H.P. Lovecraft
HONGOS DE YUGGOTH
(poemas seleccionados)
Traducción por Angelo Chacón Sequeira
I. The Book
The place was dark and dusty and half-lost
In tangles of old alleys near the quays,
Reeking of strange things brought in from the seas,
And with queer curls of fog that west winds tossed.
Small lozenge panes, obscured by smoke and frost,
Just shewed the books, in piles like twisted trees,
Rotting from floor to roof—congeries
Of crumbling elder lore at little cost.
I entered, charmed, and from a cobwebbed heap
Took up the nearest tome and thumbed it through,
Trembling at curious words that seemed to keep
Some secret, monstrous if one only knew.
Then, looking for some seller old in craft,
I could find nothing but a voice that laughed.
I. El libro
El lugar era oscuro, polvoriento, casi perdido
entre una maraña de viejos callejones junto al muelle,
que hedían a cosas extrañas traídas de ultramar,
y con inusuales ondas de neblina que el viento del poniente dispersaba.
Unos pequeños cristales romboidales, opacados por el humo y la escarcha,
apenas dejaban ver los montones de libros, apilados como árboles deformes,
pudriéndose del suelo al techo: un cúmulo
de antiguas sabidurías que se desmoronaba a precio de saldo.
Entré, hechizado, y de un montón cubierto de telarañas
cogí el volumen más cercano y lo hojeé al azar,
temblando ante las raras palabras que parecían custodiar
algún secreto monstruoso para quien lo descubriera.
Entonces, busqué al taimado y viejo vendedor
pero solo encontré el eco de una risa.
II. Pursuit
I held the book beneath my coat, at pains
To hide the thing from sight in such a place;
Hurrying through the ancient harbor lanes
With often-turning head and nervous pace.
Dull, furtive windows in old tottering brick
Peered at me oddly as I hastened by,
And thinking what they sheltered, I grew sick
For a redeeming glimpse of clean blue sky.
No one had seen me take the thing—but still
A blank laugh echoed in my whirling head,
And I could guess what nighted worlds of ill
Lurked in that volume I had coveted.
The way grew strange—the walls alike and madding—
And far behind me, unseen feet were padding.
II. Persecución
Llevaba el libro bajo el abrigo,
angustiado por esconderlo en semejante lugar,
apurando el paso por las viejas calles del puerto
volviendo la cabeza a cada instante.
Sombrías y furtivas ventanas enmarcadas en ruinosos ladrillos,
escudriñaban extrañamente mi huida;
y al pensar en lo que ocultaban, ansié con desesperación
el redentor azul del cielo puro.
Nadie me había visto tomar el objeto… y aun así
una risa impasible resonaba en mi mente ofuscada
y adiviné qué nocturnos mundos de perversidad
acechaban en aquel volumen que había codiciado.
El camino se tornó extraño, los muros enloquecedores…
y muy atrás de mí, pasos invisibles se oían, acechantes…
III. The Key
I do not know what windings in the waste
Of those strange sea-lanes brought me home once more,
But on my porch I trembled, white with haste
To get inside and bolt the heavy door.
I had the book that told the hidden way
Across the void and through the space-hung screens
That hold the undimensioned worlds at bay,
And keep lost aeons to their own demesnes.
At last the key was mine to those vague visions
Of sunset spires and twilight woods that brood
Dim in the gulfs beyond this earth’s precisions,
Lurking as memories of infinitude.
The key was mine, but as I sat there mumbling,
The attic window shook with a faint fumbling.
III. La llave
No sé qué recodos en la desolación
de esas extrañas calles portuarias me devolvieron a casa,
pero en el porche temblaba, desvaído y con el apuro
de entrar y echar el cerrojo a la pesada puerta.
Tenía conmigo el libro que revelaba el camino oculto
a través del vacío y de los velos suspendidos en el éter,
que contienen los mundos sin dimensiones
y confinan los ignorados eones en su propio dominio.
Al fin poseía la llave de aquellas vagas visiones
de agujas contra el ocaso y bosques crepusculares,
que acechan sombríos en los abismos más allá de la medida de esta tierra,
persistiendo como Recuerdos de Infinitud.
La llave era mía; pero mientras, allí sentado, murmuraba,
la ventana del ático se estremeció con un tenue forcejeo.
Howard Phillips Lovecraft (1890–1937) fue un escritor estadounidense, pionero del horror cósmico. Nacido en Providence, Rhode Island, dedicó su vida a crear relatos donde lo desconocido y lo incomprensible generan terror, destacando en obras como La llamada de Cthulhu y En las montañas de la locura. Aunque en vida tuvo escaso reconocimiento y pasó penurias económicas, tras su muerte se convirtió en una figura fundamental de la literatura fantástica y de terror, influyendo profundamente en la cultura popular.