Testimonio de la carne
La música, la pintura y la escritura son tres modos en que el ser humano encarna lo invisible en lo sensible. En la música, el espíritu se vuelve vibración: un temblor del alma que resuena en el tiempo y cuya fuerza radica en el instante, en lo que apenas es y se desvanece. En la pintura, la Idea se vuelve forma y color: el mundo interior se fija en una superficie visible, donde cada trazo es la marca irrepetible de una conciencia que quiso salvar del olvido una visión. Y en la escritura, la palabra se abre como horizonte: allí el pensamiento se hace cuerpo, ritmo y memoria, inscribiendo lo efímero en la permanencia del lenguaje. Ninguna máquina puede vivir este tránsito entre lo invisible y lo sensible, entre lo efímero y lo eterno. Solo el ser humano, con su fragilidad y su finitud, puede hacer de la música, la pintura y la escritura un testimonio de su existencia: su estilo, apenas un rasgo, pero lo bastante humano para hacer del arte la existencia que desborda y encarna lo que somos y lo que nunca podremos ser del todo.
Emmanuel Ortega Tobón (Medellín, Colombia, 1995) es poeta y filósofo. Actualmente cursa la Maestría en Educación en la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad de Medellín. Desde temprana edad, ha cultivado una profunda pasión por la poesía y las artes plásticas, centrándose en la fugacidad del ser, lo efímero de las emociones, el tiempo, la memoria, el cuerpo, la identidad y los misterios de la creación artística, que se entrelazan en su actividad poética y filosófica. Su obra se distingue por una voz introspectiva y simbólica, donde convergen lo filosófico y lo poético. Ha publicado poesía en diversas revistas literarias de alcance nacional e internacional, como Innombrable (Colombia), Ouroboros (Colombia), Alcantarilla (México), Santa Rabia Poetry (Perú), Almiar (España), Letralia (Venezuela) y Palabra que dormía (Noruega). Además, ha sido incluido en varias antologías poéticas.