Poesía. Miguel Echeverria

 

 

El faro es el punto ciego del océano seco

 

I

El faro no imita a la luna

Levita

Indica

Su luz le dedica

 

Los mares no son los días

son las olas

son las fosas

los corales

la infinidad

 

Júbilo no es ver la tierra

en altamar

es apreciar su lejanía

 

Las simpatías del viento no se leen en la vela

 

Persevera en tu rumbo

el navío

que naufraga

no se desvela

persevera

 

II

La nueva era

traiciona

no nos encandila la luz

nos golpean las tinieblas

 

En los encuentros con el otro

no nos despedimos

Los ojos son el equipo

el intérprete

de lo hoy prohibido

fraternizar con la luz

 

El faro no imita a la luna

La agita

cambia todo

 

Imagina que Europa

no exista

sea un barco del sol

Egipto tu sarcófago

África algo parecido a dios

Asia un polizón

Oceanía: la tripulación

y América el asilo

 

el faro no imita a la luna

con o sin ella

sube la marea

 

por eso

ningún barco

choca al faro

sin tribulaciones

encalla

sería como romper contra la luna

sería un viaje

compartido con los cielos

alunizaje

 

III

No son peces

y nadan

no son delfines

y se sumergen

nadan

aguantan la respiración

nadan con sus cuerpos de tierra

son anfibios

son la humanización

 

En las costas del pacífico sur

nadaban

amaban

morían

milenios antes de la invasión

 

Cenaban pescado

ensombrecían sus semblantes al atardecer

mataban a sus malos líderes

no colonizados

ni ahogados

nadie los había jerarquizado

 

Siempre al acecho

los libres se esconden

de los que siempre

han dominado

con licencia para esclavizar

 

Dime donde hay un punto ciego

en el ego

Un punto ciego

en el océano seco

un punto ciego

que se haga fuego

de las cenizas

que observe donde

animan el incendio

 

IV

El océano no juega

a los dados

los hunde en el calabozo

 

Cubo demarcado

flota

Ganan todos

flotas

Pierden todos

 

barquito de chañaral

barquito de carne

 

Los océanos carecen de fin

eligen sus costas

para existir

 

Nado

Sin barco

nado de espaldas

nado

Sin canoa

nado

mariposa

nado

Sin yate

nado

de pecho

Sin saber nadar

el océano sabe quién soy

 

V

Olas rompientes

mar de imágenes

Un sin fin de espuma

Flujos interminables

y no es más que sal

 

Son el barullo

la mala música

el agudo silbido del domesticado

la música silbante del roquerío

 

Comen una sopa de colores

con una playa de agua dulce

 

Come rezándole a la comida

reza

describe lo que ves en voz alta

eres el ingrediente

ajusta el condimento de tu piel

bébete

 

imágenes sin imaginación

un rezo sin dios

una cena sin pan

un vaso sin licor

un cielo de peces

y el mar lleno de desaparecidos

 

Miguel Echeverría Madrid (Santiago, Chile 1989). Es escritor, poeta y gestor cultural. Ha publicado poemas en libro “De la calle a las letras” de editorial El Alarido (2010), poemas en «Diagnóstico confirmado» de editorial LER (2021), y es autor del libro El Tata Ñico publicado por Glück ediciones el años 2024. Es co-fundador y editor en Revista Montaje.

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