Personas de segunda clase
No sé muy bien qué significa ser mujer nunca entendí cómo funciona
nunca entendí por qué mi palabra tiene menos peso
o que el cuidado me fuera impuesto
o por qué tenía que ser persona de segunda clase que se tenía que comportar de cierta forma
para compensar su desgracia
A estas alturas y con el agua bajo el puente no sé si me identifico tanto con serlo
no me visto con la palabra mujer
como tampoco me visto con la palabra chilena
no las llevo en la pechera del orgullo de esos incómodos trajes
que me atoran las ganas de ser
Porque no quiero ser mujer
yo quiero ser volcán y montaña naciente no quiero ser mujer
yo quiero ser mar y vertiente manantial yo no quiero ser mujer
quiero ser un pez abisal un ser del bosque
ave del paraíso
yo no quiero ser mujer
yo quiero ser un monstruo
Y no piensen que no tengo trinchera
solo que hoy, a veces, la única manera de resistir es respirar
mi revolución más grande será
no volarme los sesos de un balazo
pero no me digan que no tengo trinchera o que me desclasé del género
porque sí que lo vestí pero ya lo dijo Lemebel
si algo me queda de patria son los afectos
y cuántos afectos me ha regalado habitar esta piel
porque a mis amigas todo
Mis amigas son quienes me han enseñado a amar
fueron mis amigas quienes me peinaron los pelos crispados por la electricidad fueron mis amigas quienes zurcieron los harapos con los que vestí
fueron ellas quienes con sus palabras curaron los venenos con alcohol desinfectaron la herida
con el humo sahumaron los malos espíritus
con el té y los dulces regocijaron lo diminuto que hay en mí conversación tras conversación fuimos todas entendiendo que este era el amor que estaba a nuestra altura
limpiaron mi casa cuando no podía con el peso de la existencia secaron mis lágrimas con la delicadeza de pétalos de cerezos con sus carcajadas llenaron cada espacio de música
repararon en mí todo lo que pudo haber estado roto
Con ellas los abrazos pueden ser desde los 3 a los 15 minutos los temas mundanos y divinos
en derroche o en austeridad pura
a las que están firmes y llevo como emblema en la sangre a las que se fueron pero siempre estarán
a las que volvieron con el tiempo envueltas en nuevos colores a las que su paso en mi vida es como una estrella fugaz
a las que aún no conozco a mis amigas todo
al amor entre mujeres
entre personas de segunda clase para elles el cielo.
Cristina Pino Castillo. Psicóloga y escritora. Actualmente se desempeña como psicóloga clínica y profesora de talleres que vinculan la psicología a la escritura. A su vez, ha escrito cuentos publicados de forma autogestionada, publicada en antologías de poemas en Santiago y Barcelona.
