TEXTO PRESENTACIÓN EKFRASIS: DESAPARECER EN EL OTRO

PUERTO MONTT (27 de junio del 2025)

Primero que todo, quiero agradecer a los presentes por otorgar un poco de su tiempo a la presentación de mi libro. EKFRASIS se compone de un conjunto de poemas que fueron escritos a partir de lo que me provocaron un grupo de obras de arte, entre ellas: exhibiciones plásticas, películas, documentales y montajes de teatro y danza. Se podría decir, por lo tanto, que el centro del poemario es la sensación estética, es un intento de traducirla, teniendo en cuenta la complejidad de sus matices. Si bien “écfrasis” se define como la representación verbal de una representación visual, en mi caso, lo pienso como la traducción de una belleza a partir de otra distinta.

Si bien la idea me llegó a partir de un poema de Leopoldo María Panero sobre Diario de un seductor de Kierkegaard, el concepto —y por lo tanto el título— apareció mucho más tarde, y me permitió no solo entrever la existencia de una tradición (o de otros poetas que a lo largo del tiempo hicieron algo similar, como Allen Ginsberg o Williams Carlos Williams, o Gonzalo Millán en nuestro país), sino también una tensión con la manera en que yo lo estaba aplicando (el concepto original se utiliza para poemas sobre pinturas, pero no para lo audiovisual, por ejemplo). En este sentido, se deja una discusión abierta, a partir de la aplicación especial del término.

Teniendo esto en cuenta, considero que el foco del poema no es únicamente lo descriptivo, ni tampoco podría decir que exclusivamente lo interpretativo, como tampoco lo representativo, sino más bien el proceso de recepción-aprehensión de una obra, el cómo es digerida por una subjetividad particular hasta hacerla parte de sí misma. Y esto me parece por dos motivos: el primero, es que a los elementos a los que les prestamos más atención, pueden estar influenciados por la estructura o la ambientación de la obra, pero también por nuestra historia personal (quizá un diálogo nos conmueva o quede resonando en nuestra mente por algo que nos pasó y que marcó nuestras vidas). Y, por otro lado, toda escritura de autor no solo está atravesada por un estilo, sino que también por cosas que, aunque queramos, no podemos no decir, ya que en la poesía no podemos no mostrar lo que somos. Entonces, así es como se genera una especie de sobreposición o hibridación, entre la voz íntima y el efecto de la obra. O mejor dicho: una desnudez que se manifiesta a partir de otra desnudez.

Y es en este punto, que siento que este gesto es impulsado por algo. E intuyo que tiene que ver con que todos los artistas buscamos lo mismo, o al menos algo similar: es llegar a manifestar un contenido que las palabras no pueden atrapar, pero tampoco las formas o los movimientos. Es algo que está más allá y me parece, tal vez, que la búsqueda de eso, nos acerca, que puede, inclusive, si nos embarcamos en un mismo riel, confundirnos entre nosotros, desdibujar nuestras aparentes diferencias. Todo artista camina por un sendero hacia un lugar imposible, en donde el significado es todos los significados, es todas las posibilidades de significado palpitando al mismo tiempo en estado salvaje (en mi cabeza, llegar ahí se debe sentir como si el viento te fuera desintegrando hasta convertirte en parte de él). Y es por eso que pienso que una obra, que emerge de otras obras, no solo es un gesto sincero, sino que también conlleva una idea de artista, el cual no solo interactúa o dialoga, sino que busca desaparecer en el otro sin dejar de ser el mismo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *