador era una especie de enviado
de aquellos peces primitivos,
dedicados a crear rituales con danzas corporales que imitaban la escritura por venir…
Alberto Bejarano (Colombia, 1980). Doctor en filosofía y estética en la Universidad París 8. Es profesor universitario en Colombia y lo ha sido en Brasil. Ha dictado las cátedras de investigación y escritura para teatro. Escritor de atmósferas, dedicado a explorar los males del montano y de Desmond en muchas de sus variantes. Sus obsesiones son el absurdo, el minimalismo y la espera. Su primer libro de cuentos, Litchis de Madagascar se publicó en 2011 en la Editorial El Fin de la Noche en Argentina. Su segundo libro de cuentos Y la jaula se ha vuelto pájaro se publicó en 2014 en Bogotá en la editorial Orbis. Su primer libro de poesía Sonámbula la bailarina (Segundo premio de poesía, Ciudad de Bogotá, Idartes 2019) se publicó en octubre de 2020 en la editorial Sílaba de Medellín. A partir de la pandemia se ha dedicado al teatro y al silencio.