Poesía. Elizabeth Rifo

Nota: del poemario Pájaros negros de alas relucientes.

 

Pájaro negro, día 5

Ahora

Es un perderme dentro
de límites que yo no dictaminé
o quizás sí
una línea tan delgada entre mi dignidad
y tu voz.

Desaparezco
me desintegro
escucho el murmullo de las gentes a mi
alrededor
volviéndome insensible a todo.

Intento con nuevos itinerarios
con acciones diarias
aleteos de pájaros en mi cabeza
revoloteando entre palabras y silencios.

Digo basta a tanta estupidez
porque ya no quiero escuchar más
me dejo caer de espalda
sintiendo cómo el sol me acaricia
o cómo yo me dejo acariciar.

Me escondo de tu sombra
tan grande
tan impresionante
solo vivo
o por lo menos lo intento.

Vuelvo a acurrucarme entre palabras
cubriéndome con delicadeza hasta el cuello
y es allí donde todo cobra sentido
o donde comprendo que nada lo tiene.

Soy yo
pero siendo otra
una que amó desenfrenadamente
que contempló
que deseó
que cabalgó entre nubes y nubarrones
esperando algo simple
pero inexistente.

 

Pájaro negro, día 6

Eco

Lo único que me quedaba era mi voz
tan mía, tan verdadera,
quise ser hembra
silencio
le rodeé entonces de algodoncitos y espuma
calló
así, lo dijo todo
solo me quedaba mi voz,
tan mía, tan verdadera
y no sé bien en qué momento y circunstancia
la acalló para siempre
para siempre, siempre
ahora temo hablar
ser quien fui hasta ayer
los algodoncitos se disolvieron entre lágrimas
y la espuma para no quedarse solita se arrojó al río
y mi voz, que era lo único que me quedaba,
tan mía, tan verdadera
se abrazó al eco de otras voces
perdiéndose sin encontrar ya el regreso
a casa.

 

Pájaro negro, día 11

(Decisión)

Al carajo el romanticismo
estás más allá de las palabras
que no sirven de nada
que no reflejan más que sombras
el día pasa entre horas innecesarias
entre espumas, entre nada, entre todo
mujer sin miramientos
sin nombre, sin filosofía
sobran las palabras, sobra decirlas.

Al carajo el amor
ese embelesamiento ingenuo y adictivo
que corre a prisa
que ve abrirse el capullo antes del amanecer
que recoge sin prisa el rocío
que mira sin sentido la luna y el ocaso.

Seguirá lloviendo
seguirán vendiendo sopaipillas con mostaza
el metro vendrá lleno
será otro día más
será otra noche más.

 

Pájaros negros de alas relucientes
déjenme morir así, día 15

Sentenciada ante vaivenes

Sé que ya no volveré a volar como antes cuando lo hacía con alas áureas, con
alas prístinas, siendo alegría,
creyendo
llueve, vivo, amo…

Tiránico y dulce amor en poesía
uno sin piel
al que le sobra piel
uno sin caricias
al que le sobran caricias
tan lejano
silencioso
que se esconde entre la neblina
que me rodea con todas sus fuerzas
aprisionándome
hasta quedar lejana a mí misma
ausente
otra
donde ya no me percato
ni me escucho
¿será que me acostumbré a la neblina, a
la insustancialidad?
de voz certera
solo una
la que admiro
la que aprecio más que al resto
mi absurdo amor en poesía
tan absurdo como la vida misma
como pellizcarme
como darme cuenta de que existo.

 

Elizabeth Rifo (Santiago de Chile, 02 de Febrero de 1978). Docente de Castellano de la UMCE. Profesora de Teatro, de Taller Literario. Diplomada en Comprensión lectora UCSC. Magíster en Escritura Creativa UAI.

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